“Caminar es un arte olvidado”
(Carl Honoré, Elogio de la lentitud)

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Llegamos a la estación de Miramar a las 8 de la noche. Estábamos a unas trece cuadras de la casa de Luci y Emi, los chicos de couch que nos iban a alojar, y teníamos dos opciones para ir hasta su casa: la veloz y paga (un remis) o la lenta y gratuita (caminar).Seguir leyendo...