Creo que para darnos cuenta de cuáles son los lugares que, después de un viaje, quedan entre “nuestros preferidos” o “los más especiales” se necesitan dos cosas: tiempo y distancia. Mientras estamos viajando todo nos deslumbra (o por lo menos debería ser así, creo que ese es uno de los fines del viajar: deslumbrarse ante el mundo) y recién una vez que volvemos podemos ver todo “de lejos y desde afuera” y darnos cuenta de cuáles fueron esos lugares donde nos sentimos más felices.… Seguir leyendo...