En el colegio odiaba geografía. Me parecía la materia más aburrida de la historia, no lograba retener las diferencias entre un fiordo, una península, una bahía o un archipiélago. Cuando la maestra me pedía que describiera las características de la cuenca hidrográfica del Congo Belga o las particularidades de los ecosistemas de la cordillera pre andina me ponía roja y la mente me quedaba en blanco.… Seguir leyendo...