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Queridos lectores,

Cuando ustedes lean esto yo estaré en un auto rumbo a Brasil.

Después de cinco años puedo decir que esta vez me voy, literalmente, de vacaciones. Nada de ir a buscar hostel, nada de averiguar horarios de buses, esta vez me voy a tirar panza arriba en una playa y dedicarme a leer, a nadar y a escuchar el ruido del mar.

Este viaje no estaba en mis planes, la invitación me cayó del cielo (un cielo llamado mi amiga Belu) hace cinco días: “¿querés venir a Brasil con auto y cabaña incluida?”. ¿Cómo decirle que no a Brasil? Todavía no estoy ahí y ya siento la arena en los pies, ya me veo corriendo desaforadamente hacia el mar para tirarme de cabeza y salir 15 días después, sacada a la fuerza, para volver a Buenos Aires. Así que durante las próximas dos semanas me verán (o mejor dicho: no me verán) chapoteando en el mar cual morsa.

Tal vez les parezca raro que esté diciendo que me voy “de vacaciones” y no “de viaje”. Muchos pensarán, ¿qué diferencia hay entre irse de vacaciones y viajar? Mucha, créanme que mucha. Viajar implica mucho esfuerzo y es muy cansador, especialmente cuando uno va con poco presupuesto. Irse de vacaciones, en cambio, tiene una connotación de descanso y desenchufe, y eso es lo que quiero: descansar.

Tal vez no lo parezca, pero mi cabeza necesita un respiro. Amo viajar y amo escribir por sobre todas las cosas, pero esto de no tener horarios hace que mi trabajo dure 24 horas diarias, y esto de trabajar frente a una pantalla hace que mi mente se sature. En estas últimas semanas estuve dando cursos de WordPress (¡un éxito! los repetiré el año que viene), escribiendo muchas notas para revistas (en enero sale una serie de cuatro notas mías de viajes en La Nación Revista, ¡estén atentos!), escribiendo los primeros capítulos de mi libro (sí!!! lo voy a publicar de manera independiente y quiero/espero tenerlo listo para marzo/abril del 2013), armando una tiendita de productos, haciendo burbujas por ahí, sacando muchas fotos y escribiendo aún más. Así que mi cabeza y mi cuerpo me lo piden: necesito un descanso. Y para mí, descanso es sinónimo de mar.

Así que esta viajera se despide por unos días. Me voy a instalar horizontalmente en una franja de arena (de la cual me sacarán dentro de dos semanas con cirugía) y me voy a dedicar con todo a mi libro. Así que nos vemos pronto.

¡Felices viajes y buenos caminos para todos!

Aniko 

PD: No se sorprendan si me agarra abstinencia bloguística y me pongo a postear desde allá. Conociéndome sé que no podré evitar salir a sacar fotos y a recorrer algunos pueblitos de por ahí. Y si no doy novedades, nos vemos después del 15 de enero. Tengo muchos planes para el 2013 —libro, viajes y burbujas incluidas— pero les contaré después de esta tanda. Beijos a todos.