“Lo que más me gustó”. Sensaciones sudafricanas.
Hay una pregunta que me hacen siempre que vuelvo de un viaje y que nunca soy capaz de responder: “¿Y qué te gustó más?”. No puedo. Me anulo. Es imposible elegir una sola cosa, un solo lugar, así haya sido un viaje de dos días o un viaje de dos años. Muchos esperan que diga “lo que más me gustó fue tal lugar” y listo, todos contentos. Pero para mí no funciona así. Un viaje no es algo lineal: cuando viajo involucro todos los sentidos y eso hace que, casi siempre, “lo que más me gustó” no sea un lugar en sí sino la sonrisa de una nena que me saludó de lejos, o el olor de una comida que salía por la puerta abierta de una casa, o el viento frío que me pegaba en el huequito de mi cara que no estaba cubierto de ropa, o la expresión de la chica que se sentó bajo aquel cartel en aquella ciudad de la que nunca supe el nombre, o la sensación de felicidad que sentí al subirme al bus destartalado y ver cómo se movía el asfalto bajo mis pies.
Hace ya una semana que volví de Sudáfrica. Fue un viaje corto pero intenso. Vimos e hicimos tanto que los nueve días que parecieron un mes. Creo que casi no dormí. Apenas tuve tiempo de escribir. Lo bueno de los viajes lentos (esos que me gustan, los que duran meses) es que puedo ir procesando la información en el momento, de a poco. Lo bueno de los viajes cortos es que, a pesar de que me cuesta mucho “pensar en el viaje” cuando estoy allá, al volver a la vorágine de Buenos Aires soy capaz de descifrar “qué fue lo que me gustó más” sin siquiera proponérmelo. Lo único que tengo que hacer es dejar pasar unos días y ver qué sensaciones del viaje reaparecen sin que las busque ni las llame.
Esto es, entonces, “lo que más me gustó de Sudáfrica”. Sensaciones puramente subjetivas que reaparecieron en estos días mientras estaba en Buenos Aires y pensaba en otras cosas que no tenían nada que ver con el viaje a Sudáfrica.
***
1. Cosquillas en los pies
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En Durban conocimos a Nnono, un local. Mientras charlábamos le pedí que me llevara a caminar por una township ya que tenía muchas ganas de conocer a la gente y poder hablar con ellos. Él me hizo una contrapropuesta: “Si te interesa, te puedo llevar a conocer la escuelita que dirige mi mamá hace 13 años”. ¿Una escuelita llena de niños sudafricanos, un lugar al que ningún “tour” podría llevarme? Siiiiii. Acepté enseguida. Al día siguiente nos encontramos y fuimos juntos. El colegio/comedor está ubicado en la township de Chesterville, en un territorio que le pertenece a la Iglesia de la zona, y le da educación y comida a casi 100 chicos de entre 2 y 6 años, casi todos ellos hijos de desempleados o de madres muy jóvenes. A la primera salita que entramos fue a la de dos años. La mayoría de los nenes estaban durmiendo, excepto dos que nos miraban con curiosidad. Me acerqué a ellos, me senté en el piso y le empecé a hacer cosquillas en los pies a uno. Se reía a carcajadas. Me dijo cosas en un idioma que no entendí y, cuando vio que le dejé de hacer cosquillas, le agarró el pie al amigo y me lo ofreció. Según la profesora, cuando me habló me dijo que tenía dos años, que le gustaba mi mochila y que su mamá le iba a regalar una igual.
2. Cantitos y poses
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Después entramos a las salitas de 3/4 y 5/6 años. Era más de la una del mediodía y los nenes ya estaban por volver a sus casas, pero no se fueron sin antes recibirnos con canciones y sonrisas. Una vez que entraron en confianza, no pararon de posar para las fotos. Creo que quiero dedicarme a la fotografía de niños. Es mi forma de comunicarme con ellos aunque no podamos hablar.
3. Sonrisas inmensas
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Me di cuenta después, cuando volví a mirar las fotos de aquel día. Ella aparecía siempre. Silenciosa, con su vestidito de jean, sus mangas blancas y esa sonrisa enorme, inmensa.
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Las sonrisas de ellas, en Soweto, también fueron de lo mejor que me llevo de mi viaje.
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Ella también sonrió una sonrisa inmensa cuando le dije que me gustaba su delantal y cuando le pedí permiso para sacarle otra foto, porque en la anterior había salido con los ojos cerrados. Por alguna razón, eso la hizo reír más aún.
4. Al mar con ropa
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Cuando fuimos a Durban no pensé que me iban a dar tantas ganas de meterme al mar. Alquilamos bicis y salimos a pasear por la rambla. Yo, desprevenida, no me llevé traje de baño. Llegamos a la playa y decidimos bajar, aunque sea para tocar la arena con los pies. Caminamos un poco más y llegamos a la costa: no se puede estar en la playa y no meter los pies en el mar. Los metí. El agua estaba demasiado linda, pero yo estaba con ropa de calle, no de agua. Entré un poco más, el agua me llegaba por las rodillas y no dejaba de estar linda. Vi que mucha gente se bañaba, familias, hombres, mujeres, todos con ropa. Y ahí pensé: con la cantidad de veces que me metí al mar con ropa en Asia, no puedo no hacerlo acá. Además queda mejor que me meta con ropa antes que en bikini, por respeto. Y me metí. Y nadé con la ropa más incómoda del mundo, pero nadé un ratito en el mar.
5. El mercado indio-africano
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No pensé que Durban era una ciudad tan india. Es el lugar de Sudáfrica con mayor población proveniente de la India, y se nota. El mercado estaba repleto de especias y de saris. A la vez, sin embargo, había mujeres que hacían las típicas trencitas africanas y hombres que vendían estatuitas de jirafas. Una linda mezcla. Las dos mujeres de las fotos me llamaron la atención. La primera, de casualidad. Yo le estaba sacando una foto a las decoraciones de colores y ella fue y se sentó justo ahí, en el espacio vacío de mi foto. A la segunda la vi de lejos: me encantó la composición de colores que formaba con la pared de atrás. Me acerqué a ella, al principio con timidez (no quería molestarla), y le pregunté cuánto tiempo le llevaba confeccionar esa tela. “Una hora”, me dijo. Le pregunté si podía sacarle una foto trabajando. Sonrió y asintió.
6. Maracuyá alucinógeno
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Amo el maracuyá. Lo amo con toda mi alma y no me canso de comerlo. En Argentina no se consigue tanto como en otros países, así que cada vez que viajo aprovecho y me doy una sobredosis. En Sudáfrica me lo encontré de sorpresa en el primer desayuno y me comí cuatro al hilo. Me encanta la acidez del maracuyá. Me encanta morder las semillitas. Pero al verme comiendo maracuyá tan desaforadamente, mis compañeros de viaje empezaron a sospechar: “¿Por qué comés tanto maracuyá? ¿Tiene algo, no? Seguro que es alucinógeno”. No, no, es que me encanta. Más tarde, después de varios maracuyá más, nos fuimos al safari.
“Chicos, ustedes también ven el unicornio que baila detrás del elefante, ¿no?… ¿y el ave fénix? Qué raro, no me salen todos los animales en las fotos”. :D
7. Bunny chow
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El bunny chow debe ser uno de los platos más picantes que comí en mi vida. El que me pedí yo era de champignones y papa, pero hay con todo tipo de carne. A simple vista, es un pan lactal relleno. Pero lo lindo del bunny chow es su historia. Dicen que el plato nació en una esquina de Durban en los años 40. Durante el apartheid los indios no tenían permiso para comer en ciertos restaurantes y cafés, entonces los dueños indios de un local idearon ese plato para poder servir comida a sus compatriotas sin que nadie se diera cuenta. Simplemente “vaciaban” el pan, escondían la comida adentro, volvían a cerrarlo y lo entregaban por la puerta o ventana de atrás, como si fuese solamente un pan.
8. Ruido a mar
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Ir al Cabo de Buena Esperanza, el punto más austral del continente sudafricano, escuchar el ruido del mar durante largos minutos, sin aburrirme, y sentir que ahí se terminaba un enorme pedazo de nuestra Tierra.
9. Avril
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Avril es una de las personas que me llevo de este viaje. Ella apareció como nuestra guía en Ciudad del Cabo y nos terminó contando una historia enorme, la historia de su vida: el relato de una chica coloured (mestiza), hija de padre irlandés y madre india-sudafricana, con una hermana blanca en pleno apartheid. Nos contó cómo tenía que esconderse debajo de la cama cada vez que la White Police golpeaba la puerta, cómo (al no entender lo que estaba pasando) sentía que sus padres no la querían. Escribí toda su historia y la publicaré pronto, probablemente en el próximo post. Pero lo que más me llevo de ella, más allá de su relato, es su calidez, su sonrisa, su amabilidad y el enorme abrazo que me dio cuando nos despedimos.
10. Mandela
[singlepic id=7151 h=625 float=center] La celda donde estuvo preso Nelson Mandela
[singlepic id=7150 w=625 float=center] El bus en el cual se recorre Robben Island, la “isla-cárcel” durante el apartheid.
[singlepic id=7152 h=625 float=center] Nando estuvo preso con Mandela y nos contó cómo era la vida en prisión.
No lo conocí en persona, pero le seguí la huella. Entré a la casa en la que vivió, entré a la celda (mínima) en la que estuvo preso casi dos décadas de su vida, escuché el relato de otro sudafricano que estuvo preso con él, escuché a la gente llamarlo “papa” (por “padre”) con mucho amor, entendí lo importante que es la palabra “reconciliation” en Sudáfrica. Cuando volví a Buenos Aires vi la película Invictus (la recomiendo muchísimo) y no pude evitar llorar. Qué bueno que existan hombres como él, que dedican su vida a la humanidad.
Bis:
[singlepic id=7144 w=625 float=center] Vi este cartel y me di cuenta. Hace varias semanas que Nueva York me llama. Nunca fui, hace tiempo que quiero conocerla, y de repente me llama cada vez con más fuerza. No tengo nada planeado por ahora, pero me llama.
Aniko me encanto leer lo quemas te gusto de este viaje, yo vivo hace ya Casi 2 años en Johannesburg, y deseo algun dia volver como turista (por asi llamarlo) y poder llevarme solo una de esas miles de sonrisas q se ven plasmadas en tus fotografias!
Te Admiro mucho Aniko..te juro que no tengo palabras para describir las sensaciones que van de la punta de los pies hasta mi cabeza cada vez que leo tus relatos..estoy esperando el veranito para partir a cualquier lado con la mochilita al hombro..soy chiquito 18..jaja pero no aguanto massssssss SOS UNA INSPIRACION ENORME PARA MI,GRACIAS POR COMPARTIS TUS HISTORIAS!
Hermoso Aniko, felicitaciones y gracias por esta nueva entrega de sensibilidad y colores.
(Una cosita: Mandela estuvo preso “casi tres décadas” de su vida).
¡Éxitos en Nueva York!
(Casi dos décadas en esa celda, en Robben Island, tenes razón, disculpame lo de atropellado).
Aniko, yo si te puedo decir lo que mas me gusto de tu viaje.Es como capturas con tu maquina y tu pasion, las expresiones de esos rostros.Felicitaciones.!!!!
Aniko!!!!sos una genia!!!adoro como escribis!!!ni hablar d las fotos…
Como siempre, hermoso relato y las fotos! cómo me ayudás a viajar ahora que vivo una etapa difícil para hacerlo. Espero tus próximos. Un abrazo y gracias por estas vivencias compartidas. Nelly
che no me digas q te vas a traer un negrito de sudafrica
disculpa pero me parecio un post un poco tilingo de tipica turista occidental
ja, lo mismo dije de los nenes asiáticos, marroquíes, españoles, sudamericanos… me los traería a todos porque amo a los nenes. pero que a vos “te moleste” que lo diga de un nene africano habla mal de vos, no de mí. y que yo sepa, soy una turista occidental… o pensabas que por mi nombre era japonesa? XD
Bien ahí =P
Y para cuando te vienes a tomar tus lindas fotos a Mexico??Saludos,idola jaja :)
México! espero ir pronto! :)
Hola Aniko,
Siempre te leo porque amo viajar y he ido a unos cuantos lugares hermosos, pero tus posts de Sudáfrica fueron muy especiales; me encantó poder ver que pusiste en palabras tantas emociones que víví y que no soy capaz de describir ni escribir como lo hiciste vos. Amo los animales y los gatos -vivo con una siamesa- y cuando apareción la primera leona en el safari lloré de la emoción, en Durban expertimenté una verdadera aventura cuando visité el mercado indio y …hasta me compré la máscara de la jirafa! GRACIAS por hacerme revivir tanta hermosura. ah! estuve en Sudáfrica el año pasado, un mes y medio después de volver de Nueva York, je! Cecilia
Tengo 2 preguntas para ti!! ¿Qué tal las comidas surafricanas?
y.. ¿qué tan diferentes sentiste Suráfrica de Marruecos? Sin haber visitado ninguno de estos paises, por lectura y fotografía, da la impresión de que a pesar de estar en el mismo continente, estos dos lugares son distintos…
Aniko, excelente lo tuyo como de costumbre. Y como he visto en la web vas a ser una alumna de la Universidad “ORSAI”, así que espero pronto leerte en la revista. Exitos en este aprendizaje.
Una vez más ha sido un placer leer tu blog y admirar tus fotografías
Es interesante Aniko que hayas atravesado el océano para comer mucho de un fruto que es nativo de Argentina así como de casi todos los países latinoamericanos. Esto es porque el maracuya o fruto de la pasión es típico de climas tropicales y subtropicales y en Argentina se encuentra solo en las províncias fronterizas a Paraguay, país donde la flor de este fruto es símbolo nacional. El Brasil es el mayor productor y consumidor del maracuya donde está presente en casi todo el território, a excepción del sur de Río Grande del Sur.
y tú ya viajaste?
Hermosa la mirada de la nena del poncho verde!
:) Si New York te llama, es porque tu corazón también lo hace con ella. Gracias por regalarnos trocitos tan valiosos de tu experiencia Aniko! Bendiciones!!!
Hola Aniko amo viajar y disfruto de una manera inexplicable leyendo tus relatos, realmente viajo a traves de ellos y percibo un sin fin de emociones a través de tus fotos que son maravillosas!!!Que hermosos niños, su inocencia y ternura son capturados en tus fotos!! Todavia no me animo a dejar todo y viajar tanto tiempo, pero ese deseo esta en mi interior pidiendome a gritos que lo concrete, son sensaciones encontradas, amo mi profesión y lo que hago desde mi pequeño lugar, por eso no puedo ausentarme por mucho tiempo, pero tengo bastantes dias de vacaciones y ahi aprovecho!!!. Lo que a vos te pasa con Nueva York a mi también me pasa siempre, ahora me esta pasando con Tailandia y asi encontre tu blog, la encuentro por todos lados, en peliculas, en programas, en todos lados me llama, pronto ire!!!
Gracias x otro maravillos post! Sos un fuente inagotable de inspiración…..
Definitivamente me encantó tu relato. la verdad nunca se me había ocurrido viajar a Sudáfrica porque soy más del tipo de lugares con mucha comodidad… pero la verdad suena como un lugar maravilloso! Gracias por el post!
Nos encanta tu experiencia sudafricana….totalmente enriquecedora. Enhorabuena por el blog y por las excelentes fotografías.
Aniko, la hinchada pide la historia de Avril!!
Creo que sería el post perfecto para contrastar con la ruta “prefabricada” que te arman los guías turísticos.
Un beso grande!
Hola Marcos!
Siii, la historia de Avril la tengo preparada, casi lista para subir, así que próximamente…
Encontré tu blog hojeando un diario y desde que entre no puedo dejar de leerte. Me encanta lo que haces, yo amo viajar y me gustaría conocer todos los rincones de la tierra, si eso fuera posible. Por ahora viajo por trabajo y alguna que otra vez por placer. Me sorprendió ver que tenías 27 (yo tengo 26) … Debes ser muy madura! De nuevo, me encanta lo que haces pareces de esas personas que una podría hacerse amiga. Te dejo, voy a seguir leyendo!
muy buen reportaje, super interesante y precioso! me han vendio ganas de ir a Sudafrica a verlo con mis propios ojos! para cuando termine el master turismo que estoy cursando tenia pensado hacer un viaje y me haria ilusion ir a vistar esta region…a ver si me animo y lo hago! gracias por la información!
Aniko:
Me gustó esta propuesta de escritura desde las sensaciones, y acompañado, como siempre, por imágenes tan hermosas.
Una sugerencia: ¿no tendrías la opción de colocar un mapita con los puntos que conociste a un costado del texto? Así uno se va ubicando visualmente y va aprendiendo…
Gracias por compartir tus experiencias,
Un abrazo!
Aniko, siempre fui lector pasivo… De varios lo quitos que escriben porque viajan. Me emocionas, me sensibilizas, me empujas, me haces vivir y sonreir!!!!!! Desde una oficina en pleno microcentro, te digo que mientras almorzaba te leía y se me llenaron los ojos de lagrimas, pero no una vez… varias….. Solo quiero salir de mi mundo, para conocer el mundo……Ojala un día te conozca.
Aniko, una vez más me pregunto por qué me quedo tanto tiempo sin leerte. Debe ser porque venir de vez en cuando es un respiro en medio de la vorágine.
Me quedé con ganas de verte nadando con ropa en el mar. No te pierdas de retratarte en esas circunstancias memorables jajaja.
Besos!
jaja sí, estaría bueno tener una especie de fotógrafo invisible que me retrate en esos momentos memorables!
Hola Aniko, hace muy poco que te descubrí y me pareció fabuloso,lo que haces,de Viajar por el mundo,me gustan muchos tus comentarios y las fotos son realmente hermosas,te sigo por facebook,y lo voy a seguir haciendo,es una manera de viajar contigo.¡Con todas las emociones juntas! un abrazo y que Dios te acompañe siempre!!!!!
Hola Aniko, estoy planeando un viaje por Botswana, tendrías algún consejo, o contacto o información de esa región? Me encanta tu página, te leo y me adoro tu modo de vida!
Graciela
Hola Graciela, no estuve en Botswana, saludos!
Hola!!!!!!
Me encanta leer tus historias… siento que conozco a través de tus viajes lugares a los que aun no he podido visitar y reviajo los lugares q he visitado.
Gracias!!!
Hermoso, hermosísimo post! Me quedo con ganas de leer la historia de Avril :) Espero que la publiques pronto.
Hola Aniko! Habia leido una nota de un diario hace pocos meses de un reportaje tuyo y hoy te encontre sin querer navegando por google.. Me encantaria algun dia perder el miedo y aventurarme asi! Voy a tratar de leer todo.. todo del blog! amo las historias! Espero alguna vez vivirlas! Estoy acentada, Es mi sueño no irme del mundo sin vivir asi! Te felicito!! Es increible leer tus historias y sentirlas como mias! Un abrazo!
Hola Aniko, me gustó este post. Otra visión de Sudáfrica.
En mi viaje siempre me sentí muy bien tratada por los Sudáfricanos. Son personas muy amables.
Leyendo esto me hiciste acordar del terrible bunny chow que comi en uno de los puestos que estan en la playa, en Durban. Era enorme y riquisimo, me encantó!
Excelente post!
Hola me encanto tu post!! muchas gracias, estoy planeando ir, me podrias dar alguna forma de contactar a Avril? tambien es facil cruzar la frontera por carretera. Voy sola entonces no se cual seria la mejor forma para ir a los paises que estan alrededor hasta Etiopia. Muchas gracias de nuevo!
Este blog me hico sentir como si hubieramos estado en el lugar, ya que gracias a las fotos y descripciones tan detalladas te deja la sensacion de que estas ahi y los sentimientos que se transmiten , o si no es asi de conocer el lugar, te deja intrigada a viajar y construir memorias de diversos lugares, culturas, y probar cosas.
Hola Aniko!! Muchas gracias por compartir con nosotros tu experiencia, aquí en la oficina donde trabajo te seguimos los pasos, jejejeje.
Estoy planeando ir a África, empiezo por Johannesburgo, por después nosé, me darías un par de recomendaciones? voy un mes, y estoy muy entusiasmada, estoy acostumbrada a viajar bien mochilera, jejeje, me gustaría poder conocer lo atóctono realmente, el bife con puré, el vino con coca, de allá ¿Cómo pensas que debería hacer?
Te agradezco muchísimo la información.
Un abrazo,
Euge
Nos han encantado primero imaginarnos sus sonrisas, y segundo sus colores y comida. ¡No sabes las ganas que tenemos de conocer Sudáfrica! En cuanto podamos nos pegamos una escapada… ;)