29 de marzo de 2012, Laponia Sueca

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[singlepic id=4856 w=800 float=center] Foto: Miguel Páez

Querido Blog:

Dormí menos de cuatro horas pero no me importa nada. Ayer vi la aurora boreal. Leíste bien: A-U-R-O-R-A-B-O-R-E-A-L. ¿Qué asunto mundano me puede importar después de haber visto algo así? La naturaleza es el mejor desestresante que existe, a mí no me vendan otra cosa porque no la compro.

Hoy tuvimos que dejar la casita del bosque para volver al centro de Piteå. Eso de despertarse con los árboles silenciosos al lado, la nieve y la luz del sol entrando por la ventana no tiene precio. ¿Sabías que esta zona de Suecia es el lugar con más bosques de todo el norte de Europa? El bosque de acá, a diferencia del de, por ejemplo, Sudamérica, crece muy lentamente: pueden pasar 100 años desde que los árboles son plantados hasta que se conforma el bosque. Por eso tenemos que cuidarlo. Creo que si todos los seres humanos tuvieran la posibilidad de despertarse por lo menos una vez en medio de un bosque y sentir la paz que transmiten los árboles, la naturaleza estaría mucho más cuidada. Porque nadie quiere hacerle daño a aquello que le hace feliz, ¿no te parece? A veces buscamos la felicidad durante toda la vida y no nos damos cuenta de que la naturaleza que nos rodea es suficiente para hacernos sentir bien. Cómo me gustaría tener un pedacito de bosque… Gunnar y Caroline (la pareja que nos alojó anoche) nos contaron que la mitad del bosque pertenece a pequeños propietarios, un cuarto pertenece al Estado y otro cuarto a grandes empresas. Pero todos son libres de caminar por todo el bosque. El problema al que se enfrentan ahora es que hay mucho bosque y poca gente, necesitan personas que estén dispuestas a trabajar ahí. ¿Vos tu sumás? Yo me quedaría eh…

[singlepic id=4842 w=800 float=center] En Piteå

[singlepic id=4846 w=800 float=center] Mar congelado

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[singlepic id=4780 w=800 float=center] Mucha mucha nieve (vista desde el bus)

No sabés: hoy nos entrevistaron para un programa de radio sueco. Fue en inglés, muy interesante: hablé acerca de la experiencia de ver la aurora boreal, acerca de mis viajes, de los lugares que más me gustaron, de lo que recomiendo ver en Argentina y Asia (¡todo!). Si me pasan el audio te lo mando así me escuchás. Nunca te conté de mi afición por la radio, ¿no? En el 2007 trabajé en un programa con amigos, tenía una columna semanal de curiosidades del mundo, era un segmento muy divertido y que casi siempre terminaba rondando lo bizarro (cuándo no). Desde que empecé a viajar me hicieron varias entrevistas y ahora en unos días (aprovecho para darte la primicia) empiezo como columnista (de viajes, obvio) en un programa de radio de Argentina que se llama “La suerte está echada” y que saldrá de lunes a viernes de 6 a 8 am en FM Touché (89.1). Empieza el 2 de abril (¡ya!), todavía no sé qué día de la semana saldré, así que te avisaré con tiempo para que me escuches. Pero esto de volver a hacer radio me pone feliz.

[singlepic id=4850 w=800 float=center] El chico que nos entrevistó

Hoy almorzamos en un resort en Piteå, mirando el mar (o, mejor dicho, el mar congelado). ¿Te hablé de la comida sueca ya? No me acuerdo, te conté tantas cosas… Acá se come muy sano. De desayuno muesli con yogur (que debe ser una de las cosas que más me gusta comer en este mundo), jugo de frutas, té o café, fiambres, panes y mermeladas de todas las “berrys”: rasberry, cranberry, cloudberry, blueberry. Los frutos del bosque, bah. Esta vez almorcé un poco de pescado con brócoli, tomate, choclo, morrón, queso y salsa de champignones. Mmmmmm, qué rico. También probamos el “Pitepalt”, una comida de supervivencia que apareció después de la Segunda Guerra Mundial para alimentar a la población: un pan hecho a base de harina, papas y sal y relleno con un poco de carne. Se come con mermelada y manteca y llena muchísimo, yo no pude comer ni la mitad. Hoy en día mantienen el Pitapalt más como tradición que por otra razón. Comí, también, una caritas felices con un sabor muy particular: regaliz y sal. Raras. Un sabor de esos que te generan muecas involuntarias.

[singlepic id=4840 w=800 float=center] ¡Cómo amo comer esto!

[singlepic id=4847 w=800 float=center] El almuerzo

[singlepic id=4848 w=800 float=center] El pitepalt

[singlepic id=4851 w=800 float=center] Las caritas :D

Después Miguel y yo tomamos el bus y nos fuimos de vuelta a Skellefteå (la ciudad a la que llegamos con el avión y donde pasamos la primera noche) para ir en coche hasta la casa de Tova y Bob, una pareja sueca que conocimos en el partido de hockey el día que llegamos. Tienen un Bed & Breakfast lindísimo en medio del bosque. Tengo un problema: cada lugar al que llego me gusta más que el anterior. Soy terriblemente enamoradiza de los paisajes y de los lugares, tengo que admitirlo. El otro día te contaba que mi paisaje preferido es el mar, ¿te acordás? Bueno, creo que ahora puedo decir que uno de los paisajes que más me inspiran son los bosques nevados. Son mágicos, de cuento. Me hacen sentir como adentro de una postal. Estando acá me dan ganas de encerrarme en una cabaña y dedicarme a escribir durante meses sin parar.

[singlepic id=4839 w=800 float=center] La casita en el bosque de Tova y Bob

[singlepic id=4816 w=800 float=center] ♥

[singlepic id=4811 w=800 float=center] Ellos

[singlepic id=4789 w=800 float=center] Tova preparando el agua caliente para el “hot tub”

[singlepic id=4804 w=800 float=center] Caminando por el bosque

Tova y Bob son una pareja muy cálida y agradable, personas con que las que quisiera compartir más tiempo. Ya les pedí que me adoptaran y que me dejen vivir en la casita de las gallinas: ya lo veo, me pongo un colchoncito ahí, una conexión a internet y listo, no me voy más. Siempre digo lo mismo, ¿no? Una de mis frases célebres debe ser “No me quiero ir” o “Acá me quedo”, es que viajando conozco tantos lugares que me atrapan… Como el bosque donde viven Tova y Bob, por ejemplo. Hoy comprobé que hay bosques encantados, bosques que pertenecen a los cuentos que leía de chica, donde no me sorprendería encontrarme hadas y seres viviendo en casitas en los árboles. Cuando estaba bajando el sol nos pusimos unos esquíes y nos fuimos los cuatro a hacer una caminata por la nieve hasta el lago congelado. Imaginate tener un lago así a unas tres cuadras de tu casa. No habría razón para no ser feliz. Tova y Bob no cierran su casa con llave. Impensado, ¿no? Tener la tranquilidad de que podés salir y nadie va a entrar a desvalijarte no tiene precio.

[singlepic id=4791 h=800 float=center] Un arroyito que está a la vuelta de la casa

[singlepic id=4794 w=800 float=center] La ruta que lleva hasta la cabaña

[singlepic id=4799 h=800 float=center] Cuando bajaba el sol nos pusimos los esquíes

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[singlepic id=4805 w=800 float=center] y nos fuimos a caminar por el bosque

[singlepic id=4821 w=800 float=center] a ver el lago

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[singlepic id=4823 h=800 float=center] y dejar nuestras huellas.

Acabo de volver del sauna, Blog. Acá todos tienen sauna en su casa, es algo muy común. Se calienta con fuego y tiene ventanas para disfrutar del paisaje mientras empezás a transpirar. Me contaron que en invierno es muy común usar el “hot tub” (la bañera de agua caliente) y después tirarte sobre la nieve (cuasidesnudo) para enfriar el cuerpo. Yo no sé si me animo a tanto. Ya es tarde, así que me voy a dormir y mañana sigo con esta carta.

[singlepic id=4845 w=800 float=center] La vista desde el sauna de Pite Havsbad, el resort que fuimos a conocer en Pitea antes de ir a lo de Tova y Bob

***

¡Buen día, Blog! ¡No sabés lo bien que dormí! El colchón de mi cama era muy mullido, tanto que cuando me acosté sentía que me hundía y que me iba directo al mundo de los sueños, como cuando Alicia cae por el hueco y llega al País de las Maravillas. Estoy pensando en rebautizarte eh, me parece que lo de Viajando por ahí ya fue, tendrías que llamarte Aniko en el País de las Maravillas. O Aniko en el Planeta de las Maravillas. Ese va a ser tu pseudónimo de ahora en más, así que cuando completes un formulario, acordate:

“Apellido y Nombre: Por ahí, Viajando.”

“Pseudónimo: Aniko en el País de las Maravillas”

“Edad: 2 años”

¡Ya cumplís dos años, Blog! Qué grande que estás…

[singlepic id=4814 w=800 float=center] La vista desde mi cama

[singlepic id=4815 h=800 float=center] La vista desde la otra ventana de mi cama

Bueno, eso: te decía que me acosté en la cama y viajé a un nivel de sueño más profundo (como en la película Inception: un sueño adentro de otro), porque aunque me haya despertado, todavía sigo soñando. Creo que una de las sensaciones más lindas al despertarse en invierno es mirar la naturaleza por la ventana, apoyar los pies sobre el piso de madera, ponerse las pantuflas y bajar las escaleras (en caso de que las haya, como en lo de Tova y Bob) para ir a desayunar algo calentito. Y si hay pan casero, jugo de frutas y yogur con cereales, mejor aún. El desayuno es uno de mis momentos preferidos del día.

[singlepic id=4829 w=800 float=center] Waffles con crema y mermelada

[singlepic id=4837 w=800 float=center] El hombrecito de nieve que hizo Tova

Hoy almorzamos waffles afuera. Después —no sé cómo no se me ocurrió antes— me senté a jugar en la nieve. Quise hacer un muñeco de nieve (nunca hice uno en mi vida… ¡no te digo que nunca me llevaban a la nieve de chiquita!), pero fracasé así que hice algo mejor: una gallina de nieve, con sus huevos y todo. ¡Los hombres de nieve ya fueron! Lo que se vienen son las gallinas. La mía empolló cinco huevos en pocos minutos, es una genia. Y encima no sé cómo hizo, pero los puso en exposición en un nidito, por si alguien los quería comprar. Además tenía una cresta guapísima (no me importa que las gallinas no tengan crestas, la mía tenía). Bob me preguntó si la quería envolver para llevármela a Barcelona. Lo pensé eh, pero tenía miedo de que no me dejaran subir al avión con animales (si hubiese estado en Marruecos la metía en cualquier baúl y listo). Además mirá si justo empezaban a nacer los pollitos en pleno vuelo, iba a ser un lío. Así que la dejé ahí con sus amigos: un conejo y un hombrecito muy simpático hechos por Tova. Estoy segura de que ahí va a ser muy feliz.

[singlepic id=4835 w=800 float=center] Mi gallinita

[singlepic id=4836 w=800 float=center] El conejo de Tova

[singlepic id=4798 w=800 float=center] Los scones (pan) que me enseñó a hacer Tova (¡ojalá me salgan tan ricos!)

A eso de las 4 de la tarde, Tova y Bob nos llevaron en auto de vuelta a Skellefteå. En el trayecto, Tova me dio su receta para hacer scons (un tipo de pan), así que lo intentaré. La cocina no es lo mío pero lo intentaré. Nos despedimos con un enorme abrazo. Qué lindo que es conocer gente así. Para mí viajar es esto: conocer personas y, sobre todo, aprender algo de cada uno que se cruza en mi camino. Por más mínimo que sea, creo que todos nos pueden enseñar algo valioso. La verdad que admiro el estilo de vida de esta pareja. Se siente que son felices y, a la vez, simples, que no necesitan más de lo que tienen. Te dejo su dirección por si los querés visitar, van a estar encantados de recibirte.

Te dejo por hoy. Mañana ya nos vamos de vuelta a Barcelona, pero no te preocupes que te voy a mandar una carta más desde este estado onírico en el que estoy flotando hace unos días…

Cuidate y sé feliz,

Aniko

[singlepic id=4787 w=800 float=center] ¡Me encanta esta valijita viajera!

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[box border=”full”] Viajé a Laponia Sueca invitada por VisitSweden. [/box]