1. COOL

Por favor.

Qué ciudad tan cool, tan chic, tan in, tan top, tan todas esas palabras que usamos en inglés por falta de un sinónimo en castellano que suene tan cool como la palabra cool, o tan chic como la palabra chic

Lo comprobé desde la ventana del avión: si Singapur es la ciudad supersónica, Hong Kong es la ciudad megahipersónica.

Nunca vi algo así en mi vida.

Nunca vi tantos edificios juntos, tantas luces de colores, tantos carteles amontonados, tanta ciudad en medio de las montañas.

Me siento la nena del campo que llega por primera vez a la gran ciudad, pero es que realmente nunca vi una cosa así en mi vida.

Me faltará primer mundo, tal vez.

Pero lo que más me llama la atención es que no sólo Hong Kong es cool, glamorosa, pretenciosa: sus habitantes no pueden encajar mejor en este escenario.

Por favor, qué gente tan fashion, tan a la moda, tan bien vestida, tan… cool.

Los empresarios lucen sus trajes de primeras marcas, la gente joven se expresa a través de los mensajes de sus remeras, las zapatillas vienen de todos los colores y combinaciones posibles, los anteojos de sol y sombreros se usan de día y de noche, los anteojos de marco grueso y colores fuertes son la regla, tacos altos caminan de acá para allá, los hombres usan el rosa descaradamente (y lo saben llevar), los cortes de pelo son modernos, las calles son pasarelas.

¿Cómo pasó esto? ¿Qué nació primero? ¿El huevo cool o la gallina cool? ¿Cómo es que un pedazo de tierra entre las montañas y el mar se convirtió en un lugar tan sofisticado con personas tan a la moda?

Otra vez la misma pregunta: ¿cuál es el elemento que hace que una ciudad sea lo que es? ¿La geografía? ¿El clima? Ya encontraré la respuesta…

2. SHOPPING

– In Hong Kong you can shop anywhere, me dice mi amiga Journey mientras caminamos por entremedio de los negocios de ropa y comida de una de las tantas estaciones de subte de Hong Kong.

La conocí de casualidad en Ko Phi Phi (Tailandia) apenas empezaba mi viaje, recorrimos parte de Malasia juntas y ahora nos volvimos a encontrar para viajar por Hong Kong y Macau.

Journey no solamente es mi primera amiga china, sino mi “traductora” oficial: más allá de ayudarme cuando me pierdo entre los caracteres chinos y no tengo idea de qué me están diciendo, Journey se encarga de enseñarme más acerca de la cultura oriental y de las tradiciones chinas.

En este caso, me señala una costumbre muy “moderna” de esta isla: todo el mundo está de shopping a cualquier hora del día y en cualquier lugar de la ciudad.

Si hay algo que no falta son negocios, podría decir que Hong Kong en realidad es un gran shopping con algunos autos que circulan entremedio y gente que vive en las afueras de los negocios.

Te bajás del subte y encontrás locales de comida natural, cafés, panaderías a montones (al estilo Delicity y mejor aún), invasión de 7-Eleven y Starbucks, salís a la calle y te chocás obligatoriamente con alguno de los —me atrevo a decir— cientos de malls de Hong Kong, ubicados estratégicamente para que la gente TENGA que atravesarlos sí o sí para poder cruzar la calle.

Y aunque hagas todo lo posible para no entrar a ningún shopping (aunque la oferta más tentadora sea la del aire acondicionado gratis), los negocios te perseguirán en cada cuadra: Rolex, Gucci, Versacce, Prada, Polo, Guess, Tiffany’s y tantas marcas que vi solamente en las películas están acá, listas para venderte la felicidad a buen precio.

Hay un sólo deporte nacional en Hong Kong: salir de compras.

3. IMAGEN

Tardé en darme cuenta, pero después de sacarme la quinta autofoto de mi reflejo en plena calle caí: Hong Kong está plagada de espejos.

En los baños los hay de todo tipo: de cuerpo entero, con buena luz para maquillarse, en las puertas.

En la calle me choqué con muchísimas superficies “reflejantes” y no resistí la tentación de capturar mi imagen.

Mi conclusión: Hong Kong no es solamente una ciudad que pretende verse bien, sino que además le interesa mirarse a sí misma desde todos los ángulos posibles. Es una ciudad narcisista. Se contempla a sí misma desde las alturas (no hay mejor ejemplo de esto que la vista panorámica que ofrece “The Peak”, la cima de una de las montañas).

Además, ¿dónde se ha visto una ciudad donde los propios edificios hagan un show de luces perfectamente sincronizado todas las noches?

Hong Kong… Lugar donde incluso los hombres frenan frente a algún espejo y se arreglan el pelo sin ningún tipo de pudor.

4. EDIFICIOS

Lo descubrí de tanto sacar fotos.

Generalmente sólo saco fotos apaisadas, no me gustan las fotos verticales. Pero acá NECESITO sacar fotos verticales para acaparar todo el paisaje. Como no alcanza la superficie de tierra, todo se construye hacia arriba.

Hong Kong tiene más de 7650 edificios rascacielos y, agrego, uno pegado al lado del otro.

Literalmente, están pegados, no hay espacio entre uno y otro, el vecino puede controlar todos tus movimientos.

Visto desde arriba, pareciera que todos los edificios salen de la misma base.

Al parecer, 36 de los 100 edificios más altos del mundo están en HK y hay más gente viviendo y/o trabajando del piso 14 para arriba, lo que hace que esta sea la ciudad más vertical del mundo.

Repito: nunca vi un lugar así en mi vida.

5. LOST

Imposible no perderse.

Por más que tengas el mapa perfectamente detallado en mano y sigas todas las indicaciones de los carteles en las esquinas, es imposible no perderse aunque sea una vez.

Es que acá hay que dejar de lado la lógica y pensar con mente de shopping: no, para ir de A hacia B la linea más corta no es recta, sino que hay que seguir el camino de la escalera mecánica, atravesar los negocios, subir otra escalera, bajar por ascensor, preguntar un par de veces y finalmente llegar a destino con tres bolsas llenas de regalos.

Para cruzar de una vereda a la otra la manera correcta no es atravesar la calle: muchas veces las sendas peatonales no existen y los carteles prohiben al peatón cruzar.

Tenés que subir la escalera, caminar por el puente, doblar a la derecha, atravesar un banco, bajar la escalera y voilá, ya estás del otro lado.

Por más que todo esté perfectamente bien señalizado, te vas a perder.

Las remeras lo dicen: I’m lost in Hong Kong.

Pero al fin de cuentas las grandes ciudades son las más solitarias.

Hay más gente, sí, pero eso no quiere decir que haya más amigos o más compañía. En las grandes ciudades como Hong Kong, cada cual está en la suya, yendo apurado de acá para allá y usando los tiempos muertos para mandar mensajitos de texto en su celular último modelo.

¿Querés saber cómo sigue? Lee la segunda parte acá…

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