Cada vez que conozco a alguien y le cuento que me dedico a viajar, me dice que le gustaría hacer lo mismo pero a) no tiene tiempo, b) no tiene dinero, c) no se anima. Las tres opciones son falsas, pero en este post me concentraré en la b e intentaré demostrarles que es posible viajar con poco presupuesto (o sin nada).

Lo descubrí cuando empecé a viajar: vivir en movimiento puede ser mucho más barato que vivir de manera fija. Digo “puede ser” porque todo depende de qué entienda cada uno por “viajar”. Hay gente (y escuché esta frase mil veces) que dice que si va a viajar quiere estar tan cómodo como en su casa o más. Perfecto: en ese caso esa persona gastará más en dos semanas de viaje de lo que gasta en seis meses en su ciudad.

Viajar, para mí, no equivale a irse de vacaciones ni a llenarse de lujos, sino a salir a conocer todos los mundos que hay adentro de este. Y para eso, créanme, no se necesita mucho dinero. Se necesitan otras cosas: adaptabilidad, empatía, liviandad, apertura, predisposición, ganas. La plata solamente nos sirve para acelerar ciertos trámites y cubrir ciertas necesidades que también podemos cubrir sin dinero por fuera del circuito turístico. El primer paso para viajar con poco dinero (o sin nada) es cambiar ciertos parámetros sociales que aceptamos como “únicos” o “correctos” y entender que no todo se hace por dinero: se van a sorprender de la cantidad de ayuda que da la gente por motivos que no tienen nada que ver con lo monetario.

Estas son algunas recomendaciones que aplico durante mis viajes y que espero les sirvan a ustedes. Están divididas en cuatro grandes partes: comida, alojamiento, transporte y otros gastos.

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A) Comida:

[singlepic id=7625 w=700 float=center] Puestos callejeros en Malasia

* Evitá los restaurantes turísticos. Siempre son más caros y, en muchos casos, no tan buenos como los locales.

* Pedile referencias a la gente local: ellos saben dónde se come rico y barato. En ciertas partes del mundo, como en Asia, la mejor comida (y la más económica) está en los puestos callejeros, así que si ves que la gente local se congrega a comer ahí, animáte también a hacerlo. Averiguá los precios de antemano para que no te cobren de más por ser extranjero.

* Un dato: un amigo asiático me dijo que si hay gente formando fila y esperando frente a algún puesto, es porque es el mejor en esa especialidad (habiendo tanta oferta de comida, si la gente local espera es porque vale la pena).

* En muchos países asiáticos, los templos sirven comida gratuita en determinados días de la semana.

* En casi todas las ciudades existen los menúes de almuerzo y cena. Generalmente incluyen entrada, plato principal y postre (a veces también bebida) y son más económicos que pedir todo por separado. En Asia recomiendo ir de puestito en puestito y probar varias comidas (los platos suelen costar un dólar); en ciertas partes de América Latina los menúes son la opción más económica (entre 2 y 5 dólares). Preguntá: a veces podés pedir medio menú (solamente plato principal y postre, o entrada y postre) por la mitad de precio. En algunos países (como Marruecos) también se regatea el precio del menú.

* La propina es polémica. No existe un estándar mundial, hay países donde es obligatorio darla, otros donde está prohibido (ejemplo: Singapur), lugares donde se espera y otros donde no. Averiguá cuál es la regla de etiqueta del país y tomá tu propia decisión. Si querés ahorrar, reducila.

[singlepic id=7624 w=700 float=center] Comida comunitaria en Marruecos

* En países donde comer en la calle es caro, lo mejor es ir al supermercado, verdulería o mercado central, comprar los ingredientes y cocinar. Todos los hostels tienen cocina. Si estás haciendo Couchsurfing preguntále a tu anfitrión si te deja cocinar (tal vez incluso te ofrezca compartir gastos y preparar una comida para toda la familia o grupo de gente que viva en la casa).

* Las sobras son sagradas: lleváte un taper y guardálas para comer más tarde. O, si estás comiendo en un restaurante, pedí que te guarden las sobras en un recipiente (a veces las porciones son muy abundantes y alcanzan para dos o para un almuerzo y cena).

* Un sandwich te salva en cualquier parte del mundo.

* Hay muchos países donde el agua de la canilla es potable y apta para consumo (ejemplo: la Unión Europea). OJO: hay países donde el agua corriente NO es potable y puede provocarte problemas de salud. Informáte antes de viajar (o preguntá una vez en el país).

* Siempre es más barato tomar agua mineral (en caso de no poder tomar la de la canilla) que gaseosa. Y más sano. En muchos países (especialmente los tropicales) los jugos de fruta cuestan un dólar o menos.

* Muchos viajeros hacen dumpster diving para alimentarse, aprovechar los recursos que hay en el mundo y no malgastar comida. Si bien es una práctica que tiene muchos matices, consiste en comer lo que otros desechan o están a punto de desechar: las frutas o verduras pasadas o con partes maduras, los productos que están a punto de vencer, el pan que sobró en la panadería al final del día, la comida que tiran los supermercados de noche, lo que otros tiraron a la basura. Acercáte a las verdulerías, panaderías y supermercados y pedí lo que estén por tirar, o fijáte en los contenedores que están cerca. Mucha más info de dumpster diving acá.

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2. Alojamiento:

Si gastás en alojamiento es porque querés. Hay muchas opciones para dormir barato o sin pagar, y son mucho más interesantes que quedarse en un hotel.

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Hostels, apartamentos y campings:

* Los hostels son la opción más económica que ofrece la industria turística. Son más chicos que los hoteles (y tienen un ambiente mucho más comunitario y amigable) y reciben a gente de todas las edades y nacionalidades. Son ideales para conocer a otros viajeros, compartir gastos de comida y, tal vez, seguir camino juntos.

* Quedáte en los dormitorios compartidos (“dorms”) de los hostels: son mucho más baratos porque pagás por la cama y no por el cuarto. Generalmente se comparten entre cinco y diez personas; algunos son mixtos y otros separados. Te puede tocar un roommate que ronca, así que lleváte tapones de oído y bancate la pelusa. Casi todos los dorms tienen lockers, así que llevá un candado para guardar tus cosas.

* Si preferís una habitación privada, siempre es más barato compartirla con alguien.

* Además es más económico quedarse en la habitación con baño compartido (afuera) que con baño privado. Nadie se murió por tener que compartir el baño.

* Buscá precios por internet antes de llegar a destino: hay páginas como Hostelbookers y Hostelworld donde podés comparar precios de hostels por ciudad. A veces la tarifa de internet es más barata (suelen tener promociones).

* Si llegás a una gran ciudad y no tenés alojamiento, averiguá cuál es la zona de hostels baratos, andá para allá y preguntá precios directamente en cada lugar. Antes de decir que te quedás, pedí ver la habitación. Si considerás que es demasiado para tu presupuesto, negociá. En casi todos los países asiáticos podés regatear el alojamiento.

* En los lugares muy turísticos la oferta de hostels es enorme y todos suelen ser baratos y ofrecer un montón de extras para tentar al viajero: desayuno gratis, bici gratis, wifi, lavandería barata. Caminá y compará. Vas a encontrar muy buenas opciones.

* Si vas a quedarte varios días en el mismo lugar, alquilá un cuarto o un departamento a través de webs como Airbnb. A veces son más económicos que los hostels.

* Llevá carpa y bolsa de dormir y acampá. En algunos países está permitido acampar en cualquier espacio natural, en otros te conviene quedarte en campings. En los pueblos podés preguntarle a la gente si te deja acampar en su jardín: algunos te dirán que no, otros que sí y algunos te invitarán a dormir dentro de su casa.

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Hospitalidad

* Hacé Couchsurfing. Para mí es una de las mejores maneras de viajar porque entrás en la vida cotidiana de la gente local y tenés experiencias que jamás te ocurrirían si te quedás en un hotel. Existen otras versiones de Couchsurfing, como Hospitality Club, Warm Shower (para ciclistas) y Friendship Force.

* Trabajá a cambio de alojamiento y/o comida. Podés hacer WWOOFING y trabajar en granjas orgánicas, o hacer Housesitting y cuidar casas mientras sus dueños están de viaje. En HelpX y Staydu hay ofertas de alojamiento y comida a cambio de trabajo. Si planeás quedarte varias semanas en el mismo hostel, ofrecé trabajo a cambio del alojamiento.

* Intercambiá tu casa con la de otra familia.

* Dejá que las familias locales te inviten espontáneamente a sus casas. Pasa mucho más de lo que te imaginás.

* Si se viene la noche y no tenés dónde dormir, acercáte al cuartel de bomberos, comisaría, hospital, estación de servicio o templo religioso más cercano. En alguno de esos lugares te van a recibir.

* Las estaciones de tren y de bus suelen funcionar las 24 horas, así que también podés acercarte para dormir.

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3. Transporte:

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Vuelos

Cuando uno piensa en viajar, inmediatamente piensa en el altísimo costo del pasaje de avión, y eso es suficiente para desmotivar a cualquiera. Lo que hay que tener en cuenta es que existen otras opciones además del avión, aunque es cierto que algunas no sirven para un viaje corto o escapada (es imposible viajar de América a Europa y volver en otra cosa que no sea un avión si no te vas a quedar más de un mes). Por eso milito en pos de los viajes largos y lentos.

* Existen aerolíneas de bajo costo, aunque generalmente realizan vuelos dentro del mismo continente (y no de un continente a otro). En Asia, la más conocida y de mejor reputación es Air Asia, pero hay muchas más. En Europa hay varias: Vueling y Ryan Air son solo dos de las tantas (y a veces son más baratas que ir en tren). Air Asia suele tener muy buenas ofertas (vuelos de 10 dólares o menos), aunque se compran con varios meses de anticipación.

* Comprá un Round the World Ticket: es un pasaje aéreo multidestino que dura un año y te permite tomar, por ejemplo, 10 vuelos a cualquier lugar del mundo. Está pensado para hacer un viaje alrededor del mundo y es mucho más barato que comprar esos 10 pasajes por separado.

* Llevá menos de 10 kilos de equipaje, así podés subirlo con vos al avión y te ahorrás lo que te cobran por despacharlo.

* Volá en temporada baja, fuera de fechas festivas y en días de semana.

* Usá buscadores de vuelos con fechas flexibles. Hay algunos que te muestran el precio del mismo vuelo a lo largo de un mes para que compares y elijas el día más barato.

* Suscribite al newsletter de las aerolíneas que te interesen para estar al tanto de las promociones y apuráte a comprar porque se agotan rápido.

* Los vuelos más baratos suelen salir en los peores horarios (ejemplo: 5 de la mañana), así que si te toca viajar tan temprano te conviene tomar el último transporte público del día anterior y pasar la noche en el aeropuerto. La web Guide to Sleeping in Airports te dice cuáles son los mejores y peores aeropuertos para dormir y en qué zonas acostarte para estar más cómodo.

* Que yo sepa, no existen vuelos intercontinentales de bajo costo, pero sí hay una forma de abaratar el cruce: comprar los pasajes por tramos. Ejemplo: si querés viajar de Buenos Aires (Argentina) a Delhi (India), seguramente sea más barato comprar un pasaje a Europa (en ciertas épocas hay ofertas) y por separado un pasaje a Delhi, que comprar un vuelo directo Buenos Aires – Delhi.

* Usá varios buscadores de vuelos, como Momondo, Skyscanner, Expedia y Hipmunk. A veces te dan precios más baratos que los de las webs de las aerolíneas. Más consejos para comprar pasajes de avión en este post.

* Si viajás mucho en avión (por trabajo por ejemplo) juntá millas y canjeálas por pasajes. También podés pedirle a algún familiar que no las use que te las transfiera.

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Para ir de un pueblo/ciudad a otro/a:

* Evitá los transportes que se hacen llamar “VIP” (generalmente no lo son y lo único VIP es el precio) y optá por el transporte local. En vez de tomar el bus o transfer en la puerta de tu hostel, andá directamente a la terminal y preguntá los precios ahí. Hay países donde las tarifas son fijas (generalmente van a estar pegadas en la ventanilla o visibles en la oficina) y otros donde te van a querer cobrar por la cara (si es así, averiguá el precio de antemano preguntándole a una persona local o fijate en foros de internet). Si te quieren cobrar mucho más por ser extranjero, deciles que vas a pagar el precio local como el resto de los pasajeros.

* En ciertos países podés negociar el precio del pasaje directamente con el conductor del bus.

* Viajá a dedo. Hay viajeros que dieron la vuelta al mundo sin gastar un centavo en transporte. Seguí los consejos de los Acróbatas del Camino (ellos son los expertos) y leé las historias de Albert Casals (que viaja por el mundo haciendo silla-stop). Hay mucha información de autostop en HitchWiki y Autostop Argentina.

* Subite a un coche compartido. En muchos países (sobre todo europeos) se usa el sistema de carpooling, que consiste en compartir el coche y los gastos del trayecto. Hay varias webs donde podés ponerte en contacto con conductores que van con espacio vacío en su auto y buscan dividir gastos (a veces te suben gratis).

* Comprá pases de tren, generalmente es más barato comprar paquetes válidos por semanas o meses que comprar los tramos por separado. En algunos países como España es más barato viajar en bus que en tren.

* Hacé los viajes largos de noche, así te ahorrás el alojamiento.

* Hacé barco-stop: andá a los puertos y hablá con los capitanes. Tal vez te dejen viajar con ellos a cambio de trabajo durante el trayecto. (Lo intentaremos próximamente).

* Hay muchas webs donde se buscan viajeros que quieran formar parte de la tripulación de un barco: Findacrew.net, crewseekers.net, crewfile.com

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Cómo recorrer los lugares:

* Una sola palabra: caminar. No hay nada mejor para conocer un lugar que caminarlo de punta a punta. Es un arte que a muchos se les olvida. Y es gratis.

* También podés alquilarte una bici, aunque el precio varías según el país. En Laos y Camboya pagué un dólar por el día. En otros lugares puede costar varios dólares la hora. En ciertas ciudades del mundo se puede usar el sistema de bicing urbano (aunque a veces está reservado solo para residentes).

* No gastes plata en taxi a menos que estés muy apurado. Siempre existen otras opciones para hacer el mismo recorrido (ejemplo: para viajar del aeropuerto al centro de la ciudad casi siempre hay buses, trenes o metro que hacen el trayecto por mucha menos plata).

* Si tenés que tomar un taxi sí o sí, fijáte si encontrás a alguien que también esté esperando un taxi y preguntále si quiere compartir el recorrido.

* Ojo: en muchos países hay que acordar el precio del viaje en taxi de antemano, ya que los conductores no usan taxímetro y si te subís sin negociar la tarifa van a querer cobrarte bastante más caro.

* Usá el metro, las combis, los colectivos, los taxi-colectivos, las micros y todos los tipos de transporte público que haya disponibles. Siempre serán más baratos que un taxi.

* En las grandes ciudades, el metro cuenta con abonos y comprar 10 viajes juntos es más barato que comprarlos por separado.

* Hay buses urbanos (utilizados por la gente local para trasladarse de un punto a otro de la ciudad) que realizan lo que llamo city tours gratuitos: son esos que, sin proponerse ser turísticos, recorren casi toda la ciudad. Subite a uno, sentáte al lado de la ventana y dejáte llevar. No te vas a perder.

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4. Otros gastos:

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* No cambies dinero en el aeropuerto, suele ser más caro. Esperá a llegar al centro de la ciudad y andá a las casas de cambio. Si tenés tarjeta es mejor que saques del cajero electrónico (siempre te dará el mejor cambio).

* No compres souvenirs: son caros y pesan (tu familia sabrá entender).

* En las grandes ciudades suele haber muchos eventos gratuitos: chequeá la web del gobierno de la ciudad, casi siempre tiene un apartado de actividades culturales sin costo. Otra página que siempre tiene información de eventos es Couchsurfing. Y sino, la opción infalible: preguntále a la gente local.

* A veces, la mayor atracción es la ciudad en sí: así que camina por sus calles y perdete. No hace falta que entres a todos los museos ni que veas “todo”.

* Muchos museos tienen días de entrada gratuita (u horarios limitados para entrar sin pagar). Averiguá con la gente local o en la web del museo. Si tenés carnet de estudiante, lleválo: podés conseguir buenos descuentos.

* Si querés hacer un recorrido guiado por alguna ciudad, averiguá si hay “Free walking tours” o “Tours for tips”: caminatas grupales gratuitas (se suele dejar una propina al guía). En mi opinión, lo mejor para conocer un lugar es caminar en compañía de una persona local (por ejemplo, tu anfitrión de Couchsurfing, si tiene tiempo y ganas, u otra persona de Couch que se ofrezca a llevarte a dar una vuelta).

* Existen tarjetas de descuentos para viajeros.

* Si tenés (y creés que vas a necesitarlo), lleváte algún dispositivo que se pueda conectar a internet: laptop, tablet, smartphone. En casi todos los hostels hay wifi gratuito. Los grandes hoteles, paradójicamente, cobran extra por el acceso a internet (sí, por el wifi también).

* Otros lugares que suelen tener wifi gratuito: shoppings, bibliotecas, locales de comida rápida, cafés.

* Si vas a viajar haciendo Couchsurfing, es muy útil (y casi necesario) que tengas un número al que tu anfitrión pueda contactarte. Si viajás con teléfono móvil te recomiendo comprarte una tarjeta SIM local (cuesta entre 2 y 3 dólares y generalmente viene con una carga inicial) y nunca usar el roaming con el chip de tu país (es caríiiiisimo).

* Para hablar con tu familia u amigos que están en otros países usá las videollamadas de Skype (es gratis y se utiliza con wifi). También podés seguir usando el Whatsapp con el número de tu país (aunque le hayas cambiado la tarjeta SIM a tu teléfono).

* Comprá una bolsita de jabón en polvo, un cepillo y lavá tu ropa a mano. Es mucho más barato que mandarla a lavar (a excepción de ciertos países como Indonesia o Vietnam donde lavar toda tu ropa en lavarropas puede costarte un dólar por kilo o menos).

* Chequeá las guías de viaje para mochileros (como la Lonely Planet) ya que suelen tener buena información sobre eventos gratuitos o lugares baratos para comer/dormir. No hace falta que te compres la guía: muchos hostels y cafés la tienen y te la pueden prestar. La Lonely Planet también tiene un foro de viajeros (“Thorn tree forum”) con mucha información de precios (está en inglés). Hay foros similares en castellano: el de mochileros.org y viajeros.com

* Entrá a los foros y blogs de viaje y leé las experiencias de otros viajeros.

* Salud: el tema del seguro médico es una elección muy personal. En algunas partes del mundo (como Europa) es obligatorio ir con un seguro contratado de antemano. En otros países la medicina es barata y te sale menos atenderte en un hospital local que estar pagando el seguro. Hay países, en cambio, donde la salud es carísima y el seguro es mucho más económico.

* Visas: hay que pagarlas. Las tarifas varían según la nacionalidad. El pasaporte argentino te permite entrar a muchos países con visa gratuita (ejemplo: India, Rusia) o sin visa (todos los países de América menos EEUU y Canadá, varios países de Asia). La web visahq.com te dice qué visas necesitás según tu nacionalidad.

* Averiguá si hay alguna gratiferia (feria donde todo es gratis) en la ciudad donde te estás quedando y acercáte, a veces ofrecen servicios y comida. Además, si estás cargando cosas que sentís que no necesitás, podés dejarlas en la feria o donárselas a alguien que las necesite.

* Trabajá. Si hacés un viaje largo o querés vivir viajando, nada mejor que combinarlo con un trabajo que puedas ir haciendo durante el camino y que te permita seguir viajando. Y existen muchas más opciones además de las artesanías y el trabajo en hostels. Estos dos posts pueden ayudarte: Cómo empecé, cómo trabajo y cómo me financio y A qué tengo que dedicarme para poder viajar.

* Viajá lento. Gastá menos y disfrutá más.

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Las mejores experiencias de los viajes son gratuitas: ver el atardecer, hacerte nuevos amigos, conversar con la gente, nadar en el mar, acariciar gatos, sentirle el pulso a una ciudad, caminar por un paisaje, compartir momentos con otros, mirar las estrellas.

Viajar es tan caro como vos querés que sea.