Vuelve «Viajando en una foto»
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana, Viajando por ahí solía tener una sección llamada “Viajando en una foto”. Era una sección que escribía cada vez que estaba […]
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Después de pasar 12 días en Malasia, me despido del país con un roti canai (quien haya estado acá sabe que estos “panqueques con curry” son adictivos) y me subo […]
Afuera hacía tanto calor que decidí volver al hostel sin culpa. No me gusta caminar a la una del mediodía bajo el sol asiático ecuatorial, la luz tampoco es buena […]
Voy en el asiento de atrás del auto de Tippi. Ella, su amigo y yo vamos rumbo a Georgetown, el barrio histórico de la isla de Penang (Malasia), para caminar […]
Tras pasar doce días en Malasia me di cuenta de algo. Como ya es la cuarta o quinta vez que paso por ese país (por un tema de visas y […]
La azafata me pregunta si quiero tomar algo. Le pido un vaso de jugo de naranja, ilusa yo, creyendo que era gratis. Me muestra la botella y me dice: “9 […]
Me comí el primer Cabsha en el monorriel. Miré el fondo de la bolsa marrón con respeto. Desde abajo me miraban, impasibles, dos alfajores Cachafaz, tres Cabsha, una oblea Bon […]
Hace poco me enganché con un blog minimalista: se llama miss minimalist y está escrito por una mujer que decidió, junto a su marido, vivir una vida minimalista con la menor […]
No se puede hablar de Malasia sin hablar de comida.
Algo que me encanta y que siempre destaco cuando me preguntan acerca de este país es la mezcla de culturas que conforma la demografía del lugar. La sociedad de Malasia está constituida, a grandes rasgos, por una mayoría malay (65%) de religión musulmana (por ley deben ser musulmanes), una gran minoría china (23%) (que emigraron de China hace unos siglos) y una minoría india (7%). También hay Sijs, expatriados, westerners, inmigrantes asiáticos, de todo un poco. Y la mezcla se ve en la calle, en los templos, en los mercados, en las celebraciones… Y especialmente en la comida.
Estoy en la isla de Penang (Malasia) por segunda vez en este viaje. Como tuve que esperar 12 días para la respuesta de la visa de la India, preferí quedarme acá, en la casa de mi amiga Tippi, antes que en Kuala Lumpur. No tengo nada en contra de KL, al contrario, me encanta pero me genera un desenfreno consumista alimenticio que no sé si mi bolsillo y mi cuerpo pueden soportar. Además necesitaba trabajar con mis artículos y Penang tiene toda la tranquilidad que busco.
O al menos eso creía. ERROR. El problema de Penang es que siempre hay algo nuevo para hacer: probar una comida nueva, asistir a algún festejo por el año nuevo chino, salir a pasear por la playa o por el casco histórico, irse a la otra punta de la isla…
Charla de taxi en Kuala Lumpur (traducida al español):
– ¿Así que querés ir a la India? (me pregunta el taxista indio-malayo mientras me lleva de la Alta Comisión de la India hasta el Indian Visa Centre en Kuala Lumpur)
– Sí, me muero por ir pero acá en Malasia es muy difícil conseguir la visa, así que no sé si podré…
– Es verdad, cambiaron las reglas porque no quieren que entren terroristas al país. ¿De qué país venís?
– Argentina.
– ¡Ah! ¡Argentina! ¡Pero entonces no vas a tener ningún problema! Argentina es un país pacífico, democrático. Seguro que te la dan.
Ayer iba sentada en el colectivo 101, transporte público de Penang (Malasia) (sigo acá esperando mi visa para la India de la cual no hay novedades), escribiendo en mi cuaderno.
Escribir a mano, es, para mí, algo muy personal, es una de las formas más puras de hacer catarsis (así como dibujar o pintar), sin máquinas, teclados ni computadoras de por medio. Así que iba metida en mi burbujita escribiendo acerca de mis miedos, la distancia, la tristeza, las certezas. Cosas mías.
De repente me di cuenta de que mi vecino de asiento estaba leyendo mis palabras descaradamente: tenía la cabeza girada hacia mi cuaderno y creo que por poco me corría la mano para poder leer mejor.
Debo haber roto el récord de mayor cantidad de horas del día pasadas sobre algún tipo de transporte: de tres días, es decir de 72 horas, estuve 50 (sí, CINCUENTA) […]
Rojo Como mi mochila. Como el ají que le ponen a todas las comidas en Indonesia. Como el «chili sauce» que le ponen a todas las comidas en Indonesia, a […]
Mi viaje empezaba a ir sobre ruedas. Estaba en Penang, una de las ciudades más importantes de Malasia, con Journey (para quienes vienen siguiendo mis historias, personaje ya conocido a […]
Menos mal que no le hago caso a las opiniones de la gente y sigo mi instinto, si hubiese creído a quien me aseguró que «en Melaka no hay nada […]
¿Qué es esto? ¿Cómo fue que pasé de estar rodeada de edificios a estar rodeada de frutillas? Pista: no estoy en un parque temático frutal al estilo Disneiuor. Todo empezó […]
Como no es fácil complacer a todo el mundo, el staff de VPA (es decir quien escribe) les ha preparado una selección de historias para que cada cual lea la […]
6. AIR-CON Siento que soy la única que sufre realmente los cambios drásticos de temperatura que hay en esta ciudad. Apenas salgo a la calle, el calor húmedo y sofocante […]
1. TRÁFICO (a.k.a. traffic jam) He aquí mi primer grato encuentro con Kuala Lumpur. Son las 12.30, estoy viajando tranquilamente en el colectivo desde la apacible isla de Penang hacia […]