Salir de Buenos Aires es más difícil que ganar una carrera de Supermatch. La ciudad nos pone muchos obstáculos: la calle de abajo cortada, la 9 de Julio con piquetes en ambos extremos, ningún colectivo nos deja bien, voy cargada de libros y de abrigo y me cuesta caminar, el taxista toma el peor camino y tiene que retomar para evitar otra manifestación, el frío polar se adelantó al invierno y me dan ganas de quedarme en casa.… Seguir leyendo...