Domingo en Hiroshima
Do you think this city is full of ghosts?
El tranvía avanza por las calles de Hiroshima y yo miro a la gente subir y bajar. “Tienen otros rasgos”, pienso. “Muchos de ellos deben haber perdido a sus padres o abuelos, y sin embargo acá están y la vida sigue”, pienso. De repente una señora habla o un nene se ríe o una pareja se da la mano o algo demasiado cotidiano pasa en ese tranvía y me dan muchas ganas de llorar. No me interesaba venir a Hiroshima y ahora siento una tristeza universal. Pienso en todo lo que estudié en el colegio y en la universidad, en la guerra de Vietnam, en las matanzas de Camboya, en las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, pienso en que mientras estudiaba no me imaginaba que años después viajaría al lugar de los hechos. El tranvía sigue avanzando y nos deja a pocos pasos del que será nuestro departamento por unos días, a cinco minutos del lugar que fue el epicentro de la bomba. Antes de bajarnos escribo en mi cuaderno: “¿Qué día de la semana era cuando cayó la bomba?”.
Es de noche y me siento sola. Si no lo tuviera a L estaría llorando e intentando quedarme dormida para no pensar en esta tristeza. Hay ciudades que me generan angustia. No quería venir a Hiroshima porque me parecía que no habría nada para ver, o que no habría nada que me interesara ver. No quería venir solo porque acá, hace muchos años, una bomba cargada de odio borró a una ciudad y mató a gran parte de su población. Pero al final decidimos venir y me alegra, aunque sienta ganas de llorar desde que llegamos. Son más de las 12 de la noche y no se escuchan ruidos por la ventana. Hiroshima duerme. “¿Crees que esta ciudad está llena de fantasmas?”, le pregunto a L. Tantas muertes injustas no pueden no dejar rastros. Como cuando fui a las Killing Fields de Camboya, siento que el aire de Hiroshima está cargado del recuerdo de personas que se fueron antes de tiempo.
Me quedo leyendo hasta las 3 de la mañana. Leo que, durante la Segunda Guerra, Hiroshima era un lugar de importancia militar e industrial, leo que fue la primera ciudad del mundo en recibir un ataque nuclear (y la única en la historia, junto con Nagasaki), leo que Kyoto había sido un objetivo posible pero finalmente fue descartado (porque, al parecer, el Secretario de Guerra de EEUU había ido a Kyoto de luna de miel y admiraba la cultura y la historia de la ciudad), leo acerca de los hibakusha (“persona bombardeada”, término que se usa para designar a los sobrevivientes de las bombas) y de la discriminación social que sufrieron (como no se sabía mucho acerca de los efectos de la radiación, se creía que podía ser contagiosa y/o hereditaria). Leo la historia de Tsutomu Yamaguchi, el único hombre (oficialmente reconocido) que sobrevivió a las dos bombas atómicas: estaba trabajando en Hiroshima cuando cayó la bomba, sobrevivió, se fue a su casa en Nagasaki y sobrevivió otra vez (murió a los 93 años de cáncer de estómago). Me voy a dormir pensando en todo esto.
Me despierto y salgo a caminar con rumbo al Peace Memorial Park, el parque que se construyó como memorial en ground zero, el área que fue el epicentro de la explosión. El 6 de agosto de 1945, el avión de guerra estadounidense Enola Gay salió de la isla de Tinian, a 6 horas de vuelo de Japón, cargando a “Little Boy”, una bomba atómica con 64 kilos de uranio-235. A las 8.15 de la mañana, el avión sobrevoló Hiroshima y el militar estadounidense Thomas Ferebee soltó la bomba, que cayó en menos de 45 segundos y detonó a una altura de 580 metros sobre el centro comercial y residencial de Hiroshima. La explosión mató a unas 80.000 personas (el 30 por ciento de la población), hirió a más de 70.000 y destruyó el 69 por ciento de los edificios de la ciudad. En los meses siguientes, la lluvia negra, la radiación y los efectos residuales de la bomba mataron a más de 146.000 personas, en su gran mayoría civiles. (Escribo esto ahora, casi tres semanas después de haber estado en Hiroshima, y vuelvo a tener un nudo en la garganta).
Mientras camino pienso en el poema de Sarah Kay que empieza diciendo: “When they bombed Hiroshima, the explosion formed a mini-supernova” pero no puedo acordarme cómo sigue. Es otoño, los gingkos están amarillos, el asfalto está cubierto de hojas, hace casi 20 grados. En la entrada del Parque Memorial de la Paz hay un evento: hay puestos de comida vietnamita, india, tailandesa, hay música cubana en vivo y gente bailando a ritmo japonés. Me siento en un banco frente al río y miro el Genbaku Dōmu, también llamado A-Bomb Dome, las ruinas de un edificio gubernamental que quedó justo debajo del epicentro de la explosión y fue el único que se mantuvo en pie. Mientras tanto, al lado del puente un músico canta y la gente lo escucha sentado en sillas y aplaude educadamente después de cada tema. Se me acerca un grupo de nenes y ya sé que vienen a entrevistarme para su clase de inglés. Es como la tercera o cuarta vez que me pasa. Hacen preguntas por turnos, mientras uno va tomando nota. Me preguntan cómo me llamo y de dónde soy, no entienden cuando digo Argentina (y eso que lo pronuncio con fonética japonesa: “Aruzenchin”) y preguntan otra cosa, qué me gusta de Japón, por qué vine a Hiroshima, qué otros lugares de Japón conocí. Me piden una foto y se van corriendo. La profesora me hace un reverencia a lo lejos.
Paso toda la tarde en el parque. Camino, veo a un dueño paseando a su perrito y sacándole fotos entre las hojas de otoño, me paro frente al monumento dedicado a los chicos que murieron por la bomba, veo las miles de grullas que manda la gente en honor a Sadako Sasaki, una chica que murió por la radiación y que dobló mil grullas porque pensó que de esa manera se curaría. Un in-uterus survivor cuenta su historia a través de carpetas con fotos, recortes y textos traducidos a varios idiomas. Vuelvo a ver las mismas fotos que vi alguna vez en el colegio, cuando todo esto me parecía una realidad muy alejada de la mía, cuando lo que pasaba en Japón o en cualquier otro lugar del mundo no me afectaba de manera directa. Más tarde viene L y nos quedamos mirando el Domo. “¿Soy yo o vos también sentís esta tristeza?”, le pregunto. Él también la siente. A nuestro alrededor, la gente de Hiroshima disfruta de su día de descanso. Se nota que es domingo, se nota por la cantidad de gente que pasea, por los chicos que se quedan horas jugando, por la música en vivo, por la falta de apuro. El domingo es un día reconocible en casi cualquier lugar del mundo. Vuelvo a preguntarme qué día de la semana era cuando cayó la bomba. No aguanto más la intriga y busco la fecha en el calendario de mi celular: el 6 de agosto de 1945 fue un lunes. Muchos de los relojes que encontraron en el piso después de la explosión quedaron marcando para siempre las 8.15 am.
Este es el video con el poema “Hiroshima” de Sarah Kay. Si bien está casi al final de la charla, les recomiendo verla entera. Yo ya la vi como 6 veces y siempre me da escalofríos.
[box type=star]Información útil para visitar Hiroshima y Miyajima:
- Cómo llegar: nosotros fuimos en colectivo diurno desde Kyoto. Nos costó la mitad que ir en tren pero tardamos 7 horas en vez de 2. Reservamos el pasaje a través de la web de Willer Express y lo pagamos en efectivo en un Lawson (convenience store). También pueden comprarlo en el momento, siempre y cuando haya lugar.
- Cómo moverse: dentro de Hiroshima nos movimos en tranvía y a pie. Un viaje en tranvía cuesta ¥160 (aprox. 1,50 usd al cambio del 11/12/16).
- Dónde dormir: como en casi todo nuestro viaje por Japón, nos alojamos a través de Airbnb (siempre conseguimos departamentos enteros por el mismo precio —o menos— que dos camas en una habitación compartida). El alojamiento en Japón se llena rápido (ya que hay poca oferta en comparación con la cantidad de turistas) así que les recomiendo reservar con al menos unos días de anticipación. Como mínimo, van a gastar unos 15-20 usd por noche por persona. Les recomiendo quedarse cerca de la estación de Hiroshima o del Parque Memorial de la Paz.
- Cómo ir a la isla de Miyajima: es muy fácil ir de Hiroshima a Miyajima. Desde la estación Hiroshima del JR pueden tomar el tren (cuesta ¥400 y tarda 25 minutos) o el tranvía #2 (cuesta ¥270 y tarda 70 minutos) hasta la terminal de ferrys. Ahí toman el barco y en 10 minutos están en la isla (el ticket de ida y vuelta cuesta ¥360). En la isla hay muchos lugares para comer y dormir, pero no hay conbinis, así que si solamente quieren un snack les recomiendo comprarlo antes de subirse al barco.
- Más información: estoy usando mucho las guías de Wikitravel, son concisas y tienen muy buena información práctica. Esta es la de Hiroshima y esta la de Miyajima. [/box]
Gran crónica, como siempre.
Gracias!
Saludos.
Gracias!
Debe ser muy fuerte estar en un lugar donde hubo tanto dolor. Hermosísimas las fotos, al igual que en el post anterior. Aunque lo viviste con tristeza, capturaste la belleza. Saludos!!
Gracias Sole! Me alegra haber capturado cosas lindas.
Sentí escalofríos mientras leía, qué fuerte debe haber sido estar ahí. Muy hermosas las fotos (los colores de las hojas me están matando de amor) !!!
Beso grande!
Sí, es una tristeza rara pero palpable.
Las hojas son para morir de amor!
Justo ayer conversaba con Andrea (mi esposa) de que no había visto que subieras un post, y boom, hoy leo esta increíble crónica, llena de historia, sentimientos y con información útil. Sigue así Aniko, nosotros continuaremos leyéndote =)
Y esta semana subiré más! Tengo mucho para contar de Japón.
Un abrazo a los dos!!
Hola Aniko! Gracias estos post! No te imaginas cómo amo Japón .su historia y su cultura. Lloraba mientras leía … Hermosas fotografías. Gracias! Que estés bien! Saludos desde Guatemala!
Hola Aniko,
Qué tristeza y desolación trasmite tu relato. Debe ser fuerte y duro estar allí.
Quería compartir un cuento de Elsa Bornemann, titulado “Mil grullas”, que escribió en honor a Sadako Sasaki y otras víctimas de la bomba. Fue distribuido, por el Plan Nacional de Lectura, a escuelas primarias de Argentina y está disponible en versión digital: http://planlectura.educ.ar/wp-content/uploads/2015/12/Mil-grullas-Elsa-Bornemann.pdf
Espero un post con guía para viajar por Japón, ya que en unos meses estaré por allí. Por supuesto que ya fui tomando nota de algunos tips.
Espero que sigan disfrutando del viaje,
Una tremenda crónica Aniko, hace tiempo reflexionaba sobre lo mismo, la crueldad del ser humano. Pero estar ahí mismo me imagino que es una sensación muy muy fuerte. Gracias por tu blog y por mostrarnos estas cosas, muchos saludos!
Anii!! Gracias por llevarnos de viaje con vos y por hablarnos desde tu corazon, te leemos siempre con mi hermana y nos encantas. Saludos desde una ciudad-pueblo de neuquen:* =)
Hermosa crónica de tu paso por Hiroshima, todo lo que vas visitando de Japón. Realmente me entusiasma ir… antes sólo pensaba en Hiroshima… desde el dolor…. hoy… lo miro distinto. Tus fotos muy reveladoras, también muy bellas. Gracias Aniko!!! un saludo desde Trenque Lauquen. Bs As.
Comprendo totalmente lo que decís del nudo en la garganta. Sólo al leerte lo siento, así que imagino lo que debes sentir estando ahí, mirando, oliendo, palpando lo que fue y en lo que se convirtió hoy en día esa ciudad. Gracias por tus relatos Ani. Es hermoso Japón. ;-)
Excelente post Aniko!! rajado que sentí escalofríos con todo el relato sobre todo cuando llegue a la parte del reloj, que se quedaron para siempre a las 8:15, aún ahora cuando lo estoy escribiendo me vuelve a dar escalofríos… gracias Aniko por hacernos viajar contigo y vivir todas esas experiencias!!
Hermoso post, por las fotografías y la historia inmersa, que tristeza, solo de leerte se me hacía un nudo en la garganta, imagirnarme como fue es escalofríante, tantas historias que no se han contando, me impresionó el sobreviviente Wuaaaooo! que suerte que tuvo… Saludos aniko…
Gracias Aniko por llevarnos de viaje a través de tu relato. Tenés la capacidad de transmitir emociones a través de tus palabras. No solo pude imaginar la belleza de esos lugares sino que también sentí dolor por tanto sufrimiento que ocurrió allí.
Saludos y a seguir disfrutando la vida por el mundo.
Mimí
Uno de tus mejores posts, sin dudas.
gracias!
Wow no me imaginaba la belleza del lugar, gracias mi Ani sigues tan increíble cómo siempre!
Increíble.
Sin duda, uno de los post de tu blog que mas me ha gustado! Me gusto la casualidad de estar leyendo el libro Hiroshima de John Hersey. En otro post leí que estabas estudiando francés a través de una pagina de internet. Con un poco de pena te pregunto si puedes, por favor, indicarme cual pagina es ya que no consigo el post donde lo lei.
Disculpa la pregunta. De verdad me encantan tus blog, viajes y libros.
Sí, claro, la app se llama Duolingo y es gratuita :)
Hermoso relato. Tiene la capacidad de transportarte al lugar con sus bellas fotos y maravillosas palabras que describen este lugar lleno de historia.
Te agradezco por hacer lo que haces con sentimiento.
Hermoso todo.
Aniko, te felicito por tu blog, las crónicas que cuentas son muy interesantes y lo entretienen a uno como lector. Me gustó la forma en que describiste tu experiencia en Hiroshima, se notó en tu post que le pusiste mucho empeño y que te gusta hacer lo que estas haciendo.
Cool blog, interesante historia, pero consideró que exageraste mucho al transmitir tu tristeza por Hiroshima. Yo e ido, pero no me dio depression. Aun así me gusto cuanto detalle le pusiste y fue divertido leer tu crónica.