Si diez años después (te vuelvo a encontrar, Punta del Este)
Si diez años después te vuelvo a encontrar en algún lugar,
no te olvides que soy distinto de aquél pero casi igual.
(fragmento de “Diez años después”, de Los Rodríguez)
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Hace 10 años (en realidad 11, pero 10 suena mejor) pisé Punta del Este un verano. Yo tenía 15, todos en mi mundo tenían 15 y estábamos en la pavada total. Me habían invitado a pasar una quincena ahí, con amigas, y dije que sí, pensando que eso equivaldría a “viajar”. En ese viaje (o “en esas vacaciones”) descubrí las estaciones de servicio Ancap (“esperame en el Ancap a las 9”), la cerveza Pilsen (el nombre siempre me sonó simpático), Medialunas Calentitas (todavía me acuerdo de lo blanditas que eran), el puente de la Barra de Maldonado (ese que cuando lo atravesás te da cosa en la panza) y las canciones de Joaquín Sabina (después de que un uruguayo me dedicara el tema “Contigo” —tema que probablemente le dedicó a unas veinte ilusas más—). En los boliches sonaba “Mayonesa” de Chocolate, se bailaba “Bicho, bicho” de Los Fatales, se escuchaba “Procura” de Chichi Peralta y el tema “Rome wasn’t built in a day” de Morcheeba era un hit. Las playas tenían paradores con nombres que no recuerdo pero que hoy me suenan a marcas de desodorante y/o de ropa mezcladas con palabras en inglés.
[singlepic id=5530 w=625 float=center] Punta del Este en invierno: no está ni el loro (lo único que hay en la playa son gaviotas)
La onda era ir a la playa tarde, ver gente, mostrarse, mirar el atardecer, ir al boliche, ver gente, ir al otro día a la playa y ver a la misma gente otra vez. En aquella época yo creía que “el mundo” era así en todas partes y que viajar era eso: gente que se preparaba durante todo el año para el verano, mostraba el cuerpo en alguna playa durante 15 días, se iba de levante al boliche de moda, volvía a su casa y trabajaba todo el año para nuevamente ir a la misma playa y volver a mostrarle el mismo cuerpo a la misma gente durante 15 días (un cuerpo un año más avejentado, eso sí, pero diez años más joven gracias a cirugías, pomadas milagrosas y rituales de autoayuda). Después entendí que no, que el mundo real no era así, pero me llevó unos diez años cambiar la mirada. Esa fue la única vez que fui a Punta del Este un verano. Por suerte.
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Hace unos días, cuando terminó el blogtrip por Colonia, el grupo de bloggers/geeks se redujo a cuatro viajeros —Santi, Mario, Juan y yo— y un auto. Ellos tenían tres días por delante en Uruguay, yo tenía dos semanas, así que decidimos combinar viajes y hacer un mini Road Tripping Uruguay juntos. Los chicos, mayoría, decretaron Punta del Este. No me negué. Es invierno, y hay algo de las ciudades veraniegas en invierno que me atrae mucho. Como ir a Mar del Plata fuera de temporada… Esa sensación de que tenés la ciudad para vos, de que la estás viendo sin maquillaje.
[singlepic id=5526 w=625 float=center] El equipo viajero
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Salimos de Colonia a la tarde y viajamos por la ruta unas tres horas y media mientras bajaba el sol. Cuando llegamos a Punta del Este me di cuenta de que no me acordaba NADA de la ciudad. Fue como verla por primera vez. No sé si estaba parecida o no a la otra vez que vine, no me acuerdo. ¿Había tantos edificios? Ni idea. El Conrad estaba, seguro (aunque tampoco me acuerdo de haberlo visto), pero el resto… ¿? No sé. Algo me dice que la ciudad estaba más o menos igual, aunque vacía de gente, despoblada. En cada edificio había solamente uno o dos departamentos con la luz prendida. Casi no había autos circulando. Personas, menos. Las casas estaban, en su mayoría, hibernando. Prendimos la radio y era como si el tiempo no hubiese pasado: Aspen Punta del Este seguía pasando los mismos hits de hace 10 años (no sé si la razón es porque “Aspen es la radio de los clásicos” o porque en los lugares así el tiempo no avanza jamás).
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Ciudades como Punta del Este existen en todas partes del mundo. Pienso, por ejemplo, en Cancún. Si bien nunca fui a Cancún, me la imagino así, con la misma dinámica de veraneo (mujeres bronceadas en bikini, hombres musculosos en sus autos, edificios que tapan el sol, boliches con fiesta de la espuma), aunque con calor todo el año y mar transparente. ¿Cómo nacen las ciudades así? ¿Cómo es que un puntito en el mapa de Uruguay, o del país que sea, se convierte en el lugar más TOP, más FASHION, más VIP, más TODO, de, por ejemplo, Sudamérica? ¿Quién lo decreta? ¿Cuánto le dura este estatus? ¿Será que algún día aparecerá un lugar llamado Punta del East y dejará a Punta del Este re out? Volví a Punta del Este, a este lugar tan top y tan distinto del resto de Uruguay, diez años después y la visita valió la pena por dos cosas.
Una: el picnic en el faro de José Ignacio.
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Cansados de comer siempre en distintas sucursales del mismo restaurante (ese que Capusotto supo denominar muy bien: “Uy, nos rompieron el orto!”) decidimos hacer la gran sandwich: fuimos a un súper, compramos pan, fiambres, tomate y aderezos y nos fuimos de picnic. Si lo habré hecho en España… ¿A dónde vamos? Lo importante era encontrar el punto ideal, en lo posible frente al mar (qué lindo que es el mar en Punta del Este, eso no se puede negar). Mario sugirió José Ignacio, un pueblito a 30 kilómetros de la ciudad, y sin pensarlo nos fuimos para allá. Llegamos al faro, bajamos a las rocas y voilá, encontramos el lugar perfecto para almorzar frente al mar y quedarnos un rato al sol cual morsas 2.0.
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Dos: la visita a Casa Pueblo.
Más tarde nos fuimos a Punta Ballena para visitar Casa Pueblo, la casa-museo-taller de Carlos Páez Vilaró, un pintor, ceramista, escultor, muralista, escritor, compositor, constructor y viajero uruguayo. Mi nuevo ídolo. Hace tiempo que un artista no me impactaba y movilizaba tanto como él. Si bien no lo vi en persona, vi su obra, y a través de ella, su vida (inspiradora como pocas). Como dicen acerca de él: “Su gran obra es su vida”. Paéz Vilaró viajó y mucho. Se fue por África, filmó un documental, uso su arte como trueque, dejó murales en los rincones más insólitos del mundo, conoció a grandes personajes (Picasso, Dalí, De Chirico, Briggite Bardot) vivió en Buenos Aires (hoy en día tiene una casa en Tigre), volvió a Uruguay y en 1958 comenzó la construcción de Casa Pueblo, su casa/escultura viviente. Es una construcción blanca, de bordes curvos, repleta de pinturas y esculturas, está en un acantilado mirando el mar y me hace pensar en Grecia, en las medinas blancas de Marruecos, en Gaudí.
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Cuando baja el sol, en Casa Pueblo se escucha, por altoparlantes, la Ceremonia del Sol, escrita y recitada por Páez Vilaró. Copio algunos de los fragmentos que más me gustaron:
Hola Sol…! Otra vez sin anunciarte llegas a visitarnos. Otra vez en tu larga caminata desde el comienzo de la vida. (…)
Hola Sol…! Cómo me gustaría haber compartido tu largo trayecto regalando luz, porque a tu paso acariciaste la vida de mil pueblos, compartiste sus alegrías y tristezas, conociste la guerra y la paz, impulsaste la oración y el trabajo, acompañaste la libertad e hiciste menos dura la oscuridad de los presidios.
Hola Sol…! Gracias por volver a animar mi vida de artista. Porque hiciste menos sola mi soledad. Es que me he acostumbrado a tu compañía y si no te tengo, te busco por donde quiera que estés. Por eso te reencontré en la Polinesia, cuando te coronaron rey de los archipiélagos de nácar y los arrecifes dentellados de coral, o también en Africa, cuando dabas impulso a sus revoluciones libertarias y te reflejabas en el espejo de sus escudos tribales para inyectarles coraje. Te estoy mirando y veo que no has cambiado, que sos el mismo sol que reverenciaron los aztecas, el mismo de mi peregrinaje pintando por América, el que envolvió la Amazonia misteriosa y secreta, el que me alumbró los caminos al Machupichu sagrado del Perú, el de los valles patagónicos o los territorios del Sioux o del comanche. El mismo sol que me llevó a Borneo, Sumatra, Bali, las islas musicales o los quemantes arenales del Sahara. (…)
Chau Sol…! Te quiero mucho…
Cuando era niño quería alcanzarte con mi barrilete. Ahora que soy viejo, sólo me resigno a saludarte mientras la tarde bosteza por tu boca de mimbre.
Chau Sol…! Gracias por provocarnos una lágrima, al pensar que iluminaste también la vida de nuestros abuelos, de nuestros padres y la de todos los seres queridos que ya no están junto a nosotros, pero que te siguen disfrutando desde otra altura.
Adiós Sol…! Mañana te espero otra vez. Casapueblo es tu casa, por eso todos la llaman la casa del sol. El sol de mi vida de artista. El sol de mi soledad. Es que me siento millonario en soles, que guardo en la alcancía del horizonte.
(fragmentos de Ceremonia del Sol, de Carlos Páez Vilaró)
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Admiró a Páez Vilaró no sólo por haber viajado, sino por haber llevado su obra por el mundo, por haber usado su arte para subsistir, por haber hecho de su pintura un idioma común, por haber dejado su huella en tantos lugares y, seguramente, en tantas personas. Cuando sea grande quiero ser como él. Este atardecer hizo que la re-visita a Punta del Este valiera la pena. Y me encanta saber que Páez Vilaró eligió ese rincón de Uruguay —su país, o por lo menos el país en el que nació— para establecerse, después de haber viajado tanto.
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Volví a Punta del Este diez años después, con 26 años. Ahora, todos en mi mundo tienen 26, tienen 30, tienen 19, tienen 60, tienen 12, tienen 8, tienen 99. Da igual. Tengo 26 pero sigo en la pavada, aunque en una pavada distinta. Ahora me interesan otras cosas. Sé que el mundo es mucho más grande que una ciudad de veraneo, sé que Punta del Este es tan sólo una realidad, una forma de viajar. Siento que los diez años pasaron para mí, pero no sé si pasaron para Punta del Este. Tendría que volver en verano para comprobarlo, pero dudo que lo haga. Prefiero venir en invierno, en contra de la corriente, y ver el backstage del balneario, imaginarme (o recordar) cómo es la ciudad en verano y agradecer que vine en la estación equivocada.
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Info útil para visitar Punta del Este:
- Cambio: 1 dólar = 21.80 pesos uruguayos (julio 2012)
- Cama en un dormitorio compartido: entre 300 y 350 uruguayos (16 usd).
- Pizza con cerveza para cuatro: 600 uruguayos (28 usd)
- Alquiler de auto: 95 USD por día
- Litro de nafta: 34 pesos (1.50 usd)
- Entrada a Casa Pueblo: 150 uruguayos (7 usd)
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Genial! me dieron ganas de ir a casapueblo! segui disfrutando por todos los q te leemos! abrazo enorme, paz!
Tendrías que haber estado en Casa Pueblo conmigo… te encantaría!
Aniko….que lindos recuerdos me trajiste, las canciones que sonaban hace diez años (u once) cuando yo tambien tenia 15… y como la edad de cada uno de nosotros pone un cristal diferente con el que mirar un mismo lugar….
Tus relatos me invitan a viajar desde mi computadora y me enseñan a planear….porque todo es posible!
Gracias por tus experiencias y tus fotografias!
Es verdad a veces en verano las ciudades-balneario se vuelven un tanto impersonales, sofisticadas, veraneantes, turistas por todas partes, que a veces no nos permite apreciar como es una ciudad realmente y como son sus habitantes que son los que caracterizan a una una ciudad.
que lindo que es uruguay, ani, quiero estar ahi tomando mate conmigo y con vos al lado!!! jajaj cuantos recuerdos, yo tambien fui ese verano a cantar bicho bicho a la morocha, quizas nos cruzamos en ese entonces. quizas, solo quizas.
besote
Tengo 44 años, me jacto de haber recorrido 2 veces sudamérica y…. JAMAS PISE PUNTA DEL ESTE, es un pendiente. Tal vez eso de la rutina de ir a la playa y lucir el físico no sea para mi, ya que no lo poseo y tampoco pueda ir de levante al boliche, no porque viajo siempre con mi esposa que era mi novia cuando tenía 17 años y eso complicaría la maniobra del levante, que obvio NI RECUERDO CUAL ERA.
Pero te quería escribir algo sobre un lugar que sí conozco y vos no y lo mencionás. CANCUN!!!! Es una playa increible y todo el años es pareja en gente, yo estuve ahora en la baja y estaba llena de gente, no creo se apague nunca y algo que me encantó es que LA GENTE VA PORQUE ES HERMOSA no porque esté de moda, no vi gente careteando, como si en Miami. Será que México está en norteamerica y nadie tiene que aparentar ser del norte, como le gusta hacerlo a muchos del sur con aires del norte, o del este. Creo que Punta del Este no sería lo que es, si en lugar de estar frente a la Argentina estuviera en otro lado, o me equivoco? En fin, tendré que ir algún día, tampoco hay que ser renegado ni cheto reprimido ja ja ja. Gracias por tu post y mi hija va a enoquecer con tu buzo de plaza sésamo!!
Hola Aniko, estoy convencida que conociste la mejor cara de Punta del Este, tan amada y tan odiada por tantos uruguayos como yo.
En verano no la tolero mas de 24ha; en invierno (que es cuando más la visito dado que trabajo allí) no me quiero ir de esa hermosa ciudad!
Me alegro que la hayas podido disfrutar!
hermoso el trip y la crónica. :-)
Gracias Axel!!
Lindo PostAni!!
Otra de las cosas admirables de Paez Vilaró…es la del padre que NUNCA SE DIO POR VENCIDO..y lo digo porque él tuvo su recompensa luego de luchar contra todos los pronósticos, la volver a ABRAZAR a su hijo Carlos… uno de los sobrevivientes de aquel episodio que todos habremos escuchado alguna vez y del cual se hizo el famoso libro/peli “VIVEN”..
P Vilaró escribio un libro que se tituló Entre mi Hijo, y yo, La Luna… aquí el link de la reseña
http://carlospaezvilaro.com.uy/nuevo/letras/entre-mi-hijo-y-yo-la-luna/
Saludos!!!
Hola Aniko!!! Soy mexicana, ahora tengo casi 3 meses de haber llegado a Baires y me eeencanta!! disfrutando al máximo de tu país y tu gente, hace poco descubrí tu blog y me volví tu fan :) …es verdad lo que menciona CheToba sobre Cancún ahí siempre hay gente y es vdd que es hermoso, pero yo más que recomendarte Cancún, porque no creo que sea tu tipo de lugar, todo es muy tipo “gringo”, si alguna vez te animas a ir al Caribe Mexicano no dudes en lanzarte a conocer Tulum, Akumal, Punta Allen y tal vez Playa del Carmen aunque en el último igual siempre hay gente jeje… te puedo presumir que México en general tiene mil y un lugares paradisíacos a lo largo de su territorio como Oaxaca y Chiapas al sur, Xilitla al centro del país, Baja California al norte, por nombrarte algo, porque si no, no termino….
Bue, si alguna vez te animas a visitar mi país, en mis datos está mi email, para mi sería un honor darte una mano en lo que se pueda y una vez más felicidades por tu blog que tanto inspira a tanta gente!!!… mucho éxito y buena vibra!!!
Gracias Aniko por escribir y contar y mostrar con tus fotos. Hace poco conoci tu blog y ya soy fanatico. Ya voy conociendo virtualmente Coloni y Punta por tus entradas. Mientras uno no esta de viaje este blog es un buen refujio.
Gracias nuevamente y un abrazo
Les ví ahí tendidos sobre la roca fría y se me hizo extraño. Extraño porque ahora, en España, los mismos instantes son ardientes y los perros buscan rincones insospechados junto a las paredes para encontrar fresco. Las morsas, ustedes y los perros buscan en las paredes, en las piedras, cosas distintas pero iguales. Calor.
Me gusta tanto tu mirada a las cosas que es raro, cuando te leo, que no me quede prendido en alguna idea, en alguna imagen que me hace viajar por el resto del día.
Son las 14:19 de un lunes en el norte de España. Señores, me voy a Punta del Este a pasar la tarde.
Aniko!! cada vez que puedo entro a tu blog, no tiene desperdicio! siempre tenés una inagen, una foto, una frase que describe un lugar como nadie. Y hoy paso a dejarte una mini reflexión si bien soy argentino me siento parte de PDE. Mi viejo es uruguayo y mis tatarabuelos fueron unos de los fundadores de esa increíble península, ese lugar que puedo llamar mi rinconcito en el mundo…Hay tantos Punta del Este, esos “exclusivos” 15 días que van entre el 28 de diciembre y no llegan más allá del 10 de enero, en los que la ciudad se transforma en la St. Tropez del Sur: fiestas a toda hora, de todos los temas (repetidos!) habidos y por haber.. adolescentes haciendo dedo, colas para cruzar el puente de la Barra, colas para cargar nafta en la Ancap, colas para comprar unas medialunas calentitas, colas para comprar el diario… Esos 15 días en donde ser “hueco” de alguna manera está permitido, o mejor dicho, en donde masificarse es la regla y la pavada quema como la arena. Esos quince días que quizás uno se los quiera olvidar por la cantidad de boludeces y atolondradas que se mandó, pero que las recordás con cierto cariño.
Después ya vienen los días más tranquilos (por suerte porque más no se aguantan!), más familieros que llegan hasta marzo: mucho deporte, muchos fogones, muchos programas de día… ir al puerto alguna mañana que se despertó nublada, pasar por Gorlero y acompañar a algún hermanito/ primo/ sobrino a los kartings, al Jagüel o al Pan de Azúcar. Ahora si Punta te muestra una nueva cara, para mi su mejor cara.
Y vos volviste en invierno… que linda que es la playa en invierno! poder caminar y ver que tu huella sigue estando, ver las playas del centro vacías, imaginar quien puede estar arriba de las Torres Tequendama e Imarangatu, darse cuenta que lo que hay en la parada 3 es claramente un error (u otro punta del este), y hasta podes disfrutar de los atardeceres, sin escuchar los ruidos de motores que pasen por la ruta, desde Punta Ballena o Las Cumbres.
Igual yo creo que Punta del Este no cambia. Crece un poco pero su esencia no cambia: esos chicos de 15 años siguen estando, las familias haciendo campamento siguen estando, los abuelos que van desde que nacieron y se animan a nadar hasta la Isla Gorriti, las bicis, los churros, los chivitos, hacer dedo, el principe humberto y la reina africana, la colet.. todo sigue teniendo el mismo sabor que hace diez años…
Aniko, una huevada esto… pero La Barra, no te hizo acordar un poco a Ubud?
Aniko, que camara de fotos tenes? Son buenisimas tus fotos! Yo tambien amo sacar fotos de paisajes, como aficionada, y estoy pensando en comprarme una profesional o semi….
Gracias!!! (despues que te paguen por hacerle publicidad jaja)
Hola Laura, uso una Nikon D90.
Le diste una excusa a mis prejuicios para que se hicieran a un lado y me dieron ganas de conocer “Punta”… eso sí, en invierno dale que va!
Punta del Este es muy especial, es un paraiso, no hay lugar con ese encanto, a pesar de cierta gentusa que concurre en temporada y se la cree muy top y exclusiva.
Eso si, asi de magico es en verano, no la veo igual en otra epoca, el frio produce una sensacion de soledad y melancolia.
La verdad que de Cancun esperaba otra cosa, claro el mar caribe es barbaro, caliente y muy salado, pero no me sorprendio para nada, esperaba algo distinto, las arenas son traidas de las profundidades del golfo, son la mayoria artificiales, las playas propiedad del hotel, el mar esta oculto siempre, no existe!!!, salvo en tu hotel,claro, ..a eso si.. pero recomiendo ir a Coba y Tulum, lugares excelentes que no olvidaras.
otimas fotos. Parabéns. Tenho muita vontade de conhecer Punta. Sempre ouvi muito bem, e agora com seu texto e essas imagens lindas, mais vontade ainda.
cuantos recuerdos que me vinieron a la mente mientras que leía todo lo que pusiste!!! me encanto!!! yo conozco uruguay, y pase por esos lugares! ese faro, y las rocas es muy bueno para un lindo picnic!!! la verdad que si comparto con vos de que un lugar como este, la mejor epoca para conocerlo, es “la equivocada”.Saludos!!
Mucha gente critica punta del este en verano, que mucha gente, mucho careteo, tetas, culos, autos y gente aparentando ser lo que no son (al menos por una quincena)
yo me crie en maldonado y te digo que hasta el dia de hoy, en la semana mas fuerte de la temporada, primeros dias de enero, puedes agarrar un auto, manejar media hora y encontrar una playa desolada para ti….
en invierno es re lindo, pero una ciudad como punta, en verano, con una playa para ti… viendo el sol ponerse en el agua mientras nadas con noptilucas… es demasiado bueno para mi
Qué bueno lo que me contás! Qué lindo saber que a pesar del careteo aún haya playas desoladas, me encanta! Punta del Este es lindísimo, pero la movida veraniega no es lo mío.
A que lugares viajo de oceania?
Aniko, hace tiempo que leo tu blog, increíble. Es más, me inspiraste a hacer viajes relámpago a destinos relativamente lejanos, tipo países limítrofes, cuando puedo, porque el laburo me encandena acá A Bs. As. Fui hace poco a Punta del Este, desde mi punto de vista, muy poco de mi palo. Una ciudad hecha para andar nada más en auto, puramente turística y muy de gente ricachona. Los precios ni hablar, y muchos deptos. en construcción, que ojalá no provengan de capitales que se están lavando. Pero sabía con lo que me iba a encontrar y aún así me animé y viajé allí en un finde con un amigo, por el simple gusto de viajar. La playa hermosa, la arena finísima, y el mar también muy limpio, habrás visto mares más lindos supongo. En fin, ahora pienso tomarme una semana a Lima y Cuzco y Macchu por invierno (ojalá me alcance), voy a tener en cuenta tus consejillos. Un abrazo! y gracias por la info. que nos das y que tanto placer nos da leer!
Pequeña pregunta, necesito pasaporte para ir a Peru?, gracias!
Yo estuve en Punta del Este hace ya 4 años y me pareció muy bonito, lástima que fui en temporada baja, casi no había gente. La playa y la vista es muy bonita y me parece muy interesante la mano que sale de la arena, sin embargo se notaba un poco descuidada la ciudad, me dio una impresión de sucio… espero que esté mejor ahora.