[box border=”full”]Del 11 al 17 de agosto estaré cubriendo el Sziget Festival de Budapest, uno de los festivales de música y arte más grandes de Europa. Me propuse escribir un post por día así que todo esto es un borrador de medianoche.[/box]

2014-08-11 19.37.40-1

La entrada al Sziget Festival (algunas fotos son de Instagram pero todas son de hoy)

Cuando YouTube no existía y MTV era un canal de música yo me pasaba horas mirándolo para enganchar los videoclips de las bandas que me gustaban. Era perfecto para dejar de fondo y hacer cualquier otra cosa, y supongo que así fue como muchas canciones quedaron pegadas a momentos de mi vida sin que me diera cuenta. Unos años después, entre el fin del colegio y el principio de la facultad, me dediqué a ir a todos los festivales de música habidos y por haber: era habitué de los Pepsi Music, Personal Fest, Quilmes Rock y vi a decenas de bandas nacionales e internacionales. Tenía un truco del cual no sé si avergonzarme o no: compraba dos (a veces tres) entradas apenas salían, me quedaba con una y revendía la segunda al doble —o a lo que cotizara en el mercado— y con eso recuperaba la inversión y me pagaba la mía. Cuando empecé a viajar se me terminaron los recitales por dos motivos: uno, nunca estaba en Buenos Aires para ver a las bandas que me interesaban y dos, nunca me puse a investigar cómo funcionaba el tema de la reventa en otras partes del mundo. La cosa es que tuve unos años muy recitaleros y fui a más shows de los que me acuerdo. Durante esa época, además, soñaba ser periodista de rock.

sziget-festival-1

Empecé a viajar y la vida me llevó por otro lado. Mis ganas de hacer algo con la música se quedaron en Buenos Aires junto con la cajita donde guardaba las entradas de todos los recitales y el cuaderno en el que escribía mis crónicas subjetivas acerca de las bandas que veía en vivo. Creo que los shows me quedaron más marcados por detalles que por la lista de temas en sí: salté como loca bajo la lluvia en un show de Ska-p, fui a ver a Placebo sola porque no tenía ni un amigo que conociera la banda, tuve que caminar con el agua por las rodillas el día que el recital de Sabina se suspendió por lluvia, el primer tema de Cerati que escuché en vivo fue Artefacto (fue en un festival y salí corriendo hacia el escenario apenas escuché la introducción a lo lejos); de los Arctic Monkeys me acuerdo que se fueron del escenario y no volvieron para los bises, fue un show potente y conciso; Aerosmith no estuvo a la altura de mis expectativas (esperaba demasiado); Roger Waters fue el mejor espectáculo que vi en mi vida, esa noche la cancha de River levitó con El lado oscuro de la luna; vi por última vez a Spinetta desde lo que Vero y yo bautizamos “el palco cielo” (uno de los puntos más altos del estadio en el que tocaba).

sziget-festival-3

Decoración con paraguas

sziget-festival-4

sziget-festival-2

2014-08-11 19.53.47-1

El escenario principal

Cuando me dijeron que el Sziget era más que un conjunto de recitales me intrigó. Siete días en una isla en medio del Danubio, con cientos de bandas, djs, fiestas temáticas, espacios de arte, instalaciones, camping, eventos, clases, deportes. Yo voy. Aunque tenga que hacer malabares con los estudios de húngaro y mi poco tiempo libre, yo voy a Sziget. Me propuse, además, escribir un texto por día durante los siete días que dura el festival, y acá estoy, recién salida del día uno. Mientras volvía pensaba voy a hacer textos cortos, algunas impresiones y nada más, pero cómo me cuesta no extenderme. Es tarde y todavía estoy procesando. Hoy vi a Blink 182, una banda que me cansé de escuchar junto con Green Day durante mis dieciséis y que nunca pensé que iba a ver en vivo (no sé, los veía demasiado lejos, allá arriba, como una de esas bandas que uno ve por la tele pero que jamás tendrá cerca). Y de golpe, voilá. Tengo ese dolor de pies típico de recitales, las zapatillas sucias, el cuerpo cansado, pero no me importa nada. Nadie me saca el haber cantado singing it so I will not go turn the lights off carry me home NANANANANANA como si hubiese estado frente a la pantalla de mtv con trece años menos.

sziget-festival-5

sziget-festival-6

sziget-festival-7

sziget-festival-8

De hoy me quedan flashes. Sziget significa isla en húngaro y el slogan del festival es La isla de la libertad. Está en medio de Budapest (la isla se llama Óbudaisziget y tiene 108 hectáreas) y es un espacio de árboles y pasto ambientado como una mini ciudad: tiene su espacio para acampar, negocios de tabaco y comida, bares, un correo, lugares donde cargar teléfonos… Dicen que es la versión europea alternativa de Burning Man: “Un parque de diversiones que no tiene nada que ver con la realidad”. Hoy no pude ir temprano así que no terminé de recorrer la isla, pero lo poco que vi me encantó: luces, decoraciones hechas con paraguas y lámparas de papel, instalaciones fabricadas con botellas, hongos y flores gigantes, varios escenarios, la palabra fuck prendida fuego en el escenario durante el bis de Blink 182, gente de todas partes de Europa. Y la puntualidad, oh la puntualidad. Si en Argentina un show se anuncia para las 9, seguro que tocan a las 10 o más tarde; pero acá Blink estaba anunciado para las 9.30 y empezó 9.34. Y estalló. No dejaron afuera ningún hit: Feeling this, What’s my age again?, Rock show, First date, I miss you, Stay together for the kids, Man overboard, All the small things. Travis rompiéndola en la batería, como siempre. Honest, let’s make, this night last forever, FOREVER AND EVER LET’S MAKE THIS LAST FOREVER. Tom haciendo todo tipo de comentarios sexuales y Mark hablando acerca de la energía que había debajo del escenario. Y es que yo me jacto de que los argentinos somos uno de los públicos más quilomberos y apasionados, pero hoy había mucha potencia. So sorry it’s over, there’s so much more than I wanted and I there’s so much more than I needed and time keep’s moving on and on and on soon we’ll all be gone nanananananana. Mi cabeza no para de cantar. Estoy en modo escritura desordenada. No paro de mirar la agenda del festival y quiero ir a todo: Ska-p, Placebo, Stromae, Kavinsky, The Kooks, Calvin Harris, las bandas, los tributos, el río, las clases, las fiestas temáticas (una con 20.000 globos, otra con 10.000 banderas, otra con seis toneladas de colores, otra con 100.000 serpentinas, otra con 10.000 palitos de esos que brillan). Una locura. Chau. Esta semana no duermo.

sziget-festival-9

Y un tema de Blink que me encanta: