Final del juego (El Jadida – Assilah – Marrakech – Barcelona)
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“Cuando el fin se acerca, todo se acelera”, me escribo en la palma de la mano izquierda mientras me tomo mi último té a la menta en una casa de patisserie de Assilah. No tengo mi cuaderno a mano ya que salí por unos minutos en busca de comida y no quiero olvidarme de esa frase que se me cruzó por la cabeza de repente. Me quedan dos días en Marruecos y sí, definitivamente, cuando el fin se acerca, todo empieza a pasar más rápido.
[singlepic id=4688 h=625 float=center] La medina de Assilah
[singlepic id=4597 h=625 float=center] La antigua ciudad portuguesa de El Jadida
[singlepic id=4631 w=625 float=center] Y Marrakech, mis últimas tres paradas en Marruecos
Los días finales de un viaje son los más contradictorios. Por un lado, como ya sabemos que estamos por volver nos invaden el cansancio y esas ganas de estar ya en nuestras casas. Listo, pensamos, aunque queden dos días, el viaje en sí ya se terminó. Ahora si tan solo pudiese cerrar los ojos y aparecer mágicamente en mi cama, sin tener que tomar ningún avión de por medio… Sentimos cierta urgencia, queremos que las últimas horas pasen lo más rápido posible (para estar cuanto antes descansando), pero a la vez sentimos la melancolía que acarrea ese final inminente e intentamos estirar el tiempo para que la partida nunca se concrete. Por eso les digo, son días contradictorios en los que lo mejor —comprobé— es dejar que todo fluya. Uno nunca sabe qué puede pasar durante ese limbo. Y, como todo en la vida, las mejores cosas pasan cuando estamos con un pie en el avión.
En el post/capítulo anterior nos habíamos quedado en Essaouira (un pueblito sobre la costa atlántica marroquí), en mi indecisión, en mi voy o no voy al norte para después tener que volver al sur, en mi doy el viaje por terminado acá o me la juego y visito (medio a las corridas) los lugares que me quedaron pendientes. Finalmente me la jugué y me tomé el bus hacia el norte.
[singlepic id=4638 w=625 float=center] La vida es un ta-te-tí
Parada 1: El Jadida
Me desperté al grito de “El Jadida! El Jadida!” y la voz de Andi que me decía, apurado: “¡Ani! ¡Tenés que bajar! ¡Es acá!”. Nos habíamos tomado el mismo bus desde Essaouira ya que, aunque íbamos a lugares distintos, la ruta era la misma. Era un bus local, uno de esos donde las gallinas y las cabras viajan en el baúl, uno de esos que paran en absolutamente todos los pueblos, pueblitos y pueblecitos intermedios, uno de esos que no tendrán lujo pero tienen color, detalles y olores locales. Entonces si no me bajaba “ya”, el bus seguiría su ruta en escasos segundos. Me despedí de Andi, agarré mis cosas a toda velocidad, bajé del bus, saqué mi mochila del baúl, miré a mi alrededor y dije: “¡Pero esto no es El Jadida!”. Para empezar, no había mar a la vista. Tampoco había ciudad a la vista. Estábamos parados en el medio de la ruta. Apareció un señor —a quien yo intento identificar como ¿el conductor del bus? tal vez—, agarró mi mochila, se la pasó en mano a un taxista y me subió a un Mercedez Benz. Me dijo que yo tenía que seguir camino a El Jadida en ese taxi misterioso y que ya estaba todo pago, que no me preocupara. Así que ahí nos fuimos: el taxista, siete pasajeros más y yo rumbo a El Jadida. Yo seguía semi dormida.
[singlepic id=4620 h=625 float=center] Dentro de la Ciudad Portuguesa de El Jadida
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43 kilómetros después, llegamos a la ciudad. El Jadida es una ciudad portuaria de la costa atlántica marroquí que no recibe muchos turistas extranjeros. Fue colonia portuguesa durante más de dos siglos y la antigua fortificación (conocida como “Ciudad Portuguesa”) fue nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y eso fue lo que más me llamó la atención y me impulsó a ir: la mezcla de lo marroquí y lo portugués. El Jadida iba a ser, además, la primera ciudad de Marruecos donde viajaría sola.
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Lo lindo de llegar a lugares poco turísticos es que no existe ese acoso de “comprame comprame comprame” ni tampoco intentan cobrarte de más por todo. En El Jadida la gente local me saludó por la calle, me dijo “Welcome to my city” y me sonrió. Pasé toda la tarde en la Ciudad Portuguesa, esa pequeña fortificación frente al mar, caminando por calles vacías, cruzándome con poca gente, mirando las iglesias, la cisterna (uno de los lugares más misteriosos que pisé en mi vida) y los detalles de la vida cotidiana. A la mañana siguiente cuando salí caminando rumbo a la estación de buses una señora marroquí me saludó con un “Salam” y me preguntó si hablaba francés. Le dije que no, que hablaba español y me empezó a hablar en español mientras caminaba conmigo. Me contó de dónde era, me preguntó a qué me dedicaba y me dijo que hacía más de 30 años que no hablaba español con nadie.
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[singlepic id=4596 w=625 float=center] La Cisterna Portuguesa, lugar misterioso y atractivo si los hay…
Parada 2: Assilah
Después de un bus a Casablanca, otro bus a Larache y otro taxi misterioso, llegué a Assilah, un pueblito de medina blanca frente al Atlántico, muy cerca de Tanger (donde empecé mi viaje hace casi dos meses). Decidí quedarme tres noches ahí, tranquila, y aprovechar mis últimos días para escribir (algo que ahora, en Barcelona, me está costando horrores). Assilah es una ciudad chiquita y silenciosa, con aspecto de pueblo mediterráneo y con una historia larga y turbulenta: pasó de manos cartaginesas a manos romanas a manos árabes a manos españolas a manos portuguesas a manos marroquíes a manos españolas a manos marroquíes otra vez en sus varios siglos de existencia. Fue un punto de encuentro de los comerciantes del sur de España, fue un centro importante en la ruta del oro sahariano, fue una fortaleza protegida por cañones, fue bombardeada, vivió un régimen de terror. Hoy es uno de los lugares más blancos y tranquilos que conocí en Marruecos. Me quedarán, de recuerdo, las paredes blancas de la medina —esa medina tan vacía— pintadas con murales y la banda sonora de todos esos hombres que me decían por la calle “hola”, “hello”, “france?”, “English?”, “¿español?”, “¡chau guapa!”, “ça va?”, “cht cht”, “pssst pssst” al unísono cual Orquesta Sinfónica Marroquí. Consejo: ignorarlos (aunque les digo que son capaces de levantarle el autoestima a cualquier mujer).
[singlepic id=4641 w=625 float=center] Vista de la medina de Assilah
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Rumbo a Marrakech: los encuentros espontáneos… son el viaje
Durante mis últimos días en Marruecos no pude evitar pensar si tendría que haberme quedado en Essaouira, si tendría que haber cruzado por Tanger en vez de volver en avión, si me tendría que haber vuelto a España antes, si tendría que haberle dedicado más días a Marrakech, si tendría que. Las ocho horas de tren que me esperaban para volver de Assilah a Marrakech (para tomar el avión a Barcelona) no me emocionaban para nada, pero ahora, escribiendo esto unos días después, no me arrepiento de la ruta que tomé.
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Los trenes deberían ganar el premio a mejor medio de transporte viajero. O, tal vez, al medio de transporte más propenso a los encuentros e historias.
Cuando llegué a la estación de Assilah pensé que había perdido el tren a Marrakech. Estaba dentro del horario, pero quién sabe, tal vez justo se les había ocurrido salir unos minutos antes… Espontáneamente elegí a una de las personas que estaba sentada en la estación, un señor de unos 65-70 años, y le pregunté si el tren ya se había ido. Me dijo que no. Cinco minutos después, el tren llegó. Mientras nos subíamos le pregunté si era marroquí. Si bien su aspecto no era marroquí, vi que hablaba y leía árabe, entonces me intrigó. Me dijo que no, que era un estadounidense nacido en Baghdad (Irak), que su papá había sido soldado en Irak y que su familia era asiria (un grupo étnico minoritario que habita en Irak, el noreste de Siria, el noroeste de Irán y el sudeste de Turquía). “En la Antigüedad el imperio asirio estaba situado en la antigua Mesopotamia, en el norte de un lugar llamado Babilonia”, me explicó en inglés. “Yo provengo de un lugar que ya no existe”.
Si bien él había comprado un pasaje para viajar en primera clase, se quedó sentado conmigo en segunda. Y pasó eso que pasa cuando uno conoce a un extraño que sabe que jamás volverá a ver: me contó toda su vida. Que creció y vivió en San Francisco, que tuvo tres estaciones de servicio, que viajó por el mundo y eligió quedarse en Assilah ya que buscaba un lugar “más grande que un pueblo y más chico que una ciudad”, que nunca se casó “legalmente” ya que no creía en el matrimonio, que un marroquí lo había estafado y tenía que quedarse en Marruecos hasta que terminara el juicio. Me regaló frases como: “If you ever lose your way, follow the birds” (Si perdés tu camino, seguí el de los pájaros), “The world is your school” (El mundo es tu escuela) y me dijo que yo estaba viajando con mucho peso, que no necesitaba tanto. Tendré que ir aprendiendo a despojarme más y más de las cosas (¡pero la ropa de invierno la necesito!). Se bajó en Rabat y antes de irse me pidió mi email y me dijo que, si bien casi nunca usaba internet, me enviará noticias una vez por mes.
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Yo seguí hasta Casablanca (una hora más desde Rabat) donde tuve que hacer cambio de tren. Me senté contra la ventana y en el asiento de al lado se me sentó un viajero que me miró y me saludó en inglés. Me puse a leer, pero ese viajero era una de esas personas que no pueden contenerse las ganas de hablar.
—¿De dónde sos? (Fue todo en inglés, pero traduzco)
—De Argentina, ¿y vos?
—De Canadá, Vancouver.
—¡Qué envidia! ¡Amo Vancouver! Tengo familia ahí y me parece una de las ciudades más lindas del mundo.
—Sí, la verdad que se vive muy bien, tiene mucha naturaleza, la gente es tranquila… ¿Recién llegás a Marruecos?
—No, ya me estoy yendo, estuve casi dos meses viajando por el país y ahora vuelvo a Marrakech para tomar el vuelo a Barcelona. ¿Ustedes? (Vi que iba con otro chico que se había sentado en otro asiento)
—Llegamos ayer a Casablanca, vamos a estar 10 días en Marruecos y 5 en España, lamentablemente sólo tenemos quince días.
—¿Y ya saben qué van a ver?
—Bueno, estuve armando un pequeño itinerario…
Y antes de terminar sacó un fajo de 20 hojas A4 con un itinerario detalladísimo (que tal vez hasta incluiría los horarios para ir al baño y estornudar), junto con mapas de todas las ciudades (con la ruta de la estación de tren hasta el hotel marcada en amarillo y la distancia en kilómetros y en tiempo). No pude evitar reírme mucho, aunque con simpatía.
—¡Qué itinerario! ¡Tenés todo planeado!
—Nahh, es algo que hice rápido antes de salir…
—¿A qué te dedicás en Vancouver?
—Soy planeador urbano.
—¡Con razón!
Y nos reímos otra vez.
—Yo viajo de manera totalmente opuesta a la tuya, generalmente nunca sé dónde voy a dormir.
—Es que nosotros tenemos pocos días… ¿Qué te pareció Tánger? Mucha gente me dijo que no le gustó, que es un poco peligroso.
—A mí me encantó… Me impactó muchísimo. Tal vez porque fue el primer lugar de Marruecos que pisé y sentí que estaba entrando a otro mundo, a un lugar lleno de colores, de ruidos, de caos, de olores, de gente haciendo cosas en la calle…
Hablamos sin parar durante las tres horas de Casablanca a Marrakech. Nunca pensé que las horas de ese viaje que tan pocas ganas tenía de hacer se me iban a pasar tan rápido. Compartí un taxi con los dos canadienses hasta la Plaza Djemaa el-fna y quedamos en encontrarnos ahí esa misma noche (mi última noche en Marruecos) para cenar en los puestitos al aire libre. A la vez, esa misma tarde me contactaron dos marroquíes de Couchsurfing que estaban en Marrakech, así que también me los encontré y salimos los cuatro a comer. Hace mucho que no me reía tanto. Después de nuestra lucha inicial, Marrakech y yo nos amigamos. La onda que sentí esta vez fue distinta, y la verdad que hasta me dieron ganas de quedarme varios días más.
[singlepic id=4633 w=625 float=center] La Plaza Djemaa el-fna (Marrakech) de noche
Y mientras estaba ahí, en mi última noche en Marruecos, tomando un licuado con mis cuatro nuevos amigos, pensaba en cómo los itinerarios pueden cambiar en un segundo. Me preguntaba si en ese plan tan detallado y preciso, el canadiense tendría un ítem que dijera: “Lunes 19 de marzo, 12:45: Tomar el tren a Marrakech, sentarme al lado de una argentina, charlar acerca de la vida, cambiar los planes e ir en taxi a la Plaza en vez de caminando, volver a la Plaza a la noche para tomar una sopa y comer tajine con dos marroquíes desconocidos y con una viajera desconocida. Pasarla bien. Reírnos mucho”. Probablemente no. Por eso creo que en un viaje (y en la vida) no se puede planear tanto. O, si se planea, siempre hay que dejar lugar a la improvisación, ya que tanto la vida como los viajes están hechos a base de encuentros espontáneos. Y nunca se sabe qué rumbo nos puede hacer tomar cada persona que vamos conociendo.
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[singlepic id=4680 w=625 float=center] Formamos una enorme red
[box border=”full”] Información útil para visitar El Jadida y Assilah
- Cambio: 1 euro = 11 dirham
- Bus de Essaouira a El Jadida: 70 dirham (+ 5 dirham por el equipaje)
- Hotel en El Jadida: 80 dirham por una habitación simple
- Bus de El Jadida a Casablanca: 20 dirham
- Bus de Casablanca a Assilah: 80 dirham
- Hotel en Assilah: 60 a 100 dirham por una habitación (casi todo el alojamiento está fuera de la medina, cerca de la entrada)
- Tren de Assilah a Marrakech: 186 dirham en segunda clase (8 horas) [/box]
GENIAL!!! como siempre!!!!
Besos desde Buenos Aires.
Muchas veces la vida te hace cambiar de planes preestablecidos lo describiste muy bien…muy entretenido este post de novela. Emocionante el hombre que te contó la historia de su vida como en un confesionario y luego desapareció sin dejar rastros, evidente que tenes una receptividad que la gente percibe. Espero con ansiedad tus post desde Laponia…
Aniko, me encanta leerte. Ojalá puedas sacar el libro en algún momento (en mi caso voto por una recopilación de tus viajes). Cuál es tu próximo destino? Laponia?, ni se donde es, pero seguramente lo detallarás a la perfección en un nuevo relato.
Saludos desde la rutinaria, y a la vez atrapante (en el buen sentido), Buenos Aires.
Sí, me voy a Laponia Sueca! Ya contaré todo…
Me motiva mucho la idea del LIBRO!, con tus experiencias!! inténtalo.. qué pierdes?
Totalmente nada que ver , jaja que libros me recomiendas? podrías hacer un post jaja espero tu respuesta! PD: tienes que venir a valparaiso
Este post me llegó mucho más que otros puesto que hoy en día la vida me cambió los planes (probablemente te lo escriba en la carta :) ) y lo que decis, es muy cierto, lo mejor es dejarse fluir…
Me gustó mucho este post, la cisterna portuguesa, me encantó! Y esas cosas que te pasan en el viaje son mágicas, como la historia del estadounidense. Qué linda manera de terminar tu viaje por Marruecos. Este relato fue muy mágico, además tengo una música muy tranquila de fondo que no sé de dónde viene que pega justo…
Saludos Aniko, gracias por tus reflexiones y experiencias, este post me alegró el día en estos momentos en los cuales me siento perdida. Muchas gracias!
Vale
QUÉ BUEN POST!!!! Sobre todo, que buenas experiencias estás viviendo!!!!
Live and learn :)
Besote grande desde Baires muchachitaaa!
Mi abuelo nos cuenta que un señor que tenía una puerca/chancha/cerdita bebe en su granja había hecho tantos planes (que tendría muchos chanchitos, los vendería a buen precio ya que eran de raza, la cuidaria para los concursos, se quedaria con una cria, tendria mas crias) y le dedicaba mucho tiempo y dinero, mucho más que a su familia…pero un dia inesperado se murió la cerdita y no le quedó nada. Solo el recuerdo de lo que sería, habría y tendría…
Aniko, me encantó este post… hay tantas verdades en él… como las frases que te regaló ese señor con quien te fuiste en tren, como la frase en tu mano, como que… los planes hay que hacerlos pero hay que dejar espacio a la improvisación, ahí es donde aparecen las sorpresas, donde nacen las experiencias más enriquecedoras… que rico!!!
Encontré fascinante que la foto de la plaza Djemaa el-fna “incluyera” una estrella fugaz!!! hermosa!
Cariños.
Debo agregar… lei tu post parada esperando en la sala de embarque para viajar de BsAs a Stgo… estaba tan aburrida!!! y paf! veo tu post en mi mail… qué mejor que leerte tranquila, fue genial.
Me enamoré perdidamente de tu blog…. no te canses nunca de viajar.. me gustaría leerlo cronológicamente pero no se como hacerlo, asi que empecé haciendo zapping de posts y luego arranqué por Indonesia..
Definitivamente alguna vez conoceré el sudeste asiatico..
Geniales tus descripciones y fotos.. logras que viaje con tus relatos!…
Cariños de tu nueva seguidora..
Hola Pauli, para leer el blog cronológicamente empezá por este post (es el más viejo): https://viajandoporahi.com/reflexiones-sobre-el-viajar y desde ahí vas tocando la flechita que te irá llevando a los posts nuevos.
Hola Aniko,
Me siento emocionada ante tu blog, me confronta con mis deseos y miedos a partes iguales. Únicamente quería felicitarte por tus relatos, son excelentes. Tu forma de escribir transmite muchísimo, es un lujo poder leerte.
Deseo que tu estancia en Barcelona sea de tu agrado, yo soy de “Carcelona” y me encantaría poder ser tu guía, pero desde hace tres años vivo en Andalucía buscando un estilo de vida que la gran ciudad imposibilita.
Simplemente gracias por compartir generosamente tus viajes y experiencias.
Un abrazo.
Este post me ha encantado y la verdad, tengo que decir que me has dejado ese sentimiento dentro de necesidad de ir yo misma a descubrir ese tesoro.
“cuando el final se acerca, todo se acelera”….me gusta! =)
http://milittletreasure.blogspot.com.es/
Increíble las fotos! . Nunca deje ningún comentario pero te felicito por el blog! Ahora estoy viajando por el sudeste asiático y me gusta leer tus post para saber más antes y después de cada viaje jeje saludos!
“ya que tanto la vida como los viajes están hechos a base de encuentros espontáneos. Y nunca se sabe qué rumbo nos puede hacer tomar cada persona que vamos conociendo.”
Qué bonita frase, cargada de un sentimentalismo absoluto.
Como siempre un buen post y increíble la Cisterna… las había visto en un programa de Discovery llamado “Ciudades Ocultas”, pero no sabía que tenían ese nombre.
Saludos.
P.
Ani,
me encanta tu blog, me leí todo tu viaje a Marruecos de corrido!!
Estoy por viajar a Marrueco y me preocupan dos cosas:
1) Cómo son los medios de transporte público? puntuales, confiables? Hay que sacar con mucha anticipación? Los trenes me encantan! pero son como en Argentina o se pueden usar? :-P La foto del tren que subiste es de segunda clase? porque me pareció bastante lindo. Y la gente saca la compu en el viaje sin problema (soy argentina y acá sacar la compu en el tren es una invitación a que un amigo de lo ajeno se tiente, je).
Conviene viajar en bus o en tren? (precio, calidad, acceso a las terminales)
2) Cómo es la seguridad? Me gustaría llevar la compu pero me preocupa la seguridad.
Muchas gracias por tu consejo!
Hola Sabri,
Los trenes en Marruecos están buenísimos! La foto que subí es de clase económica (muy cómoda). Tiene casi el mismo precio que un colectivo y se viaja mucho mejor, así que te recomiendo que cuando puedas tomes tren.
Y en cuanto a la seguridad, yo viajé con compu y cámara de fotos y no tuve ningún problema. Siempre hay que ser precavida, pero no pasa nada.
Saludos y buen viaje!!
Dios, cada vez que leo estos encuentros que te pasan asi mientras viajas me emociono (no es joda, en el trabajo lloro de emocion mientras leo, si que tal) bueno eso. Estoy leyendo todo tu blog, es zarpado, me inspira mucho, gracias!!
Como estas Anilko? Voy a emprender un viaje a Marruecos en un par de meses, estoy indeciso entre Essaouira y Assilah, cual de los dos me recomiendas? Y tambien ire a Erg Chebbi con mi niño viajero de un año, crees que sea mala idea? Agradeceria tu orientacion, me gusta mucho tu blog :) te dejo el mio http://www.elblogdelmundo.com
Hola Alejandro, a mí me gustó muchísimo Essaouira, así que esa sería mi elección.
Lo de Erg Chebbi no sé qué decirte, tendrías que consultar a algún viajero con niños!
Buen viaje!!
Hola!! te felicito por el blog, realmente muy claro y útil. Vi que estuviste dos meses por Marruecos. Yo también estoy en Barcelona pero tengo sólo 13 días para conocer Marruecos. Leí casi todos tus posts. Pensé en hacer de sur a norte Marruecos. De BCN directo a Marrakech y desde ahi ir subiendo hasta Tanger y luego de Tanger tomar el barco a España. Sería en este orden: Marrakech, Essaouira, El Jadida, Assilah y Tanger. Resulta que no podría estar más de 2 días en cada lugar. Entonces mi pregunta es, qué recomendas para hacer en 13 días de esos lugares?
Muchas gracias!!!
Hola! Te paso un post con info útil que puede servirte: https://viajandoporahi.com/guia-para-viajar-de-mochilero-por-marruecos
Buena informacion pues pienzo ir a marriecos en octubre
Buen informacion
Me encanto tu relato de Marruecos..! conoci las ciudades imperiales y me encanto y me senti identificada con muchas descripciones de las que hacias…aunque Marrakesh contrario a vos, me encanto!!!… a mi me quisieron comprar x 5000 camellos!!! t digo me alimentaron el ego jajaj…
vi q muchas cosas q daban naturalmente, como q fluian solas… y q bueno eso verdad?
por lo unico q no volveria ES POR LOS GATOS,…!!! tengo fobia lamentablemente… y hubo momentos q la pase mal realmente….sino me hubiera gustado conocer Asilah… pero bueno vi muchas fotos en las cuales tambien me fotografie alli…viendolas
me trasladaste a mi viaje!!!!…. t felicito..suerte y cuidate…bso
5000 camellos! espectacular! jaja
Sí, hay muchísimos gatos en Marruecos, qué pena que tengas fobia. :(
por favor anda al sur d italia!!!!! bari, trani…. yo fui , era una asignatura pendiente q tenia, q era conocer el pueblo de mi abuela… y lo cumpli!…. trani supero mis expectativas… cuando puedas anda a Italia!!!!!