Las chinas y yo
Me parece que todo empezó en abril del año pasado, cuando caminaba perdida por el laberinto que es la isla Ko Phi Phi, en Tailandia, y me la crucé de casualidad: Journey, la primera amiga china que me hice en Asia. Aunque para ser sincera, todo debe haber empezado cuando tenía unos ¿siete? años y la conocí a Jenni, mi primera amiguita china del colegio. Me acuerdo que vivía en frente de mi casa y siempre me invitaba a jugar y a tomar la merienda. Su cuarto era un paraíso de Hello Kitties, cositas rosas y peluches adorables. Su hermana mayor era lo más, siempre andaba por ahí, tocando el piano o haciendo dibujos para nosotras. No sé por qué me acuerdo de ella, si después de aquel año se mudó, se cambió de colegio y nunca más la vi (ni sé si sigue en Argentina o si, tal vez, me la crucé en las calles de China y no nos reconocimos…). Momento Gente que Busca Gente: Jenni, si estás por ahí y todavía te acordás de mí, ¡mandame un mail! Juro que si estuviese en mi casa escanearía una foto de Jenni y yo y la subiría.
Lo que quiero decir es que siempre tuve buena onda con las chinas (no como mi amiga Olga que siempre se pelea con la del supermercado porque no le lleva cambio). Desde chica tuve un feeling especial con ellas, pero no lo descubrí hasta que llegué a China.
[singlepic id=2179 w=800] Journey y yo en Macau
Como decía, durante la primera semana de mi viaje, en abril de 2010, la conocí a Journey en Tailandia y viajamos juntas por Malasia y (unos meses después) Hong Kong y Macau. En este viaje conocí a mucha gente con la que pegué buena onda por un rato, pero con Journey fue distinto: nos hicimos amigas en el acto. Es viajera también, vivió en Lhasa (Tibet), se conoce gran parte del Sudeste Asiático, tiene rastas y es bajita, tan bajita que le debo sacar una cabeza y media. Y aunque muchos digan que no tiene más de 22, ella tiene 30 años. Cuando intenta “insultarme” en castellano me dice ESTÚPILA y se ríe.
Gracias a Journey conocí a mi segunda amiga china, Tippi, de quien ya hablé en posts anteriores y con quien estoy viajando ahora en Lijiang (provincia de Yunnan, en China).
[singlepic id=2182 w=800] Tippi entre flores
Una aclaración antes de seguir: Journey y Tippi son sus “English names”, la mayoría de los chinos jóvenes (hombres y mujeres) se ponen nombres en inglés y son los que dan a conocer a los extranjeros (yo jamás las llamé por sus nombres reales). En general eligen este nombre en el colegio, algunos se autonombran y otros son bautizados por profesoras o amigos. Journey recibió su nombre de una amiga, pero Tippi se bautizó a sí misma en honor a una mujer llamada Tippi que, al parecer, tenía la capacidad de hablar con los animales. Y según me contó, los nombres más comunes que se ponen las chinas son Candy, Cookie, Sugar, Sweet y algunas/os hasta se hacen llamar Wind, Leaf, Knife, Sky, Eagle, Panda, Piano, Honda (sí, el auto), Ferrari…
En fin, a Tippi la conocí en Malasia y viví bastante tiempo en su casa, en dos ocasiones distintas, y nos hicimos muy buenas amigas. Ella vive en Penang y trabaja de profesora de matemática en un colegio internacional, además está en Couchsurfing y aloja a cinco o seis personas por noche en su departamento divino frente al mar. Y es un personaje. Pero pensé que como las había conocido afuera de China, eso no contaba, así que las tomé como “mis amigas viajeras que además son chinas”.
[singlepic id=2176 w=800] Haciendo pavadas con Journey en Hong Kong
[singlepic id=2180 w=800] Tippi y Buda (?)
Ser mujer y viajar sola no es lo mismo que ser hombre y viajar solo. Desde que llegué a China sentí una conexión especial con las mujeres de acá, hablen inglés o no, sean nenas, adultas o ancianas. No sé muy bien cómo describirlo, tal vez será que me ven solas y me quieren proteger, o les caigo bien, no lo sé. Y esto no es algo que me haya pasado en todos los países. Pero en China, vaya a donde vaya, si una mujer me ve, me sonríe cálidamente, una sonrisa sincera, y mueve la cabeza como diciendo hola. Especialmente en las aldeas más chiquitas: cada vez que veo una mujer a la que quiero fotografiar, le hago un gesto con la cámara como preguntándole si puedo sacarle una foto y enseguida me sonríe y posa, dura como una estatua (y después me hace gestos para que le muestre la foto y se ríe cuando se ve en la pantalla de la cámara). Nunca una mujer me dijo que no podía fotografiarla, nunca me pidieron plata por sacar una foto, nunca me pusieron mala cara. Al contrario, sospecho que les gusta, porque siempre posan “haciéndose las naturales”.
[singlepic id=2188 h=800] Esta mujer, por ejemplo, nos atendió en su restaurante en Shuanglang y cuando le pedí permiso para sacarle fotos se puso así, mirando al horizonte. Cuando vio que terminé de sacarle, volvió a la normalidad y me pidió que le mostrara.
[singlepic id=2189 h=800] Al rato, la misma mujer me vio sacándole fotos a la tortuguita que tiene (o tenía) en la pecera al lado de la cocina, se acercó, la sacó del agua, se la puso en la palma de la mano y hasta le dio un beso (¡lástima que no pude enganchar ese momento!).
[singlepic id=2183 h=800] Me crucé con esta mujer en una aldea cerca de Lijiang y cuando le pedí permiso para la foto se puso así, “haciendo que trabajaba”. Son muy vivas estas, eh.
Si estoy viajando en colectivo, siempre hay alguna mujer que me da comida, me llena de manzanas, me ofrece maní. Tal vez sea parte de la cultura, tal vez sea su amabilidad, tal vez esto me esté pasando solamente a mí… Quisiera saber qué experiencia tiene un hombre que viaja solo en China, tal vez tenga “buena onda” con los hombres y no con las mujeres. ¿Será que esta conexión será exclusiva de mujeres con mujeres? ¿O será como en la astrología, que los opuestos son los que mejor se llevan? (Recuerden que Argentina y China están en el lado exactamente opuesto del mundo).
En el tiempo que me queda acá voy a intentar profundizar, quiero saber cuál es la raíz de todo esto. Mientras tanto, les dejo fotos de algunas chinas que me fui cruzando (y el recuerdo de otras a quienes no pude sacarles fotos).
[singlepic id=2177 w=800] Esta mujer fue una de las más graciosas y personajes que encontré en Chengdú. Una tarde me senté a tomar un café en una mesita en la vereda, y en la mesa de enfrente estaba sentada esta mujer. Mientras se comía las sobras de la gente que se había ido dos minutos antes, le decía cosas en chino (en voz muy alta) a cada extranjero que pasaba, seguidas de un “OK BYE BYE TAKE CARE” y un saludo con la mano. Cuando no pasaba ningún extranjero nuevo, me miraba a mí, me sonreía y me decía cosas en chino. Yo asentía como si entendiera. Cuando terminó de comer se acercó a mi mesa, me hizo señas de que comiera, hundió los cachetes, se tocó la cara y me señaló: “comé que estás flaca”. No pude evitar estallar y ella me vio y se rió conmigo.
[singlepic id=2186 w=800] Estas son dos de las tres chicas que me adoptaron de compañera de viaje durante dos días, con el pequeño detalle de que ellas no hablaban inglés y yo no hablo mandarín. Pero nos llevamos como amigas del alma.
[singlepic id=2187 h=800] Caminando por los pueblitos de Lugu Lake con una de las tres chinas, llegamos a la casa de esta mujer Mosuo (la minoría que vive en el lago). Nos invitó a sentarnos con ella mientras trabajaba, nos dio de probar las barritas a base de maíz que producen y nos “obligó” a tomar varios vasos del alcohol local que también producen ellas. Cuando nos fuimos, me regaló una bolsita con comida.
[singlepic id=2185 h=800] Estaba sacando fotos de un templo en Lugu Lake cuando vi que esta nena posaba, a lo lejos, para mis fotos. Me acerqué y salió corriendo, muerta de risa, así que durante un rato jugamos a las escondidas: yo la buscaba atrás de una piedra y ella corría y gritaba. Muy cerca de ella había un monje al que yo me moría por sacarle una foto, pero no quería faltarle el respeto. La nena, como intuyendo esto, corrió y se sentó en la falda del monje, y los dos se quedaron sonriéndome para que les sacara todas las fotos que quisiera.
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Ayer Tippi me llevó a un casamiento tradicional en una de las aldeas en las afueras del centro histórico de Lijiang. Salimos a caminar y nos encontramos con un grupo de mujeres jugando a las cartas.
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Una me invitó a sentarme al lado de ella, y cuando vio que Tippi quería sacarme una foto, puso su brazo sobre mi hombro y posó así:
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Todas las mujeres que conocí en ese casamiento me sonrieron, me hablaron en su dialecto (que ni Tippi entiende) y pusieron cara de foto.
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Y, por último, la que me rogó que le sacara ochenta fotos fue esta nena, quien le llevaba la cola al vestido de la novia y estaba vestida de manera tradicional para la ocasión.
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Otra vez, gracias por permitirme viajar mientras leo. Conseguís emocionarme en cada uno de tus relatos.
Tengo pensado salir con mi mochila por un tiempo este año y China es un lugar por el que siempre sentí una atracción especial (aunque muchos viajeros que me crucé el año pasado viajando por el sudeste asiático no hayan hablado para nada bien de esa experiencia), y ahora que leo tus posts, me convenzo aún mas que este podría ser uno de mis destinos, así que si el viento sigue soplando en esa dirección, después te cuento cómo me reciben los chinos.
Muchas gracias y saludos desde el otro lado.
Sergio (otro de los tantos que vamos en tu mochila)
Sigo sin perderme tus relatos que como siempre me hacen viajar un poco ,saludos a Tippi de colega a colega( soy tambien profesora de Matemática)
mujeres. mujeres, mujeres qe lindo el espiritu de comunion de las chinas!
Sometimes men gave me cigarettes when travelling in mainland china.
To Chinese people a girl travelling alone might seem to be unprotected as it is quite unusual to Chinese people, especially in the western provinces and villages.
And your foreigner identity definitely adds some dramatic effect to it. But I think it’s rather universal as you might not invite someone just from a neighbor country to your home for dinner easily.
La foto de la nena y el monje, me dejo sin palabras. Es simplemente maravillosa.
La verdad disfruto muchisimo leyendo tu blog y cada vez me dan mas ganas de dejar todo y empezar a viajar.
Hola, de nuevo la china panameña. =D
Las mujeres chinas suelen tener más confianza en una mujer que un hombre.
Muchos chinos en China tienen un especial fascinación por el extranjero (sobre todo cuando es alguien rubio, joven o hable inglés). Tienes un aspecto de linda persona, lo que más confianza les da. Las mujeres chinas mayores tienen una especie de ¨ternura¨ por la mujer joven no sé cómo decirlo, será que ven a una nieta o a alguien lleno de vida, es como nosotros que sentimos ternura cuando vemos niños pequeños. No sé como explicarlo pero lo e sentido y me han regalado sonrisas muchas lindas ancianitas chinas que te encuentras en diferentes lugares.
Que vengan extranjeros y les fotografíe les halaga por que haces ver que les interesas o que son de importancia. Notarás que la mayoría de los mayores sobre todo personas de tercera edad (como el monje en este post) no te pedirán que les fotografíe, a veces suelen pensar que no tienen mucha importancia o que están viejos para ser de interés para alguien joven que venga de visita al país. Fotografiarlos (pidiendo permiso, así uno no les falta el respeto ni queda mal) les alegras de alguna forma el día.
Saludos.
Holaaa! Gracias por todos tus comentarios, me encanta lo que contás!
Qué bueno saber que fotografiarlos les alegra el día, ya que a mí me encantó hacerlo y guardo muy buenos recuerdos de China!
Hola:
Me he divertido mucho leyendo esta entrada y he querido dejar constancia. Parece una experiencia increíble y tú una auténtica aventurera. Enhorabuena. Un abrazo.
Hola Aniko, que hermoso lo que describis,,, y como expresas tus sentimientos, gracias por compartir tus vivencias,,, y tus viajes, me parece maravilloso lo que haces,,, te felicito y te aliento, a seguir haciendo lo que te hace Feliz,,,, Carinos, Laura
Soy una potencial viajera de la Costa de Argentina ,Gesell para ser exacta.
Por dios nena ,te leo y lloro como mi mama al leer novelas romanticas!!
Sos increible te admiro de cabeza a pies.
Nunca dejes de ser asi, de esa manera nunca dejare de admirarte!
segui brillando,mucha suerte y por muchas mas experiencias!
Están muy lindas las fotos :)
Tan tradicionales las chinitas, dan ganas de quedarse ahí hablando con ellas de sus vidas por largas horas, lástima que no se entiendan mucho…
Las fotos de personas para mi son las mejores, llegan.
Hola Aniko! hace años leo tu blog y me deleito con tus experiencias, observaciones y fotos. Me encanta y lo recomiendo siempre. Yo también soy viajera, más que turista, voy regresando de un viaje, aún poseo el jetlag y ya estoy soñando el próximo. Releí los de China, porque acabo de volver de allá, adoré tus anécdotas. Qué afortunada y angelada fuiste, esa relación tan cercana con las chinas, fabuloso!!. Yo no tuve esa suerte, quizás porque viajé en pareja o porque en realidad hice más ciudades que esos bellos pueblos que vos visitaste. De hecho, no volví con el recuerdo “buena onda” de su gente, sino todo lo contrario. Una pena, porque iba muy ilusionada, sobre todo de mi anterior experiencia en Asia donde volví encantada de sus pueblos. Te felicito, estoy seguro que nada fue casual, vos te ganaste el corazón de todas ellas. Abrazo.
Me ha encantado este post! Yo he viajado sola por China varias veces (vivo en Shanghai), y me siento parecido: frustrada porque nadie me entiende ni yo les entiendo, pero muy contenta y agradecida por lo amable que es todo el mundo, especialmente fuera de las grandes ciudades, y como se desviven por ayudarme a pesar de no hablar un idioma comun. Muy bonitas las fotos tambien, es muy interesante ver gente de minorias etnicas en China, es como ir a otro pais sin salir de aqui.