Conversación clásica que se puede dar entre una persona cualquiera y yo:

—¿Por dónde viajaste ya?
—Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Centroamérica, Tailandia, Malasia, Singapur, Indonesia, China, Laos, Vietnam, Camboya [+ toda la lista de países que digo sin repetir, sin soplar y sin respirar cada vez que me preguntan]
—Y Europa conocés… ¿no?
—No.
—¿Cómo que no? ¡¿Fuiste a Asia pero no conocés Europa?!
—Bueno, sí, pasé unas horas en el Aeropuerto de Frankfurt, pero no cuenta, ¿no?
—¿Y por qué todavía no viajaste a Europa?
—Nunca tuve la posibilidad y siento que es muy caro. Ya iré…

Entre los argentinos parece haber un acuerdo generalizado: primero, conocé Europa, después, lo que quieras. Al menos a mí me pasa que todos se sorprenden de que no conozco Europa, pero nadie se sorprende de que no conozco África o Medio Oriente u Oceanía… ¿Será que el tema de las raíces nos tira hacia allá? ¿Será que como la mayoría de nuestros abuelos llegaron en barco, nosotros sentimos que tenemos que volver para allá, aunque sea de visita una vez en nuestras vidas? ¿Será que irse de eurotour a los veintipico es un clásico? ¿Será que Europa siempre estará de moda? ¿Será que la gente quiere que viaje por países “organizados” y que la corte con el tema de lo exótico? No sé, pero cada vez que digo que no conozco Europa, recibo la misma mirada de sorpresa: ¡¿Cómo que no conocés Europa?!

No señores, nunca fui a Europa. Mi mamá es nacida en Hungría, la familia de mi papá es de España, y yo, ingrata total, nunca fui a Europa. En realidad, una vez estuve “a punto” de ir a Europa del Este y al final cambié el destino por Asia porque no me daba el presupuesto (aunque las ganas no me faltaban).

Siempre quise viajar por el mundo, sin importar a dónde ni en qué orden, pero a la vez siempre tuve países/regiones/continentes que me tentaron más que otros, como Europa del Este, Asia Central, Medio Oriente y Oceanía. La Europa “clásica” nunca me llamó tanto la atención, será porque es uno de los destinos más populares, difundidos y comentados del mundo. Nunca fui a París pero me conozco la Torre Eiffel de memoria y puedo oler las baguettes recién hechas desde acá, tampoco anduve por Venecia pero conozco perfectamente la vestimenta de los gondoleros y hasta los escucho cantar. Entonces con Europa siempre me pasaron varias cosas: 1) “no me da el presupuesto y si voy quiero hacerlo bien”, 2) “no sé si voy a tener tantas sorpresas como en Asia/Oceanía/Medio Oriente”, 3) “no creo que Europa cambie tanto, primero quiero ir a lo exótico y después a lo cómodo”.

***

Dicho todo esto, les cuento la noticia: en menos de diez días me voy a España por tiempo indefinido y estoy más que feliz. Se sorprendieron, ¿no? Cuando surgió la posibilidad, me cerró por todos lados. En principio el plan era ir unos pocos días a España, de ahí a París, tomar el vuelo de Air Asia a Kuala Lumpur (es lo más barato para ir de Europa al Sudeste Asiático) y de ahí un vuelo a la India antes de mediados de diciembre. Pero después pensé, ¿para qué apurarme tanto?

Y de repente empezaron a surgirme invitaciones en España: tengo familia en Asturias y ya me pidieron que pase Navidad con ellos, tengo amigos argentinos en Madrid, tengo a mi hermana en Calella, tengo bloggeros/viajeros amigos en Barcelona, en Badajoz, en Cantabria, tengo el mar Mediterráneo que me espera en el sur, tengo Portugal ahí tan cerca, tengo tanto para ver que sería casi un pecado quedarme solamente unos días. Mi única preocupación es el presupuesto, pero voy de mochilera low cost como siempre, así que espero encontrar buenos precios y no morir de angustia ni de hambre.

Vuelvo a la ruta!

Siento que viajar a España va a ser como volver a un hogar que nunca conocí donde voy a reencontrarme con amigos y familiares. Me parece muy raro ir a un país donde se hable español fuera de América latina (aunque nuestro idioma en realidad venga de allá), me parece increíble saber que voy a conocer un lugar con el que estamos tan ligados por la historia. Durante mis viajes conocí a muchísimos españoles y, ahora que lo pienso, son los europeos con los que mejor onda pegué, tal vez porque en el fondo somos bastante parecidos (o no… ya lo averiguaré).

Esto de volver a viajar me pone verborrágica (como ven hoy hay poca foto y mucho texto), ansiosa e indecisa. Por ahora lo único que sé es que voy a España y (que quiero ir) a Portugal. Después, no sé. Si siento que todo me resulta muy caro, buscaré la manera más rápida y barata de llegar a la India, pero si veo que puedo, seguiré recorriendo Europa, con rumbo a Europa del Este… ¿Y si voy a Marruecos? Voy a estar tan cerca… ¿Y si llego a la India por tierra? Suena MUY tentador. ¿Y si me gano la lotería? ¿Por qué soy tan poco organizada? Me cuesta mucho marcar una ruta fija, me gusta estar abierta a las posibilidades que surjan en el momento, me es imposible planificar mis viajes/vida con anticipación. No me pregunten cuándo vuelvo porque no tengo idea. Sólo se que me voy.

Me voy a Europa. Inesperado. Ya veo los gestos aprobatorios: bueno, por fin esta chica va a conocer Europa, ahora va a ver lo que es viajar con comodidad, ahora va a ver lo que es el primer mundo. Igual lamento decepcionarlos pero no voy en busca de comodidad, voy en busca de experiencias, de personas, de momentos.

En unos días voy a dejar de ser la viajera que no conoce Europa. Y me voy a sacar fotos geniales como estas.

 

 

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Si quieren ayudarme a planear un poco, comenten y dejen todos los consejos y recomendaciones que quieran: precios, lugares imperdibles, rincones ocultos, pueblitos, paisajes, lo que quieran compartir de Europa.