puente (Lisandro me dio la mano)
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En algún lugar de la provincia argentina de San Juan vive un nene llamado Lisandro. Lo conocí hace dos semanas, cuando la combi en la que viajábamos frenó frente a su casa y él se asomó por la puerta con curiosidad. Estaba entretenido con una manivela y se quedó parado, mirándonos, con su juguete en la mano. Me bajé de la combi y mientras caminaba hacia él su mamá salió de la casa, lo alzó en brazos y me saludó amablemente. Me acerqué a ellos, les sonreí y Lisandro me agarró la mano. Duró pocos segundos, pero ocurrió: Lisandro, un nene que vive en algún lugar de San Juan, estiró su brazo y agarró mi mano. Después de eso me fui y nunca más nos volvimos a ver. ¿Lisandro se acordará, de acá a varios años, que cuando era chico le dio la mano a una desconocida que estaba de paso por su pueblo? ¿Ese pequeño gesto de contacto humano cambiará en algo su vida? Probablemente no de manera consciente.
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Cuando los miré de frente, a él y a su mamá, estuve muy tentada de sacarles una foto. Tenía la cámara colgada en el cuello y estaba a un “permiso” del disparo, pero no lo hice. Preferí llevarme la imagen en la retina y no en la cámara, preferí no poner un aparato en medio de nuestro pequeño gesto, preferí ser la única en tener la fotografía mental de ese momento, preferí mirar sin disparar. Me pareció lo más sincero. Para algunos puedo haberme perdido una gran foto; yo, en cambio, siento que gané un recuerdo. Sacar fotos es algo que me encanta, pero muchas veces necesito ponerme un freno y dejar que la imagen quede guardada solamente en mi memoria y no en una memoria SD.
Cuanto más viajo más lo compruebo: lo lindo de moverse por el mundo es entrar en contacto con su gente, es conocer a aquellos que habitan cada paisaje. Sería muy triste dar la vuelta al mundo y no encontrar más que escenarios vacíos, sería poco reconfortante llegar a pueblos y ciudades llenos de gente pero desprovistos de contacto humano. Lo que más me llena de viajar es conocer a toda esa gente que habita en cada milímetro del planisferio y ser capaz de encontrar puntos en común, ser capaz de tender puentes con y hacia ellos. Esos puentes que tendemos al viajar pueden estar construidos con palabras (charlas), con gestos (cuando el lenguaje no sirve), con sonrisas (ese idioma universal), con sentimientos o con algo tan simple como dos manos que se agarran. Seguramente Lisandro no recordará que formó un pequeño y adorable puente conmigo, pero estoy segura de que ese gesto quedará guardado en el inconsciente de ambos y nos impulsará a seguir tendiendo puentes con todas las personas que pasan por nuestro camino. Al fin y al cabo de eso se trata viajar/vivir, ¿no?
[box border=”full”]Este viaje fue posible gracias a Viajá por tu país (Ministerio de Turismo de La Nación) y fue el primer viaje de prensa para bloggers realizado por un ente gubernamental de Argentina. [/box]
Ame! me encantó tu relato. Las fotos son preciosas. Y si tenés mucha razón de eso que cuando viajas lo mas lindo son los puentes, esos que se construyen sin que vos los miren, esos que salen de la nada cuando pensás que no hay ninguno.
Besos!
Es difícil ponerle un límite a la tentación del disparo en ciertos momentos. Sin quererlo, al privilegiar ” la foto” rompemos muchos veces con la magia que genera el contacto con el otro. La oportunidad de mirarnos de forma desinteresada a los ojos, de estrecharnos la mano, se desvanece en muchas ocasiones cuando optamos por capturar una buena imagen. Creo que lograr este equilibrio es lo más complejo de alcanzar para cualquier fotógrafo. A veces somos muy egoístas lo que nos dedicamos a este arte, solo nos importa la toma y nos olvidamos del otro. Confieso que no es fácil.
Saludos desde Neuquén.
Me encantó tu post! De hecho, refleja muy bien la razón principal por la cual quiero viajar :)
Abrazos!
Cuando tenia unos 4 , unas niñas con toda un pinta de ser mochileras , con un acento medio aleman me sacaron una foto jajajaja siempre me pegunto si fui parte de algun post , como el que acabas de escribir ahora .. jaja
Me encantó este post Ani. Cortito, pero efectivo. Me gusta la idea. Te dejo una canción que me llena de pilas, justamente porque habla de puentes. (El video además es muy viajero!) http://www.youtube.com/watch?v=I8cnKNB2WIk
Muy bueno el post Aniko … creo que Lisandro lo que tiene en la mano mas que una pieza de bicicleta es la manija de una pastalinda … probablemente estarian amasando unos ricos tallarines.
Saludos desde America.
No conocía el tema de LA FRANEA, es hermoso el video, super viajero, Gracias **lau**.
Passadore, sos un amigo para las fotos !! :-)
Mantengamos la fuerza de ésta fuerza, tal como lo dicen los muros de (La) Plata:
http://faltalaenie.tumblr.com/private/32505021877/tumblr_mb3idcrcls1rshheq
Hola Aniko
me gusto lo que expresas, porque coincide con lo que pienso, puede ser que Lisandro no se acuerde del puente que creo, pero nadie le puede quitar el merito de haberlo creado con el solo hecho de darte la mano y por otro lado haberte encontrado para que ese puente tenga quien lo sostenga, sino se caeria, como se caen tantos otros. Besos y buenas imagenes siempre…
Lo que escribís es tan cierto. Viajando se generan vínculos sinceros y prácticamente instantáneos. Es fantástico cuando se construyen pero también suele ser doloroso tener que romperlos.
Sin embargo, todo eso hace que valga la pena el viaje.
Disfruto mucho leyendo y mirando tu relatos.
Aniko, sencillo y hermoso Post.
Que lindo relato Aniko, yo tambien me pregunto si cada persona con la que nos cruzamos en la vida, se acordarà de uno, talvès ellos de nosotros no, pero lo importante es rescatar ese misterio que vivimos, aunque sea fugaz, ese momento poético que nos marca y nos refresca la mente que la felicidad esta en esos pequeños momentos. Sigue escribiendo! Saludos y Bendiciones!
Totalmente de acuerdo con sacar fotos mentales! es algo q no se olvida más y mágicamente cuando volvés de un viaje…al tiempo, una semana, dos meses…un año quizás aparecen esas imágenes solas! así, de pronto…mirando a la nada o a un monitor…o por algo se disparó ese recuerdo y lo volves a vivir. Está intacto.