Rompecabezas de Tokio
Cada vez que nos mudamos de zona en Tokio pienso que cambiamos de ciudad. Durante estas tres semanas vivimos en Sumida, Shibuya, Shinagawa y Kawasaki y cada traslado fue como llegar a un destino nuevo. Tal vez esto de pensar que un lugar está desconectado del anterior sea el resultado de viajar bajo tierra o en trenes híper rápidos. El síndrome del metro. Cuando vi Tokio por primera vez, desde la ventana del tren que nos trajo del aeropuerto, me pareció que era todo más o menos igual: cables, edificios, carteles, mucho gris. Al menos desde cierta altura y a toda velocidad se veía así, como el estereotipo de la gran ciudad de cemento. Tampoco sabía qué esperar de una metrópolis donde conviven 39 millones de personas, además de viviendas angostas apiladas una encima de la otra y mucha gente junta.
Me gustan mucho las ciudades grandes, sobre todo las capitales, porque me parece que concentran la esencia cultural del país y son una buena introducción al modo de ser de la gente. Si tengo tiempo, trato de pasar algunos días o semanas en la capital antes de ir a conocer el interior. Soy muy urbana y disfruto mucho la vida entre construcciones altas, pero a la vez suelo llegar a una ciudad nueva con desconfianza. Seguro que acá me roban o me pierdo. Seguro que no voy a conectar con la gente. Seguro que es la típica gran ciudad gris donde cada cual está en la suya. Y Tokio, como dije en el post anterior, me daba miedo. Muy grande, mucha gente, mucho idioma que no entiendo, muy lejos.
En general las ciudades vienen acompañadas de instructivos obligatorios para el turista: si vas a tal ciudad, no podés dejar de ver, dos puntos, tal museo, esa calle, aquel mercado, este monumento. Comé tal cosa, subí a tal transporte, comprá ese objeto, tachá cada uno de estos puntos de tu lista y ya está, conociste todo. Podés ir a la siguiente ciudad y volver a empezar. Cuando me puse a investigar acerca de Tokio, leí que lo mejor para conocerla era caminar al azar, perderse, subir a un tren y bajar en cualquier estación, vivir y absorber la atmósfera de cada barrio. Una ciudad hecha para los wanderers. Me pareció tan lindo que lo copié en mi cuaderno y me lo guardé como instructivo personal. También copié esta frase: “Tokio es una constelación de ciudades” y me la imaginé como una galaxia de lugares interconectados pero distintos. Un sistema solar de planetas bizarros.
Desde el primer día —o el segundo, cuando me lo permitió el jet-lag— salí a caminar y no hizo falta que me propusiera explorar nada, cada aspecto de Tokio fue apareciendo solo, en mi cara. Hay ciudades que, a pesar de su complejidad intrínseca, son dentro de todo fáciles de definir porque tienen uno o dos elementos fuertes y están hechas de eso: “mezcla de colonial y moderno”, “ciudad medieval”, “monorriel y templos callejeros”, “ciudad latina que se cree europea”. Con Tokio me pasa que cada vez que descubro algo nuevo siento que encontré “la” definición, que eso es lo que la representa, que ahora sí entendí todo, hasta que camino unos metros más o me bajo en una estación nueva y todo se resetea. Voy tomando notas y escribo, por ejemplo: Tokio es la ciudad donde todos usan paraguas + en Tokio hay comida de plástico + Tokio está repleta de máquinas para hacer todo + hay bicis sin atar + todos están de traje + todo es muy cute + (…). Y cada día sumo algo nuevo a la ecuación, que al final termina siendo un rompecabezas donde cada pieza es independiente pero necesaria para formar la imagen final, que no tengo idea cuál es. Armé una lista larguísima de piezas que intentaré encastrar acá, sin repetir y sin soplar, y sin orden de importancia, a la cuenta de tres:
En Tokio hay máquinas expendedoras en cada cuadra. Por un dólar podés sacar una botella de agua, por un poco más un jugo o gaseosa. También hay máquinas que venden cigarrillos, paraguas, comida y, dice la leyenda, bombachas usadas. Todavía no vi de esas. Hay máquinas para otras cosas, también: máquinas para comprar los boletos de transporte, para cargar la tarjeta Suica o Pasmo, para pedir la comida en un restaurante, para sacar peluches, para jugar, para ganar plata, para perder plata, para secarte las manos. Hay inodoros electrónicos con botoneras multifunción y shows donde bailan robots. Y si bien debe haber más aparatos electrónicos por cabeza que en ninguna otra parte del mundo, los japoneses me parecen de las personas más amables, cálidas y serviciales que conocí. Quiero decir, que a pesar de tanta tecnología no están alienados ni fueron reemplazados por sus propias máquinas. Al menos por ahora, al menos los que yo conocí.
Tokio tiene el sistema de transporte urbano más complejo y extenso del mundo. Hay más de 503 estaciones, varias líneas de tren, el metro y unos mapas de conexiones más difíciles de resolver que el cubo rubik. Todo es súmamente puntual. Dicen que el máximo retraso que tuvo un tren alguna vez fue de 18 segundos. Cada vez que llego a una estación me siento perdida, aunque todo está explicado en inglés y en realidad es fácil. Hay veces que me paso diez minutos buscando la salida a la calle y me agarra una leve claustrofobia (una salida da a un shopping, la otra da a un subsuelo, otra da a otro tren, otra a un cajero y así). La estación de Shinjuku, por ejemplo, es la más concurrida del mundo, con más de 3.6 millones de pasajeros por día. Tiene más de 200 salidas y pareciera que solo una da a la calle. A ver si la encuentran.
En Tokio es muy común ver a nenes de seis o siete años caminando solos por la calle o tomando el tren sin la compañía de adultos. La primera vez que me crucé a un grupo de nenas de uniforme pensé que estaban haciendo alguna excursión escolar y que el adulto responsable estaba más adelante. Después vi que iban solas. Algunas agarradas de la mano de sus amiguitas, otras hablando por celular, todas con mochilas enormes, zapatitos impecables y las medias altas.
Tokio es la metrópolis más poblada del mundo y uno de los lugares más seguros que conocí. Los chicos van solos por la calle, las bicicletas no se atan, los juguetes quedan tirados afuera, los paraguas se ponen a secar en las puertas, los hombres llevan la billetera en el bolsillo de atrás del pantalón, las mujeres van con las carteras abiertas, las puertas de las casas no se suelen cerrar con llave. No hace falta que cuentes el vuelto porque nunca te dan de menos. Dicen que si perdés cualquier objeto de valor en la calle nadie lo toca, sino que lo dejan en el mismo lugar donde se te cayó para que puedas volver sobre tus pasos y recuperarlo. Durante la semana que vivimos en Ebisu vimos una bicicleta tirada sobre un puente. Estuvo en la misma posición todos los días, durante cinco días, hasta que alguien la levantó del piso y la apoyó contra un poste. Nunca caminé tan relajada por una ciudad, a cualquier hora del día o la noche. Uno de nuestros anfitriones volvió a su casa, no encontró su bici y salió corriendo a la policía pensando que se la habían robado, hasta que se acordó que había ido al supermercado y la había dejado ahí.
Tokio es extremadamente limpia. Casi no hay contenedores de basura en las veredas pero no se ven papeles tirados en el piso, con excepción de alguna que otra colilla de cigarrillo. Como la basura se separa, los japoneses tiran los deshechos en sus casas. Se nota que hay respeto por el espacio público: no se puede fumar al aire libre, excepto en zonas designadas, vi mujeres barriendo hojas secas (porque no hay otra cosa que barrer), no hay autos estacionados en las veredas (está prohibido), muchas casas y edificios tienen jardines en el frente. Un papel en la vereda queda más desubicado que un pescado en la nieve.
En Tokio —y otras partes de Japón— hay sellos para coleccionar. Me lo contó una lectora que estuvo acá: en las estaciones, parques, templos y otros lugares públicos hay sellos puestos para que las gente los estampe en sus cuadernos y los coleccione. El JR, una de las líneas de tren, tiene un sello distinto en cada estación. A veces se ven a padres e hijos haciendo stamp rallys en busca de estos sellos. Me dijeron que también hay cuadernos de caligrafía especiales para que los monjes de los templos los firmen.
En Tokio hay cafés con gatos. También hay cafés con búhos, conejos, puercoespines y serpientes. Como muchos japoneses no tienen mascotas pero aman a los animales, hay cafés donde pueden ir a acariciarlos. Los turnos suelen ser de 30 minutos o una hora y más que cafés son como livings amplios donde los animales hacen lo que quieren y uno les hace compañía.
Tokio es el reino de la papelería. No pensé que existía una sociedad donde la papelería formase parte inseparable de la vida cotidiana. Para mí la papelería siempre fue un lujo, casi un capricho, algo para usar durante el tiempo libre. Acá hay cuadernos para todo: agendas para el trabajo, cuadernos de gastos, cuadernos de salud, cuaderno para que te firme el monje, cuadernos para scrapbooking. La oferta de agendas es algo que no vi en mi vida —estoy acostumbrada a que cada año, en Argentina, tenés las cinco mismas opciones de agendas: las de Mafalda, las de Maitena, las lisas y ahora alguna nueva de Monoblock y listo—. La sobreoferta de lápices, marcadores, biromes, sellos, stickers, washi tapes, papeles de carta, cuadernos, carpetas y demás me va a provocar convulsiones en cualquier momento. Tuve que comprarme un carrito para cargar todo lo que me estoy comprando. Si te interesa, armé “La ruta de las papelerías en Tokio” en escribir.me, mi blog de escritura.
Parece haber mucho fanatismo por Francia. La mitad de los negocios (de lo que sea: comida, papelería, ropa, farmacia) tiene nombre francés: bleu bleuet, aimez le style, passage mignon, galerie doux dimanche. Hay platos con motivos franceses y stickers de la Torre Eiffel y washi tapes con dibujos de París y ropa con frases en francés y panaderías francesas con panes franceses. Siento que estoy viendo las raíces del síndrome de París, los orígenes, el por qué. Aman a L porque es francés, a veces le dicen palabras en francés y ya hubo dos japonesas que se lo quisieron levantar en mi cara. Ojito.
En Tokio hasta hacer una compra implica todo un ritual. Cada vez que entro a un negocio escucho al coro de vendedores diciendo irasshaimase (bienvenido) y otras palabras de las que solamente entiendo arigato (gracias) y wakari mashita (entendido). Es un coro a destiempo, además, porque cada vendedor te lo dice cuando entrás en su campo visual, así que se termina convirtiendo en el sonido de fondo constante de cualquier tienda o shopping. Acá los shoppings, ya que estamos, son más department stores donde todo esta junto, que shoppings con tiendas separadas. Cada vez que voy a pagar me dicen muchas cosas que no entiendo. Aprendí que la plata o la tarjeta de crédito no se pone directamente sobre el mostrador sino en una bandejita designada para eso (si no la pongo ahí, ellos la agarran de la mesa, la ponen en la bandejita y dos segundos después la vuelven a agarrar para hacer el cobro). Todo se agarra y se entrega con dos manos: las tarjetas, la plata, el recibo, los papeles, las bolsas. Una vez finalizada la transacción, la persona de la caja sonríe, agradece y hace una reverencia como muestra de respeto. A mí me dan ganas de abrazarlos.
Hay ciertas reglas y pasos que se siguen al pie de la letra, aunque no sean necesarios. Ayer por ejemplo fui a una clínica a hacerme ver un bulto raro que me salió en la mandíbula. La recepcionista me dio un número, me señaló una pantalla en la sala de espera, me dijo “wait call” y me dio a entender que me llamarían. No tuve ni tiempo de sentarme en la sala de espera, que estaba vacía: apenas me entregó el número —con dos manos— y mis dedos entraron en contacto con el papel, la pantalla cambió y apareció mi número. Acto seguido, mientras caminé hacia el consultorio que me habían designado y que no estaba a más de cinco metros, la misma recepcionista se paró, prendió el micrófono, le dio un golpecito para ver que funcionara, se aclaró la garganta y anunció por altoparlantes que Aniko-san debía acercarse al consultorio número 1, por favor.
En Tokio casi todos los hombres están de traje, incluso los días feriados. La imagen del businessman tokiota caminando con un portafolio (o a veces una cartera) es muy común. Como en Japón se trabaja mucho, hay hombres que no vuelven a sus casas a dormir sino que se alojan en algún hotel o en cápsulas cerca del trabajo. La sociedad japonesa es muy compleja y todavía está fuera de mi entendimiento, pero acá van algunos datos: los estudios indican que las parejas tienen cada vez menos sexo y que las nuevas generaciones no tienen interés ni ganas de tener hijos, Japón es el país más envejecido y longevo del mundo, la primera causa de muerte en hombres entre 26 y 44 años es el suicidio. Hay un bosque donde la gente va a suicidarse.
La ciudad tiene muchos puntos de reunión. Como en el resto de Asia, los encuentros casi siempre giran en torno a la comida. Restaurantes no faltan, hay en todas las cuadras, en muchos casos uno pegado al otro o distribuidos en varios pisos del mismo edificio. Hay sushi pero es más común ver otras comidas, como el ramen. El midnight ramen, o ir a tomar sopa después de medianoche, es una costumbre normal. También es común ir a karaokes, juntarse a jugar videojuegos, pasar la noche en el ciber o frente a las máquinas de pachinko. Como los restaurantes suelen ser chiquitos y tener una barra larga o pocas mesas pegadas, a veces es común que tu vecino te hable. Uno me preguntó de dónde era y cuando dije Argentina me dijo “bife de chorizo y vino tinto” mientras su amigo hacía unos pasos de tango mezclados con flamenco. “Los japoneses somos muy tranquilos hasta que tomamos”, nos dijo Joji, nuestro nuevo amigo japonés. “Una vez me emborraché en China y me desnudé y fue muy peligroso porque China es muy estricta con el nudismo. Here in Japan no problem with naked”, nos contó.
Los restaurantes tienen vidrieras con réplicas hiperrealistas en plástico de la comida que sirven, lo cual nos facilita mucho las cosas a quienes no hablamos japonés. Es toda una industria y hay restaurantes que gastan mucha plata en tener las mejores réplicas. Son tan reales que a veces las tocamos con un dedo para comprobar si eso que parece sopa es líquido o no. Cuando fuimos a comer afuera por primera vez le sacamos una foto a la réplica del plato que queríamos y se la mostramos al chef, que no hablaba inglés. Ahora nos acostumbramos a comer con los ojos. Una sola vez nos llevamos un fiasco y hubiésemos preferido comer la réplica, que parecía mucho más rica que el plato que nos trajeron.
En Tokio hay una sobredosis de kawaii. Todo es muy cute y adorable. Cualquier cartel tiene dibujado un gatito o una frutita, las colegialas van con peluches colgando de la mochila, las frutas vienen con fundas, se ven hombres grandes sacando Pikachus de las máquinas de pescar peluches. Hice mi lista informal de cosas que a los japoneses les gustan: los monstruitos, las cosas blanditas que se aprietan (como panes de gomaespuma, por ejemplo), réplicas en miniatura de comida, los sellitos, los imanes, los stickers, cualquier objeto con un dibujo de Snoopy, lo chiquito, las toallas de mano, las fundas para libros, los animales bebés. En esta ciudad hay jugueterías para chicos y grandes.
A pesar de ser una ciudad grande y moderna, se siguen viendo cosas tradicionales. Hay barrios más antiguos, como Yanaka o Sumida, donde las casas son bajas, las calles son curvas y hay mercados al aire libre. También hay templos, ofrendas y altares. En Tokio está el mercado de pescado más grande y concurrido del mundo. También hay parques, calesitas y ríos. Dicho esto, también se ven cosas futuristas: los inodoros enchufados a la pared ya me parece algo de los Supersónicos, hay torres, luces, robots y cementerios luminosos.
Hay una sobredosis de información visual que en ciertos barrios roza el spam. La primera vez que fui a Shibuya me sentí abrumada por tanto cartel, publicidad y negocios, hasta que llegué a Shinkuju y agradecí no saber japonés, así mi cerebro bloquea los caracteres, no se recalienta leyendo tanto a la vez y ve todo como “tiras de colores contra el cielo”. En ciertas partes de la ciudad todo está abarrotado: los carteles, los negocios, la gente. Hasta Godzilla. Creo que si entendiera todo lo que dicen los carteles tendría un colapso mental.
Hay una cultura geek importante. En Japón es muy común ser fan de algo y Akihabara es la meca de los fans: hay torres con ocho pisos de los videojuegos más complejos que vi en mi vida y gente que parece ser muy experta. Diría que pasan el día entero ahí adentro. La tecnología es inseparable de la vida cotidiana, al igual que el consumo y las posibilidades de shopping. La variedad es algo que me asombra. A veces extraño el chino de la vuelta de casa, donde si hay dos marcas de yogur o más de cuatro tipo de fideos es demasiado.
Tokio es una ciudad silenciosa pero llena de sonidos. Además de los saludos constantes de los vendedores, todas las escaleras mecánicas hablan (son grabaciones para ayudar a quienes tienen problemas de accesibilidad), los baños y los lugares en general tienen música ambiental, a veces se escucha jazz en la calle, a veces se escuchan grabaciones de mujeres en la calle, siempre hay anuncios por altoparlantes, los trenes y metros anuncian las estaciones y agradecen a los pasajeros por usar el servicio, el ramen se toma haciendo ruido (para demostrar que está rico) y el ruido fuertísimo de las máquinas de pachinko me hace pensar que el mundo entró en interferencia.
En Tokio, además:
podés ver prácticas de sumo a través de una ventana,
hay un señor que se viste de colegiala y va todos los domingos a Yoyogi Park,
hay grupos de rockabilly que se visten al estilo Elvis y bailan al aire libre,
hay konbinis (convenience stores, como el 7-Eleven, abiertos las 24 horas) por todos lados,
es muy común que la gente haga reverencias (vi a un guardia del metro haciéndole reverencias al tren que entraba a la estación),
cuando hablan inglés le agregan una O a todo: hot-o, credit-o card-o, set-o menu, y te entienden mejor si hacés lo mismo,
las calles no tienen nombre,
las horas pico son mareas de gente pero siguen siendo ordenadas,
la gente se queda dormida en los trenes y no está mal visto, al contrario, eso demuestra que están trabajando mucho,
todos parecen tener paraguas,
siempre hay gente haciendo fila para cosas que no sé.
Y también:
Y como en cualquier ciudad del mundo, en Tokio hay muchas contradicciones. No ves gente besándose en público pero hay prostíbulos que ofrecen sus servicios con afiches, fotos y pantallas a todo color y de día en la calle. Las noticias dicen que los japoneses casi no tienen sexo pero en Tokio hay sex shops de seis pisos donde ofrecen productos temáticos como si te estuviesen vendiendo caramelos. No se puede fumar en los espacios públicos pero sí en los restaurantes al lado de la gente que come. Los chicos van solos por la calle pero también ves carteles diciendo que tengas cuidado con el upskirting y los viejos verdes. La gente está muy pegada a la pantalla pero sigue habiendo un culto muy grande al papel.
Y seguramente me está faltando mencionar un montón de cosas porque este rompecabezas se agranda cada vez que salgo a caminar y parece no tener bordes. Muchas de estas piezas, además, pertenecen a todo Japón y no solo a Tokio.
Todos los días, en algún momento, me siento perdida y me parece normal. Me acostumbré a no entender, otra vez. A no saber qué me dicen y a no poder leer. Vivo con jet-lag y esta ciudad no es buena para eso. Así como Tokio es una constelación de ciudades, también es una constelación de turistas. Veo extranjeros de vez en cuando, en zonas muy puntuales como Shinjuku, Harajuku, algún templo. Después, solo japoneses. Me siento perdida y a la vez no, porque la ciudad es muy amable y me hizo ponerme en contacto con cosas que había dejado en pausa, como las caminatas largas, la escritura, la papelería. Y tengo insomnio porque mi cabeza está hecha una réplica de Tokio, llena de carteles y pensamientos abarrotados. Es que hay tanto que quiero explorar que quisiera estar despierta todo el tiempo.
*
[box type=”star”]Información útil para visitar Tokio:
Este post se hizo larguísimo y no sé si alguien seguirá ahí. Les voy a dar algunos datos básicos por si están pensando en viajar a Tokio. Más adelante haré una guía práctica de Japón donde incluiré más cosas. Si tienen dudas puntuales, déjenlas en los comentarios.
Alojamiento: creo que lo más difícil es elegir (o saber) en qué zona alojarse. Nosotros optamos por hacer Airbnb en distintas partes de la ciudad (Sumida, Meguro y Shinagawa) y tuvimos muy buenas experiencias. En comparación con otros tipos de alojamiento, es lo más barato (pagamos un promedio de 15-20 dólares la noche cada uno por un cuarto privado con acceso a toda la casa) y te permite conocer a la gente local. También pasamos unos días en el hostel On the Marks de Kawasaki. Está un poco más alejado de Tokio que los otros barrios (Kawasaki es una ciudad aparte) pero está bueno para conocer otra zona y ver a otros viajeros. Una cama estilo cápsula cuesta ¥2500 (25 usd).
Comida: todavía no me amigué del todo con la comida japonesa. Lo más barato lo encuentran en los konbini (convenience stores como 7-Eleven): hay bandejas de comida preparada desde ¥300/400 (3/4 usd). Si van a comer afuera, van a gastar unos ¥700-1100 (7-11 usd) mínimo por comida, como barato. Y de ahí para arriba. El agua de la canilla se puede tomar, sino una botella de medio litro cuesta unos ¥120 (usd 1.20).
Transporte: el transporte público te lleva a todos lados. Si van a estar varios días, les conviene sacar la tarjeta Pasmo o Suica e ir cargándola con plata. Un viaje en metro cuesta ¥200 (2 usd) y en tren dentro de la ciudad desde ¥150 (1.50 usd). A veces hay que hacer combinaciones y el costo se suma. La ciudad es linda para caminar, pero las distancias son muy largas para hacer todo a pie.
Aeropuerto: para ir del aeropuerto a la ciudad usen los trenes o el colectivo, no tomen taxi porque es carísimo. En tren se tarda entre una hora y media o dos y cuesta unos 14 dólares (según el recorrido que hagan).
Si quieren ir siguiendo mi viaje en tiempo real, los invito a pasar por mi Instagram. [/box]
Aniko, me encanta como escribes, ya había leído sobre Japón pero esta vez, lo leo con entusiasmo.
Me quedo con ganas de leer más, lo que veo es que es carísimo, solo las botellas de agua en mi país cuestan un cuarto de dólar …..Así que si quisiera ir a Japón tendría que juntar mucho dinero. Veo que el alojamiento también es caro, no piensan hacer couchsurfing?
Un abrazo desde México.
Hola Paloma,
Sí, Tokio está entre las ciudades más caras del mundo, así que hay que venir mentalizado para eso. De todas formas, hay cosas que son más baratas que en varias ciudades europeas.
Esta vez decidimos no hacer Couchsurfing ya que no es la mejor opción cuando tenés que trabajar de 6 a 8 horas por día y necesitás un espacio privado para eso (tanto L como yo trabajamos online, él tiene horarios un poco más fijos, pero ambos pasamos mucho tiempo en la compu). No buscamos en Tokio, pero tengo amigos que intentaron encontrar couch y me dijeron que era bastante difícil (en general en las ciudades tan grandes no es fácil).
Saludos!
De Couchsurfing puedo atestiguar que no es tan facil en Japon. Por ahi he leido y me han comentado que tiene que ver mucho con la cultura local (y en buena parte de Asia), donde recibir un huesped es considerado un tema muy serio y por eso no siempre aceptan ya que quieren estar dedicados al visitante. Uno de los chicos que me hospedo justo le tocaron varios turnos en el hospital y se disculpo mucho conmigo por no estar presente.
Asi como le dijeron a Aniko, donde tuve mas suerte de ser alojado fueron en ciudades mas chicas. En el caso de Tokio me alojo un chico austriaco que vive muy en la orilla de la ciudad. Por eso estaba bueno ser flexibles con el lugar, y acabe conociendo ciudades muy lindas que no estaban originalmente en mi itinerario como Nagoya, Okayama e Ikaruga (cerca de Nara).
De los precios, si es caro pero hay lugares todavia mas caros. Justo venia de Nueva Zelanda, y con lo que pague una cena para dos en Hiroshima, apenas alcanzaba para mi solo en Auckland. Lamentablemente ahorita el peso mexicano esta devaluado.
Gracias por la info!
No sabía que NZ era tan caro!
Sí, es cierto que Japón es caro pero hay lugares de Europa que son más caros todavía (o están al mismo nivel de precios).
Muy buen articulo Aniko! Me encantó revivir muchas de las las cosas que me llamaron la atención a mi en tus palabras. Tokio y Japón en general me parecen de otro mundo. En particular la cortesía y el respeto por el otro y el espacio público es admirable. En uno de mis viajes por la linea Yamanote había 2 chicas que, asumo, volvían del colegio. A una de ellas se le cayó al piso un poco de la gaseosa que estaba tomando y lejos de dejarlo pasar, pidió perdón, saco un pañuelo y limpió el piso del tren. No es mas que un detalle, pero hay mucho de eso.
Hola Joaquín,
Qué bueno! Sí, me parece que Japón se muestra a través de sus detalles.
Gracias por leer!
Me encantó el post. Visité Japón en agosto y me pareció maravilloso. Los japoneses son increiblemente amables, es la combinación perfecta de la cortesía oriental tradicional y la alta tecnología.
Con respecto a los libros que se compran en los templos, tienen sus páginas en forma de acordeón. Cuando visitas un templo los monjes le colocan el sello que corresponde, y según me dijeron cuando logras tener ochenta y ocho, (ochenta y ocho sellos, uno por cada templo visitado), logras la salvación del alma en el mas allá. No se si es verdad, pero suena bien.
Sigue disfrutando y escribiendo.
Saludos desde Uruguay
Hola Cecilia,
Gracias por el dato, qué lindo! Suena tentador ese cuaderno…
Aniko
Comencé a leer tu blog hace algunas semanas y realmente me gusta mucho, logras plasmar con tus palabras la escencia misma de las ciudades que visitas. Gracias por compartir tu experiencia y hacerme viajar contigo.
Gracias a vos por leer!
Me encanta viajar con vos! Ojo con las japonesas- cuida a L!
jajaja son unas atrevidas!
Me lei todo el post y lo amé, sigo viajando con tu escritura y fotos!
gracias!
Aniko, ¡me ha encantado este post! Creo que has resumido muy bien la esencia de la ciudad. Hay tantas cosas que llaman la atención en Tokio.. Fíjate, lo que yo no había visto es eso de que te pueden mirar por debajo de la falda al subir unas escaleras, ¡qué locura!
Si tenéis la oportunidad, os recomiendo que visitéis algún lugar más rural y que paséis algunas noches en una casa antigua -si es que os interesara, os puedo pasar el contacto de una familia en la prefectura de Okayama. ¡Un saludo!
Hola Isabel,
Tokio está llena de sorpresas!
Sí, tenemos en mente hacer estadías más rurales. Me encantaría que me pases ese dato, si querés escribime por privado a hola@viajandoporahi.com
¡Gracias!
Hola Aniko, acabo de escribirte por email (no me había dado cuenta de que habías contestado aquí). He escrito a Yoshimi, la mujer de la familia que me acogió, con la que contacté a través de workaway.info. Estuve con la familia como voluntaria dos semanas. Ahora me he dado cuenta también de que aunque os quedarais allí unos días simplemente, vosotros necesitáis un mínimo de horas cada día para vuestro trabajo propio, y no sé cómo se compaginaría eso con un voluntariado. Supongo que se puede llegar a un acuerdo con la familia, son muy buena onda y super relajados, pero no sé si os interesa un “mini voluntariado”. Bueno, como ya te he dicho en el email, cuando Yoshimi me conteste te aviso. ¡Mucha suerte con todo, sigue escribiendo!
Gracias Isabel! Seguimos hablando por mail :)
Ganas de mudarme a Tokio YA.¿Cómo es el clima? ¿se sienten temblores?
Ahora empezó el otoño así que hay que andar con algo de abrigo.
Yo creí sentir un temblor una mañana, pero no sé si fue el jet lag! xD
¿ Temblor ? Fue Godzilla que se estaba rascando la cabeza, ja, ja
Querida Aniko,
leí tu publicación anterior sobre Tokio y luego esta y me encantaron, he sentido que te he acompañado en tu descubrimiento de la ciudad :) me encanta la forma en que cuentas todo, es muy genuina y natural. Y cuando contaste lo de la palo-mano del chico del clima y que también se puede comprar me partí de la risa :D :D
Que sigas disfrutando y aprendiendo mucho, cuidate y muchos besos! :*
gracias Ana!
Hola Aniko! Qué emoción todo lo que contás, qué ganas de conocer en persona todo eso!
Respecto a los alojamientos, te quería comentar que (por más bizarro que suene) vi en varios vlogs que es común que muchos turistas se queden en “hoteles del amor”, porque en Japón es más discreto acudir a ellos que estar en la casa de uno; está bien visto y de hecho hay barrios enteros con hoteles con precios baratísimos.. Qué se yo, quizás para sacarlos del apuro un día les venga bien el dato jaja
Saludos y disfruten mucho!!
Hola Camila, gracias por el dato! Sí, está lleno de Love Hotels, pero son caros! jajaj
Hola Aniko! AME este post. Japón sin dudas es un mundo aparte, mas parecido a otra galaxia. Tiene tanto que ofrecer que a veces nos perdemos de muchas cosas, pero esta copado perderse porque terminas encontrando cosas que ni siquiera sabias que estabas buscando.
Como estudiante, como persona, como turista, como amante del anime y el manga, como fan de la comida y como aventurera Japón es un sueño que por suerte cada vez lo veo mas cerca de ser real y mas ahora que conocí un poco mas a través de tus palabras.
(Reconozco que lo que me juega en contra es el hecho del temor a lo que me pueda pasar en un lugar donde el idioma no es el mismo)
En fin, gracias por el post, por los consejos y descubrimientos de este país y esta cultura.
Saludos!
Que no te frene el idioma! Nosotros tampoco hablamos japonés y estamos acá. Los japoneses son muy amables e intentan ayudarte como sea.
Hola Aniko:
A continuación te facilito un enlace que puede contribuir a resolver esta ecuación sobre Japón :
https://es.wikipedia.org/wiki/Sintoísmo .
Gracias y un saludo.
PD.: ” La gente está muy pegada a la pantalla pero sigue habiendo un culto muy grande al papel” … ;)
Después de leer tu post veo que siempre he tenido un poco de prejuicios sobre Japón u otros países orientales. Ahora veo que lo diferente que son es lo que los hacen atractivos para nosotros.
Tengo la sensación de que Tokio es miles de ciudades en una, y me gustaría algún día poder conocerlo.
Seguí escribiendo así y sacando esas fotos tan espontáneas :)
Que post tan ilustrativo Aniko!
Hubo un momento en el que me saturé.
Creo que si paso del desierto en el que vivo, con horizontes infinitos, a Tokio, con sus millones de estímulos concentrados en el mismo espacio, entro en colapso fijo.
Aun así es un lugar que algún día me animaré a conocer. Como para no aburrirse!!
Un abrazo!
jaja sí, Tokio es una ciudad un poco recargada de cosas, sobre todo en comparación con el desierto!
A mí también me abruma de a ratos, pero a la vez me encanta y quiero más.
Abrazo!
Re corto el post! Que queremos? guía práctica! Cuando la queremos? Antes de abril porfa! (hay gente que quiere ir en abril). Re lindo el post me hiciste ganas de estar AHI AHORA YA. Gracias por eso y por la info, pero posta guía práctica para Javi (y para la demás gente) antes de abril.Gracias genia x100pre
jajaja tengo cheerleaders (?)
Sí, la guía práctica estará antes de abril, no te preocupes!
Aniko!!!! amo como escribes!!!!! Volví de una corta visita a Japón hace un mes y leyendote me entro una nostalgia que quiero devolverme ya!!!!! Estoy con el ojo aguado y todo y ya viendo como muevo mi economía para volver!
Un gran abrazo y gracias por tanto sentimiento y emoción de tus relatos!
Japón es adictivo!
Que lindo artículo y fotos!
Me dio ganas de ir a Japón! Que sigas bien =)
Hola Aniko! Mi pareja y yo vamos a viajar a Japón en Mayo. Ya estamos empezando a planear y me gustaría pedirte tu recomendación sobre varias cosas, ante todo decirte que vamos con presupuesto ajustado, je,je,je. La primera es sobre la zona en la que recomendarías alojarte en Tokio, hemos estado mirando en Airbnb y hay un buen apartamento en la zona Asakusa – Ueno, ¿Cómo la ves para moverse después por la ciudad?
Otra pregunta es en relación al JRPASS, queremos movernos por más ciudades, Osaka, Kioto, Hiroshima… ¿Crees que merece la pena? Es que la verdad es que es muy caro y al tener que ser días consecutivos te limita mucho. ¿Tú como haces para moverte a otras ciudades?
Muchísimas gracias.
Hola Olaya,
Asakusa – Ueno es una buena zona, nosotros estuvimos cerca en nuestro primer Airbnb, se pueden mover fácilmente con la línea Yamanote del JR. Otra buena zona es cerca de Shibuya o Shinjuku.
Nosotros nos sacamos el JR Pass porque vamos a estar 3 meses y nos iba a obligar a movernos muy rápido. Por ahora tuvimos que hacer un solo traslado (de Tokio a Chiba) y usamos el tren. Me dijeron que hay buses que son más económicos y van por ejemplo a Kyoto y Osaka, porque ir en tren es caro.
Buen viaje!
Excelente!! Me encanta tu blog, describes todo de la manera mas sencilla y de inmediato te hace imaginar como sería estar ahí, en hora buena y felicidades!!, Saludos desde México!!
Gracias Elizabeth!
Estuve 3 semanas en Japón, 10 días en Tokio y coincido en tus impresiones sobre Tokio, absolutamente.
Algunos comentarios, las máquinas expendedoras de ropa interior usada existen, yo también pensé que eran un mito, vi una en shinjuku en un local de manga, muñecos y en un piso tenían porno japonés, sex shop y estaba esa máquina.
Lo de los suicidios leí que no es tan así, que hoy por hoy, Usa por ejemplo tiene una tasa de suicidio mayor a Japón. (Japan. Society and history. 2013)
Ame tu post, cada día escribís mejor. Me hiciste sentir otra vez allá, amé Japón.
Gracias por la info!
Tendré que seguir buscando esas máquinas expendedoras entonces.
Lo del suicidio no sé cómo será, yo leí eso de que es la principal causa de muerte y me pareció muy fuerte.
Saludos!
HSobre hay algo que hay que tener en cuenta tambien, la connotación cultural del suicidio en la cultura Japonesa no es la misma que en occidente, en las culturas judeo cristianas donde es un pecado, una deshonra, un fracaso y en muchos casos hasta un delito.
En Japón casi que es una salida honorable.
Me encanto este post! Casi me largo a llorar de la emoción, tengo pensado ir a Japón en Marzo del año que viene y entre tus post y el instagram cada vez me entusiasmo mas!
Espero esa guia práctica pronto!
Excelente post, ha sido como estar allí. Acabo de comprar los 2 libros y no veo la hora de comenzarlos. Arriba y abrazo desd Turquía.
Gracias!
Hola aniko! Me encantó tu blog. Muy lindo como detallas todos. Un beso grande
¡Sos muy genia! Gracias por el post. Me dieron ganas de conocer Tokio, y yo soy más de la naturaleza y la belleza más armónica… Pero realmente me picó el bichito de la curiosidad. Genia total y absoluta (reverencias, jaaa).
Hola Aniko
Asia siempre me ha llamado mucho la atención, pero aún no he tenido la oportunidad de conocer. Y sin dudas Tokio es una ciudad que me encantaría tomarme todo el tiempo posible para recorrerla. Con todo lo que escribes me motivas demasiado a ir! Además me encantó tu estilo al escribir!
un saludo enorme desde Chile
Gracias Fabián! Ojalá puedas venir pronto!
Excelente tu post Aniko!!! Es muy extenso pero se hace tan entretenido que al final da pena que se termine. Me imagino que debe haber tantas cosas fuera de lo comun que no te deben alcanzar los sentidos para percibir tantas cosas. Que lindo poder andar por aquellos lados. Saludos!!!
Es medio largo pero igual me quedaron cosas afuera! Tokio es una sorpresa constante.
Hola Aniko,
Es la primera vez que leo algo tuyo y me encantó tu forma de retratar tus experiencias. Tuve la suerte de poder ir a Tokio 2 veces ya (una por trabajo y una por placer) y a través de tus palabras pude visitar esa maravillosa ciudad por tercera vez. Estoy segura de que volveré algún día. Siento que no soy la misma después de haber pasado por allí. Amé cada pequeña gran contradicción que encontré. Muchas gracias por tu post y por permitirme volar una vez más hacia allá (esta vez con imaginación y sin jet-lag). Aquí estaré leyendo el resto de tus palabras. Saludos!
Me encantó tu post, como describes a Japón. Me encantó tanto que ahora muero de ganas de ir a Japón, o sea siempre ha estado en mis deseos pero ahora siento como una ansiedad loca de irme a recorrerlo! Buen viaje!
Hola Aniko!! Me encanto tu post me hiciste vivir Japón desde Ecuador leerte hace que los viajes sean sencillos, disfruta de tu viaje y cuéntanos más, besos.
Gracias Aniko por hacernos viajar por Tokio. Hace tiempo que siento como una especie de imán, algo que me llama hasta allá. Y gracias a las promociones aéreas podré pasar mi cumple de 30 ella. Por ahora solo tengo el pasaje para marzo, las ganas, tus post y un poco de miedo. Espero ansiosa la guía. Abrazo.
Qué lindoooo!
Yo quiero volver a Tokio ya!
Comento aquí tras la lectura no de este post sino del de “la ruta de las papelerías en Tokio” del blog escribir.me, que allí para comentar pide estar en algunas plataformas en las que no estoy y aquí comenta cualquiera sin más. Siento por tanto que no cuadre del todo este comentario aquí pegado..
Pues bien, decía en relación a aquello otro que allí escribías:
Todos tenemos nuestros vicios más o menos secretos pero hacer del vicio el Gran Motivo de nuestra vida, o de nuestros viajes, la/los empobrece. Diría yo.
Tú tienes talento: tu forma de observar, de escribirlo…no solo engancha y hace que quieras seguir leyendo sino que transmite un no sé qué de profundidad. Pero cuando dices que armas tus viajes ”en función de las papelerías y librerías” que quieres conocer, osease, de “cuadernos, lapiceras, agendas, marcadores, stickers, post-its, washi tapes” se me cae el alma a los pies. ¿En serio?
Conste que hasta cierto punto lo entiendo, también me envician las papelerías. Pero si buscas no un vicio -tu “nueva adicción”- para evadirte y pasar un rato entretenido y colorido (sin restarle ni un ápice de la importancia que algo así pueda tener para cada cual en nuestra insignificante cotidianidad) sino contenido de calidad para tus escritos estaría bien que el viaje no consistiera en pasar el rato a lo amazon.com Los vicios son vicios, y nos alegran la vida y los viajes. Pero no tienen mayor trascendencia. Aparte de que hacer apología del consumismo…¿en serio? ¿Esta es la alternativa a los museos?
Tú puedes mucho más que eso!
Como bien decís, todo eso lo leíste en otro blog, en un blog DE ESCRITURA Y PAPELERÍA, no en un blog de viajes, y si bien también lo escribo yo es otra faceta mía que no tiene nada que ver con la de viajes sino que está relacionada con mi otra gran pasión: la escritura y el papel.
¿Entrar a un museo me hace mejor persona o más inteligente? ¿En serio? ¿Viajar es solamente ir a museos? Siempre fomento que cada cual viaje como quiera y que lo haga en función de sus propios intereses, sean los que sean. Ir de museo en museo (creyendo que es “lo que hay que hacer”) también “empobrece un viaje” si ese no es tu interés real.
La papelería es parte de la cultura japonesa, acá hay un fanatismo por el papel que no vi en ninguna parte. Yo amo el papel (y los “cuadernos, lapiceras, agendas, marcadores, stickers, post-its, washi tapes”, como citás despectivamente) desde muy chica y estar en contacto con eso me da felicidad. Me parece que no me conocés como para juzgarme así o como para decirme que “puedo mucho más”, como si todo lo relacionado a crafting fuera algo poco serio.
¿Así que hice de la papelería el gran motivo de mi vida? Sí, me faltó contarles que me quedo a dormir en las papelerías, también como ahí adentro y decidí no conocer nada más de Japón, ni un parque, ni el Monte Fuji, ni a la gente ni nada, total para qué.
No me gusta tener que justificarme pero sinceramente tu comentario me parece mala leche al pedo. Ojalá que nadie critique tus pasiones, mucho menos a través de una pantalla creyendo que por leerte en un blog conoce toda tu vida. Saludos.
No pretendía sonar ofensivo aunque parece que así ha sido. Lo siento pues.
Comparto al 100 % que trasladarte a donde sea y dedicarte a visitar museos, iglesias y etcétera de cosas porque, según el gran negocio que es esto del turismo, hay que verlas o hacerlas es un mero pasar el rato. Como encender la tele un domingo por la tarde y engancharte a lo que echen. Viajar para pasar el rato. Así es como viajamos mucha gente. Para pasar el rato. Y vamos al museo X o visitamos las ruinas Z para pasar el rato (yo lo hago, conste).
Viajar para visitar papelerías y comprar estas cosas que dices también es un mero pasar el rato (y, oye, que fuiste tú quien escribió que arma su viaje en función de ello). En la línea de quienes viajan a Nueva York, Londres, etcétera para comprar la ropa más cool. No tan distinto a quienes viajan a Paris para comprar/consumir entradas de museos, monumentos, paseos en barco. Consiste en pasar el rato de modos festivo-coloridos-entretenidos. También, es puro consumismo.
La única novedad respecto a lo de hace no mucho es que ya no basta con que consumamos cada uno en nuestros lugares de residencia, ahora el negocio también pasa por viajar. El turismo mueve muchísimo dinero. Y, por supuesto, se especializa: turismo de aventura, cultureta, de juergas, de shopping (lo mismo ropa que productos de papelería que lo que sea que motive un viaje e incentive el gasto),…
Yo solo quería señalarlo porque pensé que quizás tú también pensaras que (si lo que quieres es ser una buena escritora) se pueden buscar mejores motivos/temas/razones. Pero es muy posible que solo resulte ofensivo. Quizás lo sea, no lo sé. Lo siento de verdad.
Hola aniko conocí tu blog de casualidad este año y me encanto! Escribís de una forma muy linda y amena que te invita a seguir leyendo. También leí tu libro síndrome de París y me encanto.
Amo viajar, desearia poder hacerlo más seguido! Pero viajó leyendo tus post.
Soy de jujuy por aquí también podrías pasar alguna vez
Saludos !
Gracias Irene!
Estuve en Jujuy en el 2007, durante mi primer viaje de mochilera, y me encantó. :)
Hola Aniko!
Tengo en mi mente viajar a Japón a fines de septiembre principios de octubre Gracias por todos los post que escribiste, me ayudaron bastante. Quería preguntarte cuantos días pensas que son suficientes para estar en Tokyo? teniendo en cuenta que también quiero ir a la región de kansai y el tiempo de viaje no es un problema para mi. Saludos!
Hola Aniko!
Tus historias y viajes son maravillosos. Algún día nos encantaría viajar tanto como tú. Nos encantó tu fotografía ya que aportan mucho a tu blog. Tokio parece ser una ciudad muy interesante y encantadora. Por ejemplo, los baños para en únicos. También las tienedas y las calles son muy interesantes tanto como bellas.
Gracias y saludos,
Valentina y Esperanza
Hola! cómo me gustan tus relatos!! voy a viajar a Japón por primera vez (ilusión-alegría…. miedo-desesperación…entusiasmo-euforia….pánico y al final un poco de hambre) y el primer lugar al que vine a buscar información, fue tu blog. Me abriste una ventana para ver con lujo de detalles el lugar que para mi, por lo desconocido, es lo más lejano del mundo. Un abrazo!
Hola, Soy de Colombia en Suramérica, admiro profundamente la cultura japonesa en general. Me apasiona mucho la arquitectura contemporánea especialmente la obra del arquitecto japonés Tadao Ando. Me gustaría poder viajar alguna vez a esas tierras, ya que siempre ha sido un sueño frustrado, principalmente por el tema económico. La felicito por su trabajo y espero poder seguir disfrutando de sus contenidos. Un saludo desde los Andes