Pequeños momentos cotidianos de nuestros 40 días en Bali
How we spend our days is, of course, how we spend our lives.
What we do with this hour, and that one, is what we are doing.
(Annie Dillard)
Parte 1: 10 días en Seminyak
Llegamos a Indonesia a fines de diciembre. Cuando empezamos a descender sobre el aeropuerto de Denpasar le pregunté a L si el avión se estaba cayendo. Yo no quería viajar a Bali. La primera vez que vine, en el 2010, no me gustó. La segunda vez que vine, en el 2011, tampoco me gustó. Pero acepté volver porque L ama el surf y yo amo a L —lo cual no quiere decir que no haya elaborado teorías conspirativas acerca de todas las cosas horrorosas que nos iban a pasar en Bali, incluyendo dengue, estafas, accidentes aéreos y tiburones asesinos. En el aeropuerto nuestro equipaje tardó más de una hora en aparecer, no aceptaron mi billete de 100 dólares porque era “muy antiguo” y tuvimos que empezar a regatear apenas salimos a la calle. Nos pedían 250.000 rupias por un viaje que, según nos había dicho la dueña del guesthouse donde nos quedaríamos los primeros días, no costaba más de 80.000. Cerramos con un conductor por 150.000 y en el trayecto nos contó que había vivido diez años en Estados Unidos, trabajando en cruceros, pero decidió volver a Bali por homesickness: extrañaba su isla. “Aunque esto cambió mucho en los últimos años”, nos dijo.
Estuvimos 10 días en un guesthouse en Seminyak, cerca de Kuta, zona a la que me había prometido no volver jamás. La dueña era una javanesa casada con un francés, a quien queríamos conocer pero nunca vimos. “Está en Francia, no sé cuándo va a volver”, nos dijo ella, y no me animé a preguntar más. Una mañana, una de sus hijitas franco-indonesias me agarró la mano y me llevó a dar vueltas por el jardín. Le dije hello y no contestó, le dije bonjour y se hizo la tonta, le pregunté “bahasa?” (¿indonesio?) y me respondió “yaaa!” (sí) como queriendo decir por fin le acertaste al idioma. Después entró a nuestra casa y se quiso llevar todas mis washi tapes. Se me subió a upa —me sorprendió lo livianita que era— y me indicó con el dedo hacia dónde debía moverme para transportarla. A la mamá le dio vergüenza y le dijo que se baje. Me preguntó si teníamos hijos. Le dije que no. “Mejor esperen”.
Todos los días caminamos veinte minutos hasta la playa siguiendo una vereda que dibujaba una S. Una vereda: algo raro en Indonesia, donde la gente va en moto a cualquier lugar que quede a más de cincuenta metros. En el camino veíamos restaurantes de western food, warungs (puestos de comida local), ofrendas pisoteadas, resorts all inclusive, villas con cuartos en alquiler, templos entre medio de las casas y estatuas cubiertas con sarongs cuadriculados. Íbamos esquivando motos, vendedores y perros. Al llegar a la playa nos sacábamos las ojotas y la arena nos quemaba los pies. El mar estaba más caliente que el aire. Los días de marea baja, el agua se llenaba de plásticos y papeles que se me enganchaban en las piernas y me hacían pensar, por unos segundos, que un pez me había tocado. Yo me quedaba nadando una media hora y salía, me acostaba en la arena y lo esperaba a L mientras bajaba el sol. Vimos el atardecer 10 días seguidos y nunca dejó de impresionarme el color rosa del cielo y la consistencia firme de las nubes. Aparecieron barcos-barriletes y los dibujé mentalmente mientras comía arroz con tofu en un paquetito armado con papel madera. Fueron días de andar sin teléfono, de leer revistas en la playa y quedarnos dormidos sobre la arena mientras se hacía de noche y sentíamos las pisadas de la gente que llegaba para ir a alguno de los bares de la costa.
Festejamos año nuevo caminando sin rumbo por las calles de Seminyak hasta las 2 de la mañana. Vimos grupos de extranjeros bailando canciones de Katy Perry en la calle frente a algún bar y le dije a L, con tono de documental: “Aquí podemos observar las tradiciones típicas de la isla de Bali”. Contamos la cantidad de veces que alguien nos dijo “yes, motorbike?” y al número 30 nos cansamos. El primero de enero fue domingo y la playa estaba llena de vendedores ambulantes de cornetas con forma de dragón y de familias reunidas frente al agua. Hubo fuegos artificiales durante el día y música electrónica desde temprano. L me contó que en las discotecas de St. Tropez hay gente que compra botellas de champagne de 10.000 euros y el mozo las trae en una bandeja con velas-bengala mientras el dj corta la música y pone una canción especial. Nos divertimos imitando ese momento. Me metí al mar con ropa porque me sentí muy observada, había mujeres nadando con el velo. Vi cómo un nene le pegaba arena en la cola a su mamá mientras ella hablaba con una amiga. Vi el mar sin olas. Esa noche volvimos caminando, frenamos a comprar comida y el dueño de un restaurante me regaló un vaso de jugo de sandía mientras esperaba mi nasi campur. Sentí que empezaba a reconciliarme con Bali, que ya no le pedía tanto y, a cambio de eso, la isla me daba más.
Durante esos días soñé mucho y muy vívido. Soñé que en Bali había vendedores ambulantes de lápices de colores y que el aire acondicionado se desprendía de la pared y se caía sobre una mesa. Una mañana salí a buscar la ropa que habíamos dejado en el laundry y a mitad de camino me di cuenta de que me había olvidado dónde era. Volví al guesthouse y le pregunté a la dueña si conocía una lavandería cerca, no estaba segura pero me subió a su moto y salimos a buscarla. Creo que es por ahí, le dije cuando me pareció reconocer una calle entre tantas calles iguales. Era tan angosta que no había espacio para un peatón y una moto a la vez. Muy cerca las ramas de un árbol formaban una cortina que caía sobre el camino de tierra. Se volvía a cumplir la teoría: basta con salir de las calles principales para descubrir que Bali es, en realidad, un lugar muy tranquilo. Nuestra bolsa de ropa era una de las 200 bolsas que debía haber en ese lugar, que parecía un pelotero de bollos de sábanas.
Nos mudamos a otra casa que habíamos alquilado por internet y nos dimos cuenta de que fue un error reservar sin ver. Habíamos venido a Seminyak porque al parecer había buenas olas, pero no había. Decretamos que era momento de irnos de esa zona cuando, a la mañana siguiente, un coro de mujeres que repetía “yes hello massaaaage?” cada cinco minutos me despertó, como si hubiese apretado el botón de snooze. Nos quedaba un mes antes de que saliera el avión a París y decidimos ir a Canggu, un lugar que conocí leyendo un blog. Alquilamos una moto, manejamos una hora por un tráfico complicadísimo que parecía de un videojuego de realidad virtual y cuando llegamos entendimos todo. Era ahí, era ahí donde teníamos que estar. Canggu nos pareció un paraíso, casi como un fragmento de una publicidad engañosa de esas que quieren convencerte de que mudarte a este barrio privado puede ser lo mejor que te pase en la vida. Había olas, surf, pelos al viento, terrazas de arroz, poco tráfico y un espacio de coworking que parecía salido de la fantasía de cualquier nómada digital, con pileta, un gato y muchos enchufes. Fue bastante incómodo cancelar la reserva de Seminyak pero la dueña entendió y llegamos a un acuerdo. Al día siguiente nos mudamos. Antes de dejar Seminyak, L fue a sacar plata del cajero. Cuando volvió me dijo que le habían pasado dos cosas: un tipo intentó distraerlo con el cuento de la moto y una mujer le ofreció massage with happy ending por 7 dólares.
Parte 2: 30 días de quietud en Canggu
Alquilamos un cuartito a 200 metros de la playa y no nos movimos de Canggu por un mes. Recuperé —o creé— rutinas que el movimiento no me permitía tener y encontré pequeños momentos de felicidad en esas repeticiones cotidianas: nadar, caminar, ir al coworking, hacer journaling, leer. Repeat. Escribí todos los días las cuatro escenas en mi cuaderno, como quien está a cargo de la bitácora de un transatlántico, y fui armando mis scrapbooks de momentos, fotos, dibujos y frases.
En nuestros 30 días de quietud en Bali:
guardé las zapatillas debajo de la cama y anduve todo el mes en ojotas o descalza,
nadé todas las mañanas y trabajé todas las tardes,
me hice socia de un coworking por primera vez en mi vida y fui todos los días a la oficina por caminos rodeados de plantaciones de arroz,
me propuse ser más productiva y más agradecida, y empecé a dibujar tomates para contabilizar mis horas de trabajo,
incursioné en el bullet journaling y cuando me di cuenta estaba escribiendo mi vida en tres cuadernos a la vez, otra vez (¿cuándo fue que volví a dividirme?),
una noche alguien se confundió y se llevó mis ojotas de la puerta del coworking y yo supongo que me llevé las suyas (al día siguiente las trajo e hicimos el intercambio sin vernos),
me reencontré de a poco con Indonesia, fui recordando palabras en bahasa como quien encuentra cajas con cosas que alguna vez le pertenecieron y de las que no tenía registro mental,
de a ratos me sentí más en Java que en Bali, sobre todo cuando fuimos para el sur y escuché —o me pareció escuchar— el canto de una mezquita, y pensé en lo curioso de que el destino me hubiese traído a Indonesia otra vez,
alquilamos una moto y descubrimos el rice field shortcut por el que va todo el mundo para acortar camino —y una vez lo vimos lleno de patos—,
fui a la playa todas las mañanas y tuve que acostumbrarme a entrar corriendo al mar en el momento exacto, como quien se mete a saltar una soga que ya está en movimiento, para que las olas no me rompieran encima —descubrí que para esto es mucho mejor la malla entera que la bikini—,
también tuve que acostumbrarme a hacer la plancha entre surfers, a nadar entre olas desordenadas y a salir del mar sin anteojos y tener que adivinar, por los contornos del paisaje, dónde había dejado mis cosas —una señora que atendía en un warung me vio achinando los ojos y me hizo señas de que mi toalla y mis ojotas estaban allá, mientras se reía a carcajadas y le contaba a sus amigas—,
googleé: can sharks smell my period and will they eat me? —no—,
vino a visitarnos Nita, una amiga Indonesia, y festejamos mis nueve años de viajera en una playa con agua transparente a la que llegamos por una autopista que iba sobre el mar —después de nadar en ese mar no quise volver al nuestro, revuelto y oscuro—,
empezó a obsesionarme una pregunta: ¿dónde vamos a vivir?, ¿cuándo nos vamos a establecer?, ¿y si nos quedamos en Bali?
una noche empezó la lluvia y L me despertó para mostrarme que en el techo de nuestro baño había un gecko pegado cabeza abajo,
a partir de ese día llovió todos los días y yo aproveché para trabajar más,
todo se llenó de olor a humedad, la ropa dejó de estar seca,
varias veces caminé los 15 minutos de trayecto al coworking bajo la lluvia y, como los impermeables se agotaron rápido en todos los minimercados del pueblo, volví al guesthouse tapada con una bolsa de consorcio, como un fantasma negro por las calles de tierra, iluminada por la linterna de mi teléfono,
en alguna de esas caminatas a oscuras me pregunté cómo sería el mundo si viajar fuese obligatorio,
fui a una charla de salud mental para nómadas digitales y me dieron ganas de apropiarme del micrófono y preguntar si a alguien le habían pasado las mismas cosas que a mí, pero no me animé —la charla no profundizó demasiado—,
anoté esta frase de una charla TED en mi cuaderno: “Life does not give you what you ask for. It gives you the people, places and situations to develop what you ask for”,
acariciamos vacas, vimos mariposas, un cachorrito abandonado nos llenó de besos —una familia lo adoptó—, los tres perros del guesthouse se metieron casi todas las tardes debajo de nuestra cama, un cangrejo negro quiso entrar a nuestro cuarto y le bloqueé el paso, un ratón se escondió debajo de un trapo en el jardín, vi al gato del coworking tomando agua de los vasos de gente distraída, nos mostraron un perrito bebé que cabía en la palma de la mano, vimos un pececito negro con puntos naranjas debajo de una piedra en el fondo del mar,
seguí soñando mucho: soñé que alguien me daba una bola de cristal con Minions adentro, soñé con “el colectivo en el que se escapan los maridos” (L aprovechaba que yo bajaba en una estación de servicio para ir al baño y el colectivo seguía camino sin mí, directo a Francia, con otros maridos que también huían),
pensé espontáneamente en un payaso,
cargamos nafta en botellas de Absolut y fui capaz de decirle a una señora, en indonesio, que nos diera una más,
no volví a escuchar “yes, motorbike?” cada 5 metros,
encontré un rey de trébol abandonado,
escuché todos los días a la dueña del guesthouse preguntarme: “Aniko, where you go?” cada vez que me veía salir, tomamos una cerveza en su warung en la playa, fuimos al cumpleaños de una de sus hijas y la vimos armar las ofrendas cada mañana —me abrazó fuerte cuando nos fuimos y me hizo prometerle que volveríamos en junio—,
vi pasar un camión bajo la lluvia con un grupo de balineses haciendo música en el acoplado, debajo de lonas,
oímos música nocturna en los templos y vimos pequeñas celebraciones ocasionales,
escuchamos el sonido de los geckos y el croar de los sapos antes de la lluvia,
festejamos el cumple de 30 de una chica alemana del guesthouse y cuando los mozos del restaurante le cantaron el feliz cumpleaños en indonesio me dieron ganas de llorar,
el agente que nos renovó la visa miraba muy intenso a los ojos, como con intenciones de hipnotizador, pero tardó tanto en hacer el trámite que casi nos vamos del país sin pasaporte,
en el coworking me vi rodeada de gente como yo, nómadas digitales de todas partes del mundo, personas que también combinan viajes y trabajo, y sentí que por primera vez en mucho tiempo pertenecía a algo que no era virtual,
entendí que viajar por Bali y vivir en Bali son dos experiencias muy distintas, que vine con tan pocas expectativas que esta visita superó a las anteriores, que el viaje siempre es subjetivo y esta vez descubrí mucho aunque no haya recorrido nada —”I’m not a good tourist”, nos dijo un esloveno que solo vino a Bali a surfear—,
pensé que todos mis días en Bali habían sido más o menos parecidos hasta que releí mis cuadernos y me encontré con este álbum de figuritas de cotidianidad y entendí que estar quieta también es estar en movimiento.
[box type=star] Algunos datos y consejos para visitar Bali:
- Bali me parece un muy buen lugar para nómadas digitales. Hay espacios de coworking en Canggu y en Ubud y una comunidad de gente muy interesante. Canggu está en la costa y es más de surfers, Ubud está en la montaña y es más de yoga. No les recomiendo Kuta, Seminyak hasta ahí, pero no volvería a quedarme en esa zona, hay lugares mucho más tranquilos, baratos y menos turísticos.
- Se consigue alojamiento mensual desde 4.500.000 rupias/mes/habitación (aprox. 335 usd por un cuarto para dos personas). Alquilar una moto cuesta unas 750.000 RP por mes (55 usd). El coworking al que fuimos cuesta 100 usd por mes, aunque hay planes más caros y más baratos. Comer puede ser barato o muy barato, según el tipo de comida que elijan: por un plato en un warung solíamos pagar unas 20.000-35.000 rp (1.50 a 2.50 usd), en un restaurante entre 50 y 100.000 (3.50 – 7.50 usd).
- Consulten si necesitan más info y, si veo que hay muchos interesados, armaré una mini guía práctica de Bali. [/box]
Aniko! que suerte! llevabas un febrero sin publicar y yo me empezaba a preocupar. Me encantó el artículo, me encantó Bali. Lo relatas con esa narrativa tan especial que te da ganas de conocer hasta el gecko que estaba en tu casa. Me encanto el lugar y su cultura. También te quería preguntar como hacés para pasar año nuevo alejada de tu país. Quizás suene tonto lo que voy a decir, pero a mí me costaría un poco, estar lejos en esa fecha. Me quedo con esta frase, justo lo que necesitaba para este momento de mi vida:“Life does not give you what you ask for. It gives you the people, places and situations to develop what you ask for”. Muchas gracias Aniko y espero leerte pronto!!!
Hola Luciano!
Gracias por ser un seguidor fiel!! Sí, llevaba todo el mes sin publicar, por un lado porque estoy con mucho trabajo en el “backstage” del blog, y por otro lado porque este fue un post que me llevó bastante tiempo escribir. Me alegra que te haya gustado. :)
Es cierto que no es fácil pasar las fiestas lejos, yo ya lo hice varias veces y, si bien no estuve en Bs As, siempre estuve con familia (pasé una Navidad con mi familia española, por ejemplo, y fue una experiencia muy linda también) o con amigos (pasé una Navidad con una de mis mejores amigas en Lima). Lo cierto es que desde que me casé empecé a viajar “en familia”, aunque no tengamos hijos todavía, estar con L es como estar en mi hogar (ahora que pienso, la Navidad de hace dos años la pasé con él y su familia en Francia, así que como verás siempre paso las fiestas con alguien especial).
Saludos! Cuando quieras te presentamos al gecko!! jaja
Creo que tu viaje ara muy bueno pero la parte del viaje que no nos gusto es muy breve. Por ejemplo “no me gusto”. En estas partes puedes decir porque not te gusto max detalladamente.
Creo que tu viaje ara muy bueno pero la parte del viaje que no nos gusto es muy breve. Por ejemplo “no me gusto”. En estas partes puedes decir porque not te gusto max detalladamente.
Me olvidé! me apunto en lo de la guía de Bali! ahora si, nos vemos!
Hola Aniko!! gracias por llevarme a Canggu nuevamente, vivir en Bali es darte cuenta cual es tu lugar en el mundo, a mi particularmente canggu me atrapó, y creo que este año vuelvo al menos por una pasadita , se que no es lo mismo, pero necesito caminar esos arrozales nuevamente, sentir la humedad y el calor en la piel, mientras hago el trayecto por jalam Pantai Batu Bolong hasta la playa, y veo como las mujeres dejan ofrendas, los chicos salen del cole, y los cebues me miran de reojo!! Creo que me voy a encontrar con una Ciudad al lado del pueblito que yo deje atras, pero voy preparada para ser feliz nuevamente! Gracias!!! te sigo ..
Canggu está creciendo muy rápido! Ojalá vuelvas pronto y no lo encuentres tan cambiado.
Disfrute mucho leyendote. Abrazo Ely desde Necochea. Argentina.-
…y de todo esto yo me pregunto: ¿cómo haces para escribir y dibujar en tantas libretas y journals? ¿No se supone que viajas liviana? Las que pones en las fotos se ven preciosas, ¿las guardas todas?
ay Dios, es todo un tema. Hago muchos envíos por correo a Argentina y, cada vez que llego a un lugar en el que sé que puedo dejar cosas (la casa de la familia de L, ejem), los dejo guardados ahí, porque sino no hay mochila que aguante!
Me estallé con lo de los tiburones!! Yo lo pensé hace unos años con los vampiros (será por eso que las mujeres en las películas son sus primeras víctimas?)
Me encanta leerte Aniko, saludos♥
Es hermoso todo lo que contás hasta lo feo se vuelve lindo,realizar un sueño ya de por si tiene el sabor de caminar, caminar, mirar otros cielos, otros árboles, escuchar sonidos diferentes
Sé feliz
A proposito, donde compro tus libros ? Cuantos tenés publicados
Hola Vicky!
Tengo tres libros publicados, dos propios y uno escrito como coautora. Acá hay más info y tenés los enlaces directos para comprarlos: https://viajandoporahi.com/libros
Saludos!
Que hermoso que es leerte <3
Gracias nat :)
Muy interesante tu relato Aniko, sigue así. me transportas a los lugares que visitas con la habilidad de tu texto.
saludos desde Lima – Perú
… :) :) :) … Desconozco el porqué, … pero no dejo de pensar en el rey de trébol … ¡¡¡ Muy intrigado ¡¡¡ … ;)
Hola Aniko, que lindo volver a leerte!! Me encanta tu manera de observar y describir las cosas cotidianas de todos los días. Esos pequeños actos del día a día que a veces no le damos importancia, pero deberíamos estar tan agradecidos. Que lindo combinar los viajes con tu esposo, la quietud y el movimiento!! Hasta tu próximo post =) Besos desde Ushuaia.
Hola Aniko! Qué belleza saber que aún existen seres humanos en este planeta jajaja. Infinitas gracias por compartirnos tu visión y tu manera tan peculiar de vivir un mundo que está ávido de ser vivído así como lo haces. Hace poco que sigo tus viajes y leo tus post: me enamoras. Me llevas a los lugares tan cerca que casi estoy sintiendo que estoy allá respirando esos olores, mirando los atardeceres, sintiendo la hierba humeda bajo las plantas de mis pies. Felicidades Aniko, el universo es nuestro!
Quiero aprovechar para preguntarte. Dentro de algunos días comienzo una vuelta a por el sudeste de asia. Llego a Vietnam y de ahí hacia el sur. Sólo tengo boleto de ida y no sé de dónde vuelva ni cuándo. Tendré dificultades para ingresar sin un pasaje de vuelta? Qué podrías sugerirme?
Saludos desde México.
Hola Omar, gracias! :)
En Vietnam según recuerdo no me pidieron prueba de pasaje de salida, pero entré por tierra y no por aire, y a veces en los aeropuertos son más estrictos. A veces es bueno tener un pasaje de salida del país (no tiene que ser de vuelta a México, solo tiene que demostrar que vas a salir de Vietnam), quizá puedas comprar uno por adelantado, porque de todas maneras la visa de Vietnam dura 30 días (creo) y el pasaje lo tendrás que comprar igual antes o después.
Buen viaje!
Me encanto tu post. Siempre con ese modo de escribir tan ameno y sin rebusques. ?
Hola aniko! La verdad es no conozco Bali. Pero tu relato me llevo a imaginármelo como si hubiera ido . (Espero poder ir algún día)
me encantaron las anécdotas y recuerdos que te dejo este viaje.
Espero que sigas recorriendo el mundo y me cuentes más de tus experiencias!!
Saludos , Carolina
Hola aniko! La verdad es no conozco Bali. Pero tu relato me llevo a imaginármelo como si hubiera ido . (Espero poder ir algún día)
me encantaron las anécdotas y recuerdos que te dejo este viaje.
Espero que sigas recorriendo el mundo y me cuentes más de tus experiencias!!
Saludos , Carolina
Hola Aniko!
No sé si alguna vez te escribí, pero después de leer este post realmente sentí ganas de hacerlo.
Sabés, hará un mes vi un naipe tirado en el piso y pensé en vos. Casi lo agarro. La próxima creo que voy a agarrarlo y enviártelo jaja
Empecé a seguir tu blog hace algo de año y medio y aunque soy Lic. en Turismo y el bichito de los viajes me picó hace bastante tiempo, con tu blog empecé a pensar que el sueño de un viaje largo por Europa era posible. Hace unos días, con mi novio, compramos los pasajes para irnos en Mayo.
Así que gracias, porque muchos posts tuyos fueron los que me motivaron y aún no creo que en apenas unos meses voy a estar cumpliendo un sueño, acompañada por mi pareja!
Seguí disfrutando de Francia :)
Buen viaje a Europa!
Sería interesante que narraras tu encuentro con los gatos de los diferentes países en donde has estado ¿se comportan todos igual? ¿Varía su carácter? ¿Todos toman agua de la misma forma y de las tasas de los humanos? Esos pequeños detalles hacen más pintorescas las narraciones.
Así como tu historia del gecko, amorosa lagartija que disfruta viviendo junto a los seres humanos y es una excelente limpiadora de insectos. Aquí en mi tierra se les dice “besucones”, por el ruido que hacen.
Una duda ¿la falta de mayúsculas al inicio de los párrafos de tu escrito es a propósito? ¿Es una nueva tendencia de escribir? Dificulta un poco la lectura a la gente mayor pero debe ser grato para los jóvenes ¿no?
Gracias y saludos
Hola Eduardo!
Te respondo:
– los gatos en general se comportan igual en todo el mundo. Son gatos y les da igual, jajaja XD Pero tengo una colección de fotos de gatos que conocí viajando que podría subir al blog
– me encanta el ruido de los geckos
– la falta de mayúsculas es porque el texto está escrito en forma de lista y cada ítem está separado por una coma, no por un punto, entonces no corresponde usar mayúscula al empezar el siguiente item. Lamento que dificulte la lectura!
Saludos
Hola Aniko!!
Me encanto tu viaje por Bali, lo recorri con tu relato. Recorde la peli “comer, rezar, amar” que tiene escenas de allí- Gracias por compartirte y hacernos parte de tu viaje. Mis cariños desde Ensenada. María Julia
Que post increible, valio la pena leerlo completo!
Pregunta tipica de Argentino: Que tal es la seguridad en Bali? Veo que andabas sola de un lado al otro, incluso de noche, sin problemas, pero tambien por lo que entiendo no estabas en la zona turistica (en la que si estuviste en el 2011 por lo que lei de los posts viejos.
Saludos!
Hola Mariano,
A mí me pareció muy seguro. Sé que hay bastantes robos por arrebatos desde las motos (a varias chicas que conocí les robaron el celular así) y bastantes estafas (sobre todo con los cajeros automáticos), pero en términos generales me parece seguro. Anduve sola de noche sin problemas.
Espectacular, me rei con el cuento del tiburón ¡lo gogleé también jajajaja!
Me quede con ganas de más fotografías de Nusa Dua, avísame si piensas hacer una galería o espero que puedas subirlas a Instagram :) Gracias por compartir tus historias de viaje y tu escritura tan amorosa!
¡El eterno problema del mar y los que usamos anteojos! Que lindos se ven tus días en Bali, y que difícil me imagino que fue el cambio de temperatura a París. ¡Hermoso relato y hermosas fotos!
Saludos
Lucía
jajaja pensé que era la única xD xD
deberían inventar anteojos para el mar o antiparras con graduación (seguro que en China ya existen)
Creo que he coincidido contigo en París (en tiempo, no en lugar).
Me encanta leerte.
Hace mucho que descubrí que una de las cosas en el mundo que más feliz me hacía era que me soltaran en un lugar desconocido con un mapa y descubrirlo.
Gracias por tus relatos , por tu sensibilidad y tu manera de mirar, y por tu generosidad.
Un abrazo desde los campos belgas de Flandes.
Me encantan tus relatos, se siente tu felicidad y la contagia.
Saludos desde Mexico
Muchas gracias Johana!
Gracias por este nuevo relato de esa vida de turista tan envidiable que nos comparte. La sigo constantemente porque estoy recogiendo sus enseñanzas para mi próximo viaje.
Gracias Basilio!
En este post verás que esa “vida de turista tan envidiable” es fruto de muchísimo trabajo: https://viajandoporahi.com/mis-9-anios-de-viajera
Hola Aniko! Descubri tu blog googleando sobre viajar x el mundo. Vivo en Bs.As., a mis 40 me estoy dando cuenta de q tengo unas terribles ganas de viajar y hacer una experiencia de este tipo. Soy muchas cosas, actriz, me gusta mucho escribir,me la rebusco con diseño, pinto cosas decorativas y descubrí una nueva pasión pintando mandalas…soy muy creativa. Hace 4 años q me quede sin trabajo y comence con emprendimientos propios, q vivo remando.Estoy en pareja hace 4 años y medio, y él es quien brinda el sustento basicamente
Mi pregunta recurrerente es : estoy en edad para iniciar un viaje asi? o a mi edad seria dificil conseguir “changas” en el extranjero? Por otro lado tengo un nivel de ingles muyyyy basico ( del secundario) Me sería posible vivir rebuscandomela con las cosas q sé hacer, sin titulo de nada? Será posible?. Por donde empezar si llego a un lugar nuevo? Como estar cubierta x temas de Salud viviendo afuera?Estoy entre lo convencional de tener un hijo (q buscamos hace rato y no llega) y lanzarme a la aventura. Este último pensamiento crece cada día mas! Tus relatos me inspiraron mucho!!! Y cualquier comentario q me puedas aportar sera bienvenido!. De todas maneras escribirte todo esto me sirvió para sacarlo de adentro mio, y es un primer paso! Gracias desde ya!! Y te felicito x tu blog y la elección de vida q hiciste! Ya soy tu fan!!! Beso
Me quedé en Canggu el año pasado, es una bomba! El espacio de co-working como se llamaba?. Recuerdo “Hubud” en Ubud, que es increíble.
El de Canggu se llama Dojo y está buenísimo también! :)
siii quiero la guia de bali!!!
Hola Ani. Adhiero al primer comentario, ya estaba extrañando tus posts, nunca me voy a cansar de leerte, es literalmente uno de mis pasatiempos favoritos. Me encanta cómo al redactar lográs una combinación de emociones, me haceés pasar por risas y lágrimas. Mis ganas de visitar Bali se deben más a tus relatos que a comer, rezar, amar jaja. Te mando un beso.
(Fabucchi en instagram)
Gracias Lorena!
Me propuse postear más seguido este año, a ver si lo logro… (y mientras tanto seguiré escribiendo para el próximo libro!).
Hola Ani, que lindo leer sobre lugares que aún no me animo a visitar. para los que nos gusta tanto viajar tus notas nos ayudan a seguir viajando desde nuestros hogares.
tema anteojos en el mar, averigua porque hay unas tiras elastizadas que se ponen para usarlos en el agua yo los he visto tirarse con ellos a la pileta y resultan muy practicos.
imagino que no puedes andar con tanto equipaje ya que para ir de un lugar a otro en moto no puedes cargar valijas. como haces con los cuadernos o cosas que te van gustando para comprar? siempre que viajo me quiero traer de todo lo que no hay en buenos aires.
besos y mucha suerte en tus viajes
Laura rogel
Hola Laura!
Gracias por el tip de los anteojos. La moto la alquilamos durante el mes que estuvimos en Bali, pero no la usamos para ir de una ciudad o país a otra. En cuanto a los cuadernos, los voy cargando hasta que: a) los mando por correo a Francia o Argentina, b) los dejo en la casa de algún familiar y/o amigo.
Saludos!
Me senti como que estaba corriendo al leer por tantos puntos y seguidos. A cada rato un punto me parece que estuviera leyendo una lista, siempre me encantan tus post pero este no mucho…
Hola Ángela,
La segunda parte del texto efectivamente es una lista. Si te fijás, empieza con dos puntos y tiene ítems.
Pero tendré en cuenta tu comentario, ¡saludos!
Bali es un lugar de ensueño. Pero en general, Indonesia en un lugar con tantos espacios espectaculares.
A mi no me molestó nada los puntos o no puntos, ni comas, no me di ni cuenta! jaja.
Me gustó tu relato, como todo el resto de tu blog :)
Estoy pronta a irme a Bali en un mes y 1 semana más!
Una vez estuve indecisa en ir porque leí que era demasiado turístico, que son cargantes y las estafas, etc.
Así que nos fuimos a Filipinas.
Ahora había una oferta que no podíamos no considerar y allá estaremos a finales de mayo x 2 semanas ( hay que volver a trabajar :/ )
Que bueno haber leído sobre Canggu, estaba muy indecisa donde quedarme. Ubud si me quedaré unos días, pero también quería experimentar otro sector.
No quiero surf, así que había descartado Kuta. Creo que ahora nos quedaremos en Canggu y Ubud.
Me apunto a la guía de Bali y si la haces, ojalá salga antes de mi viaje :)
Te mando un abrazo desde Nueva Zelanda.
Hola Evelyn, gracias! Me alegra que te haya gustado. :)
Siii, vayan a Canggu por mí. Eviten Kuta!!!
Buen viaje!
Cada día escribís más lindo.
Y seguís siendo algo parecido a una inspiración en mi viajar.
Abrazo en donde estés!
Estimados Soy de Argentina y quería aprovechar para felicitarlos por el Blog, me pareció excelente además este artículo, les dejo mis saludos desde Buenos Aires,
Luciano
http://www.ortizalmonacid.com
http://www.ortizalmonacid.blogspot.com.ar
Hola, yo pensaba diferente sobre Bali, por lo que me han contado. Yo creía que Bali era una ciudad más desarrollada, con menos pobreza, por el gran volumen turístico que tiene.
Me encanta tu post, las fotos son increibles, ojala y algún día tenga la suerte de viajar a Balí, es uno de mis sueños.
Tus comentarios me serán de mucha ayuda. Ya sé que nada de billetes de dolar que sean viejos.
Gracias de verás, sigue así.
Margarita
Hola, Aniko!
¿Hiciste la mini guía? Me interesa mucho vivir y tener un espacio para trabajar cerca del mar. ¿Podrías decirme si conoces algún bloggler que haya publicado una lista de espacios para vivir como nómadas digitales con costos de vida en el lugar?
Pingback: 10 Consejos para futuros nómadas digitales - Viva Operador
Hola, el blog de Bali es muy detallado específicamente cuando explica las experiencias y cuando demuestra las opiniones personales. Gracias por el gran blog de viaje y la lista de datos y consejos para visitar Bali.
Nos gustó mucho tu experiencia y como la contaste ya que el lugar parece interesante pero la próxima vez que vayas o si alguna vez vas de nuevo alguna vez podrías contarnos más de la cultura, comida o inclusa la gente
Hola Aniko! Me encanto tu blog. Aprendí mucho de ti y Bali, voy a seguir tus próximas experiencias. Tus relatos nos llevaron a imaginar que estábamos ahí también. Tus anécdotas eran muy interesantes y entretenidas.
Atte,
Victoria, Eva, y Matt