Memorias de La Boca
[box type=”star”]Este post forma parte de la serie Amigate con Buenos Aires, un intento de reconciliarme con mi ciudad después de dieciséis meses sin verla. Podés leer la serie completa acá.[/box]
[singlepic id=2710 w=625 float=center]
[singlepic id=2720 w=625 float=center]
[singlepic id=2718 w=625 float=center]
No tengo muchos recuerdos de La Boca.
Bah, en realidad tengo uno, pero intenté olvidarlo con tanta fuerza que quedó oculto en algún rincón de mi cabeza, y apenas escribí la primera frase de este post, reapareció. Fue a fines del 2007, creo, no me acuerdo y no quiero chequear. Después de escucharlo incansablemente durante más de seis años, por fin iba a ver a Joaquín Sabina en vivo en Buenos Aires. Ustedes no saben cómo esperé ese recital. Acá en Argentina el cantautor español es muy querido y yo soy fanática desde los 15 años. La sede iba a ser la cancha de Boca —también conocida como La Bombonera— ubicada en el barrio del mismo nombre. Iba a dar dos funciones y yo tenía comprada mi entrada para la primera hacía meses.
[singlepic id=2698 w=625 float=center]
El gran día fui con mi amiga Belu. En el 64, todos los pasajeros nos hicimos amigos cantando canciones de Sabina. O tal vez no. Pero mi memoria nostálgica me dice que en aquel trayecto pasó algo así. Ese día hacía muchísimo calor. Tanto, que dentro del estadio los de primeros auxilios estaban con mangueras tirándole agua al público, para que nadie se deshidratara ni se desmayara. Después de varias horas de espera se hizo de noche y empezó el show. No sé cuántos temas pudo tocar antes de que empezara la lluvia. Solo sé que no fueron suficientes. El calor sofocante de la tarde había anunciado lo peor, y lo peor se cumplió: diluvió. Llovió tanto que las pantallas estuvieron a punto de salir volando y los reflectores cayeron en picada sobre el escenario. Cayó tanta agua que Sabina tuvo que suspender el show, ya que los músicos corrían peligro. Diluvió de tal manera que la cancha de Boca y los alrededores se inundaron. El agua nos llegaba por arriba de las rodillas, o tal vez más. Si quisiera exagerar, podría decir que no salimos del estadio caminando sino nadando. Durante horas fue imposible tomar un colectivo, imposible mover un auto. Nos quedamos ahí hasta que la zona se descongestionó y finalmente pudimos irnos.
Al día siguiente, Sabina hizo su segundo show. Según me contaron, tocó un montón de temas y hasta invitó a Fito Páez y se reconciliaron en el escenario. Sí, seguramente estuvo genial. Y yo no fui y no quiero ni ver un video de esa función. Les aviso.
[singlepic id=2699 h=625 float=center]
[singlepic id=2701 h=625 float=center]
[singlepic id=2700 w=625 float=center]
[singlepic id=2717 w=625 float=center]
Hace pocos días, volví a La Boca. Esta vez, solamente a dar una vuelta. Y cuando vi que la mayoría de las casas que están sobre Almirante Brown están elevadas, entendí por qué y me acordé. Sabina, la lluvia, la inundación, no poder verlo con Fito Páez, la tristeza, la bronca. Y ahora, mientras escribo, los recuerdos reaparecen. No sólo los de aquella noche, sino posteriores.
En el 2009 mis amigas peruanas Olga y Mirla vinieron a visitarme a Buenos Aires y las llevé, entre otros lugares, a La Boca. Hicimos el típico recorrido turístico de Caminito. Vimos los conventillos —las viviendas compartidas donde se asentaron las primeras familias de inmigrantes europeos—, los colores dispares de las casas, las parejas tangueras, el icónico café Havanna de la esquina.
[singlepic id=2719 h=625 float=center]
[singlepic id=2721 h=625 float=center]
[singlepic id=2713 h=625 float=center]
[singlepic id=2714 h=625 float=center]
Y, aquella vez, saqué una foto de un banco contra una pared, una foto que más adelante usé en mi post “Volver”, a pocos días de regresar a Buenos Aires tras 16 meses en Asia, para reflejar la tristeza que sentía a través de los colores de la foto.
[singlepic id=2723 w=625 float=center]
Hace unos días, pasé por delante de ese mismo banco y los colores habían cambiado. Ya no eran nostálgicos ni pasteles, ahora eran saturados y alegres… como si se hubiesen adaptado a mi estado de ánimo.
[singlepic id=2711 w=625 float=center]
Después de reencontrarme con el banco di unas vueltas por las afueras de Caminito —por el verdadero barrio de La Boca— y me di cuenta de cómo cambió mi mirada tras haber viajado por América latina y Asia. Vi, en la gente que trabajaba en las veredas, en las personas que tomaban mate con los vecinos, en las mujeres que caminaban con sus hijos por el medio de la calle, la cultura callejera asiática y el ambiente de los pueblos del Caribe o Centroamérica. Vi algo muy latino, un estar afuera, ocupar el espacio público, que me llamó la atención y me gustó mucho. No es algo que se vea en todos los barrios de la ciudad. O tal vez no es algo que yo hubiese podido ver antes… ¿será que tuve que viajar a Asia y América latina para poder mirar realmente a mi ciudad? Y les voy a contar algo: quedé tan anonadada por esa vida callejera de La Boca, que no saqué ni una foto. Solamente miré.
[singlepic id=2702 w=625 float=center]
[singlepic id=2704 w=625 float=center]
[singlepic id=2705 h=625 float=center]
[singlepic id=2706 h=625 float=center]
[singlepic id=2707 h=625 float=center]
[singlepic id=2708 w=625 float=center]
[singlepic id=2709 w=625 float=center]
Y al final era mentira eso de que no tengo ningún recuerdo de La Boca. Lo que tengo es mala memoria.
Excelente relato. Yo también fui a ese recital y si la memoria no me falla fue a fines del 2006.
Me empapé pero no me fui con bronca porque lo recuerdo con mucha alegría a pesar de la lluvia. Me encantan tus post Aniko. Me entretiene muchísimo como escribís. Este domingo espere notas tuyas en La Nación pero bueno ya volverás a escribir. Besos
Che me deprimí con lo del recital :( Pero enseguida mi animó mejoró al ver las fotos coloridas y alegres ;) Btw, me gustó el antes y después: beige a amarillo rabioso. ja ! Beso y a seguir redescubriendo la city !
Aniko:
Yo tengo buena memoria, por ahora, y ese recital de Sabina lo recuerdo perfectamente. A mis hijos Marcelo y Ana les pasó lo mismo…Aquella noce volvieron “pasados por agua” y al día siguiente no lo podían creer cuando supieron que el recital de Sabina había sido formidable…
Me encanta que estés viendo y haciendonos ver Buenos Aires con tus ojos.
oye, y ese par de espias/ladrones en el tren? jaja
Y otra cosa, esos muñecos que veo (esculturas digamos) por varis fotos, que son? me llaman bastante la atencion y estoy ya pensando en poner una en mi balcon :D XD tienen alguna historia?
Aniko yo pase la misma experiencia que vos en el recital de Sabina y pensar que estaba super emocionada y termine empapada. Sabes que es lo peor que me dijeron algunos que al dia siguiente fueron con su entrada del dia anterior y los dejaron entrar!! que bronca!!!
Qué chulas las fotos!! Tengo muchas ganas de ir a Buenos Aires, una de las ciudades de mi larga lista… jaja Un saludo desde España, tierra patria de Sabina!!
Ya leí tu otro post: anímate y visitanos a los europeos!!
La Boca es un asunto pendiente en mi lista! vivo en Buenos aires desde hace un año y medio y aun no me he hecho tiempo para ir! Tus fotografías me inspiran y la curiosidad por encontrar ese banco pintado andá a saber de que color me intriga y me empuja… este finde conozco La Boca personalmente!
Gracias Aniko! (y Sabina)
Viví de 2010 hasta 2015 en La Boca y recuerdo ese barrio de Bs As con mucha nostalgia, era mi hogar realmente, me sentia orgullosa de vivir en esas callecitas.
Ahora ya estoy mas lejos. Pero me encantaría volver. Gracias por tu post Aniko.