[box type=”star”]Este post forma parte de la serie “Asia de la A a la Z”, un abecedario personal de mis experiencias en Asia. [/box]

K de Kek Lok Si

Creo que para cualquiera que viaje a Asia, la pregunta será inevitable: y… ¿cuál te gustó más?

Y la respuesta, obligada. Hay que elegir uno.

Por más que acá se repitan a montones —al igual que las iglesias en América latina— siempre habrá alguno que nos llamará más la atención por su arquitectura, su paz, sus estatuas, sus detalles, sus personas, su historia.

En mi caso, encontré varios que aún recuerdo “a la perfección” (tengan en cuenta que debo haber entrado a unos cien, mínimo), que me gustaron por su silencio y su ambiente de meditación.

Pero este, el de la foto, fue todo lo opuesto.

Alguien me lo describió como “el Disney de las luces y los Budas”.

Es que durante el Año Nuevo Chino lo decoran con 10.000 luces azules, verdes, violetas y lámparas amarillas y rojas.

A las 10.000 lámparas sumenle la Pagoda de los 10.000 Budas, una estatua de bronce de más de 30 metros de alto, familias tirando monedas contra algún Buda, mujeres rezando frente a la velas y ¡ta-dá! ¡Disney!

Así que si me preguntan ya saben la respuesta.

Uno de mis templos preferidos de Asia es Kek Lok Si.

Pero no por su olor a Disney, sino porque ahí pude ver, bien de cerca, cómo se festeja el “lado religioso” del Año Nuevo Chino.

Bueno, y las lámparas de colores también me gustaron. :)

El templo Kek Lok Si está ubicado en un cerro en Penang (Malasia). Su nombre significa “Templo de la Felicidad Suprema” o “Templo de Sukhavati”. Es el mayor templo budista del Sudeste Asiático y un lugar donde se puede ver la mezcla entre el Budismo Mahayana y los rituales chinos tradicionales. Se construyó en 1890 y cada Año Nuevo Chino es decorado con más de 10.000 luces durante 30 días.