Otoño en Portugal
Veranos en Brasil
Como muchas familias argentinas, durante mi infancia y mi adolescencia pasé incontables veranos en Brasil. No recuerdo dónde fue que vi el mar por primera vez, pero en mi imaginación, ese mar que me cautivó desde muy chica (y que me generó ese incurable deseo de vivir frente a él) fue el mar brasilero. Durante aquellos veranos descubrí mi pasión por el agua, me creí sirena y comencé a sospechar que en otra vida había sido hija de un marinero o parte de la civilización perdida de la Atlántida. En Brasil aprendí a hablar portuñol y me enamoré del sonido de palabras como frango, morango, abacaxi, presunto, praia, suco, gostoso y “fuchiboli”. Escuché Axé Bahía y tuve las canciones bom xi bom xi bom bom bom y sigurucha amarucha sigurucha-cha-cha-cha-cha sonando en mi cabeza durante meses (sin saber muy bien de qué iban).
Perdí la cuenta de la cantidad de veces que viajé a ese país vecino, tan gigante, tan distinto y tan cercano. Fui con mi familia y con amigos; a veces en avión, otras veces en auto. Conocimos Recife, Natal, Fortaleza, Maceió, Florianópolis, Porto Seguro. En uno de aquellos veranos de preadolescencia conocí a dos hermanos gemelos de San Pablo y estuve convencida durante años de que los brasileros eran los hombres más lindos y encantadores del mundo. Años después también aprendí que algunos podían ser bastante mentirosos. En aquella época viajaba, literalmente, “de vacaciones”: todavía no concebía que pudiera existir otro tipo de viaje. Y para mí ir a Brasil era lo más normal del mundo: estaba cerca, tenía playa y se llenaba de argentinos. Era tan normal, supongo, como para un europeo ir a las playas de Croacia o para un japonés ir al exotismo de Bali. Brasil formó parte inseparable de la mayoría de los veranos de mi vida.
[singlepic id=6299 w=625 h= float=center] No tengo fotos de Brasil acá en esta computadora, así que pongo una foto del mar que representa a todos los mares y mi amor por ellos…
Primavera en Macau
La segunda vez que viajé a Macau estaba empezando la primavera. Después de un larguísimo verano en el Sudeste Asiático y un corto pero intenso invierno en China, encontrarme con un Macau que estaba floreciendo fue como volver a nacer. Muchos no podían entender qué le veía a Macau, esa península al sur de China que para mucha gente no es más que un gran complejo de casinos donde la única actividad posible es apostar (no por nada la llaman “Las Vegas de Asia”). Pero mi vuelta no tenía nada que ver con los casinos: había decidido volver a Macau porque me había quedado encantada con su arquitectura colonial, con sus callecitas, con sus carteles en portugués, con sus colores pasteles. Volvía para visitar a mis amigos, para redescubrir su centro histórico, para comerme una egg tart más. Volvía porque me parecía que una ex colonia portuguesa, en manos de China desde 1999, no era algo que se viera todos los días.
Esa fue la vez que decidí que si me quedaba a vivir en Asia, quería establecerme en Macau. Para mí Macau tenía (y aún tiene) todo: historia, arquitectura, gastronomía fusión, tranquilidad, buen clima y un barco que me dejaba en Hong Kong en menos de una hora. En esa visita a Macau conocí por primera vez a un portugués. Todavía me acuerdo. Era de noche, yo estaba buscando el restaurante donde me esperaba gente de Couchsurfing y, como estaba medio perdida, le pedí indicaciones a un chico que también caminaba por ahí. Me respondió en portugués y me sentí feliz de poder entablar una conversación usando dos idiomas. Estaba trabajando en Macau y también era Couchsurfer. Unos días después caminé con Journey, mi amiga china, por las calles vacías de Coloane (una aldea de pescadores en el otro extremo de la península) y me sentí como en un pueblito de Bahía al que jamás había ido. Y cuando encontré el Patio de la Eterna Felicidad, pensé: “Ya está, yo me quedo acá”.
[singlepic id=6296 w=625 h= float=center] Todas estas fotografías las saqué en mis dos viajes a Macau (2010 y 2011)
[singlepic id=6294 w=625 h= float=center] Macau es famosa por sus casinos (que generan más ingresos por año que los de Las Vegas)
[singlepic id=6295 w=625 h= float=center] Y si bien las apuestas y el juego son parte de su “atractivo”, Macau es mucho más que eso
[singlepic id=6291 w=625 h= float=center] Tiene un centro histórico que es Patrimonio de la Humanidad
[singlepic id=6292 h=625 float=center] Tiene farolitos, teatros, balconcitos y construcciones típicas portuguesas
[singlepic id=6297 h=625 float=center] Tiene iglesias y colores pasteles
[singlepic id=6287 h=625 float=center] También tiene templos chinos
[singlepic id=6293 h=625 float=center] y chinos (¡claro!)
[singlepic id=6289 w=625 h= float=center] Inscripciones en portugués (aunque ningún habitante de Macau parecía hablar el idioma)
[singlepic id=6298 w=625 h= float=center] Y un patio donde todo es posible.
Invierno en El Jadida y en Colonia
Mi último invierno duró demasiado. Durante casi un año esta estación me persiguió sin piedad por tres continentes. Una partecita de ese invierno la viví en El Jadida, una ciudad marroquí ubicada en la costa atlántica. Después de casi un mes y medio de viaje, era la primera vez que me iba sola por el país. Y elegí visitar El Jadida por una sola razón: porque había sido colonia portuguesa y aún conservaba los restos de aquella época. Me quedé dos días y no me crucé ni con un extranjero. Caminé por la antigua medina portuguesa —sola, porque todo parecía estar vacío— y descubrí, o al menos creí descubrir, la fusión árabe-portuguesa de la ciudad: paredes de colores pasteles recortadas por puertas de forma árabe, farolitos y carteles en portugués, mujeres con su vestimenta musulmana, hombres con djellaba, gatos por todas partes y chicos jugando en las calles.
A mi regreso a Argentina me fui a visitar un lugar que jamás pierde su encanto: Colonia del Sacramento, en Uruguay. Fui abrigada, hacía mucho frío y se me congelaban los pies. Caminé por las calles empedradas y en cada uno de los espejos y charcos vi reflejado mi viaje anterior a esa misma ciudad. Colonia le pertenece a Uruguay hace mucho tiempo (al igual que El Jadida le pertenece a Marruecos, Macau a China y Brasil a sí mismo), pero la huella de Portugal no desapareció, sino que es un aspecto esencial de la personalidad de cada ex colonia. Viajé a cada uno de estos lugares en una estación distinta de mi vida y conocerlos fue conocer, también, a ese país que los fundó, los conquistó y/o los gobernó durante algún momento de su historia. A través de ellos me fui acercando, sin darme cuenta, a Portugal.
[singlepic id=6285 w=625 h= float=center] La antigua ciudad portuguesa en El Jadida, Marruecos
[singlepic id=6280 w=625 h= float=center] Puertas de estilo árabe
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[singlepic id=6284 h=625 float=center] Hombres con djellaba
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[singlepic id=6281 w=625 h= float=center] Y una antigua cisterna portuguesa, la atracción principal del lugar.
[singlepic id=6276 w=625 h= float=center] Después le tocó el turno a Colonia, en Uruguay
[singlepic id=6275 w=625 h= float=center] Una de las ciudades más románticas y encantadoras…
[singlepic id=6279 w=625 h= float=center] Con casitas antiguas
[singlepic id=6277 w=625 h= float=center] Y los mejores atardeceres que vi en mi vida.
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Otoño en Portugal
Siempre sentí atracción por Portugal, supongo que por varios motivos. No es tan visitado como el resto de Europa (por lo menos los viajes “tradicionales” no incluyen a Portugal en su ruta). Allá en Argentina no se sabe tanto de Portugal como de, por ejemplo, Italia, España o Francia. Muchos españoles, incluso, me confesaron que dieron la vuelta al mundo pero todavía no visitaron su país vecino (no puedo decir nada porque me pasa lo mismo con Chile y juro que muero por ir). Todo lo que sabía de Portugal lo aprendí a través de mis viajes a sus colonias o de alguna que otra película o libro. De sus grandes escritores sólo leí a Saramago (tengo una deuda pendiente con Pessoa). Lisboa es una ciudad de la que estoy enamorada sin haberla conocido (se me hace que es una de las ciudades más nostálgicas y fascinantes de Europa). Desde que empecé este blog, mi contacto más directo con Portugal era Sofía, una lectora con la que nos escribíamos en nuestros respectivos idiomas (y aún así lográbamos entendernos). Estuve a punto de viajar a Portugal en Semana Santa de este año, cuando estaba en Barcelona, pero desistí porque no tenía mucho tiempo (me faltaban pocos días para volver a Buenos Aires y no quería que mi visita fuese un viaje relámpago). Cuando una amiga me dijo que Portugal era como el Uruguay de Europa, morí de amor y supe que esta vez tenía que venir. Y por suerte Laura, escritora y viajera, mi compañera en este viaje (que supuestamente iba a ser a España), aceptó cambiar de ruta.
Y así, sin haberlo planeado, el otoño me encontró en Portugal. Y ya siento que lo poquito que vi de este país es tal como lo imaginaba: maravilhoso.
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[singlepic id=6300 h=625 float=center] Primeras imágenes de Coimbra, donde el otoño portugués nos recibió con lluvia
[singlepic id=6301 h=625 float=center] Cafecito típico
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[singlepic id=6303 w=625 h= float=center] Primeros fotocharcos (un día de lluvia muy bien aprovechado)
[singlepic id=6305 w=625 h= float=center] Otoño en Portugal
Hola Aniko!
No me cabe duda de que vas a encontrar a Lisboa fascinante y misteriosa.
Para mí fue mucho más de lo que esperaba, y te des-estereotipa inmediatamente.
Unas bicas con pasteis de nata redondean perfectamente cada tarde, mientras cae el Sol.
Si te es posible, un corto viaje te lleva a Sintra, un lugar maravilloso.
Lisboa es, junto con Roma, una de las ciudades más antiguas de Europa. Y se le nota.
¡Qué bueno que estés allí ahora!
Besos desde el otoño de New York.
Y es el Uruguay de Europa como dijo tu amiga? Mira que nosotros somos la suiza de america che! jaja
jajaja son tan amorosos como ustedes!
Coimbra y Nazaré han sido dos de los lugares más bellos que he conocido. Como dices, soy española y la primera (y de momento única) vez que he pisado Portugal ha sido el año pasado. Estuve por la costa-centro del país, en un camping con una playa prácticamente virgen donde no se veía el final.
Cuando fui a Coimbra, coincidió con la Queima das fitas, la fiesta universitaria, y ver el despliegue de universitarios con capa, sus actuaciones tradicionales, la noche con sus luces doradas, sus edificios… fue casi mágico.
Nazaré, con sus casitas blancas, sus largos callejones empinados, sus sardinas cocinándose en la calle a la puerta de cada casa, sus señoras con pañuelo y delantal… es tan bello, tan pueblerino, tan portugués que me quedé enamorada, sobretodo desde el paseo al faro, mirar a un lado y otro del acantilado me pareció fantástico, por un lado el pueblo y por otro la costa virgen, sin construcciones, pura naturaleza.
Cabo Mondego, en Figueira da Foz, es otro de los lugares donde quedarse horas a contemplar el mar y su atardecer.
Espero pronto tu post sobre Lisboa, ¡es otro de los lugares pendientes que tenemos casi todos!
Un beso
Qué fotos más preciosas! un post muy bonito
Bello relato!!!
Que especial… pequeños detalles antes de Portugal..
ahora que disfrutes Portugal… cautivadoras imágenes! ;)
¡Prueba los Pasteis de Nata! Impresionantes.
Eres bienvenida en Chile , escríbeme si necesitas hospedaje , admiro la libertad que te das para viajar :)
Alto palo tiró para que la inviten! jaja!
Hola Aniko!! Que lindo post!! Aprovechá si estás en Lisboa para ir a Sintra, que queda a un rato de tren.. vale la pena ir aunque sea por el dia, es bellisimo!! A mi fue lo que mas me gustó de Portugal. Ericeira tambien es reee lindo es como la Pedrera de Uruguay!!! jajaj Besos!! Sofi
Hola Sofía, te hago unja consulta: tengo antepasados portugueses y me dijeron que residían en “Portobello”. Yo nunca lo pude ubicar en un mapa. ¿Vos podrás orientarme? Gracias.
hola Leo, perdón, ni idea!! No lo conozco. Viajé 3 meses por portugal y me encantó, pero no pude conocerlo todo! Besos y éxitos en tu búsqueda!
ahhh jajaja recien me acuerdo de la lectora portuguesa!!! No entendía porque me preguntabas a mi jajaja!!! Te cuento q yo no soy esa sofia, soy una sofia argentina!! Besoss!!
Muy lindo! Que ganas de ir a Colonia que me diste! Te recomiendo para la próxima vez que vayas visitar también Carmelo, es precioso! Saludos desde Uruguay!
aniko, me tramitas esta duda con sofía???… tengo antepasados portugueses y me dijeron que residían en “Portobello”. Yo nunca lo pude ubicar en un mapa. ¿Vos podrás orientarme? ¿existe realmente? Gracias.
Mi Portugal querida. Aquel lugar que cuida mi yo de 7 años. Las tierras de mi abuela paterna que supe defender con el mismo amor con el que ella me las hizo conocer.
Hay una vieja frase que dice que nunca debes volver al lugar en el que fuiste feliz. Pero Portugal rompe con todo lo que yo conocí como felicidad, traspasa supersticiones y me devuelve la magia. Esos azules… ¡Qué lindo!
Adoro que traigas al blog un sitio tan maravilloso para mi. ¡GRACIAS! :)
Hola Aniko! hace varios meses que leo tu blog y me encanta!
nunca te comento pero esta entrada me ENCANTÓ :)
y además, Portugal es mi país favorito! soy argentina pero estuve viviendo 3 años y medio en Galicia y cada vez que teníamos un rato nos íbamos a dar vueltas por pueblitos portugueses. Son uno más lindo que el otro! disfrutalo mucho!
besos
Aniko, ni idea tienes de cuanto me haz ayudado a emprender una idea de vida, un futuro!!, la verdad desde pequeño siempre tuve la idea de vivir de viajes, aunque un poco nublada devido al miedo que el mundo te obliga a crear, a los prejuicios, a conocer lo desconocido y tantas cosas mas, que durante un tiempo no me sentí yo, creándome una falsa idea de vida, con casa, un auto y trabajo…claro para muchos es lo normal o lo que querrían, pero para mi salir de los 12 años de estudios básicos y sentarme en una oficina y llenar mis bolsillos de dinero no es vida… para mi la sociedad actual te encierra inconscientemente en un mundo el cual te hace creer, es el correcto, pero es el correcto para mi o para la sociedad?, luego de un largo tiempo de confusión de entre que hacer y por que hacerlo, recordé que fue lo que alguna vez soñé…viajar, conocer, ayudar, vivir, pero no vivir esperando mi muerte, si no vivir a mi manera, sin importar lo que la gente diga, sin esperar nada. Y sinceramente quiero agradecerte de todo corazón, pero de verdad te lo digo, DE TODO CORAZÓN, por que tu fuiste quien me ayudo a recordar ese sueño, quizás te preguntes por que tanta emoción y etc, quizás fue solo suerte que encontrase tu blog y no otro, o simplemente no haber encontrado nada, pero fuese lo que fuese, fuiste tu, tus historias y tus consejos los que me convencieron, no del sueño que alguna vez tuve, si no de realizarlo…creo que con esto no hablo únicamente por mi, si no por muchos otros que piensan igual que yo, solo que no han tenido la oportunidad de decírtelo. Tengo apenas 17 años, soy solo un niño, pero con una idea clara, y una razón por la que atreverse a vivir en un mundo que a veces no parece mas que laberintos de gris color, y trajes negros, recorriendolo en círculos sin propósito alguno. Gracias por Todo, sigue como lo haz hecho hasta ahora, espero algun dia conocerte en persona para darte las gracias, pero si no es asi, al menos sabre que lo sabes, no solo de mi, si no de todos.
Saludos desde Chilito! =)
Gracias ARiel! me llena de alegría leer mensajes como el tuyo :)
Qué bueno que tengas las cosas tan claras a tu edad, te felicito, y espero visitar tu país pronto!!
Hola Aniko me encanto tu relato y como lo ilustras con esas impresionantes fotos tuyas. Es increible la belleza que se puede encontrar en cada rincon del planeta.
Aniko para mí las mujeres más lindas y encantadoras son las gauchas(sean riograndenses, uruguayas o argentinas), con la ventaja que los gauchos no mienten!
Portugal es un país muy encantador con pueblecitos muy tranquilos y para nosotros que vivimos en el sur de América del Sur tiene la ventaja de tener un clima templado muy semejante por tambiém estar ubicado en latitudes medianas.
Este verano estuve en lisboa y alrrededores y me encantó. También hace poco leí un relato tuyo sobre Granada. Siento mucho que pasaras tanto frío por alli, pero date cuenta que Sierra Nevada esta a 15 minutos, asi que es lógico que en invierno haga fresquito, la pena es que no tuvieras muchas ganas de salir a visitar la ciudad, para mi una de las más bonitas de España.
Y esto para LEO, aunque quiza ya no lo lea, pues hace tiempo que hizo el comentario.
Yo como Portobello nunca he oido ninguna ciudad en Portugal, pero en Lisboa si que hay una calle que se llama asi.