Diario de viaje offline: de París a Moscú en tren
Cuando me despierto de la siesta es de noche. Veo el techo cerca de mi nariz, como si mi cama estuviese levitando, y por unos segundos no me acuerdo dónde estoy. Vuelvo a ser consciente del movimiento y de los sonidos y me doy cuenta de que las dos señoras rusas no pararon de hablar desde que me dormí, fueron la voz en off de mi siesta.… Seguir leyendo...
Pensamientos en el tren de Barcelona a Lyon
“I have seldom heard a train go by and not wished I was on it.”
Paul Theroux
Cuando el tren sale de la estación Barcelona Sants todavía es de noche. No me hace falta mirar el reloj: sé que son las 7:20 AM en punto.… Seguir leyendo...
Un viaje de inmersión lingüística (o la semana que me sentí como una estudiante de intercambio en París)
* Ilustración: Luna Portnoi
Julie me llama por teléfono cuando el tren está pasando por Bruselas. Estoy viajando sola de Amsterdam a París, voy sentada al lado de una francesa con la que crucé algunas palabras en inglés, tengo abiertos mis cuadernos de apuntes de francés y los leo a toda velocidad como quien estudia a último momento para un final.… Seguir leyendo...
Desafío Serbia Croacia #5: encontrar a Kusturica
(o subirnos al Šargan Eight)
Ya sé que pretender encontrar a Kusturica (el director de cine serbio) solo porque estábamos en Serbia era una idea ridícula. Es como cuando fuimos a Islandia y pensamos en encontrar a Björk. Incluso le mandamos un tweet invitándola a comer un pancho (hot dog) con nosotras en Reykjavik, pedido al que, por supuesto, ella jamás respondió.… Seguir leyendo...
Final del juego (El Jadida – Assilah – Marrakech – Barcelona)
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“Cuando el fin se acerca, todo se acelera”, me escribo en la palma de la mano izquierda mientras me tomo mi último té a la menta en una casa de patisserie de Assilah.… Seguir leyendo...
Del budismo silencioso de Laos a la Navidad frenética de Kuala Lumpur (en tan solo 50 horas)
Debo haber roto el récord de mayor cantidad de horas del día pasadas sobre algún tipo de transporte: de tres días, es decir de 72 horas, estuve 50 (sí, CINCUENTA) horas en movimiento.
Algo que no recomiendo por más divertido que parezca ya que puede traer consecuencias de lo más ridículas y encuentros con personajes bizarros.… Seguir leyendo...