[box type=”star”]Este post forma parte de la serie “Asia de la A a la Z”, un abecedario personal de mis experiencias en Asia. [/box]

Z de Zapatos

Este post es simplemente un bis, un epílogo, un añadido, ya que considero que concluí el abecedario en el post anterior.

Sin embargo, la Z también existe y viene bien para hablar acerca de una de las costumbres asiáticas que más me gustan: la de sacarse los zapatos antes de entrar a cualquier lugar que no sea “la calle”.

Entrar sin zapatos a los hogares, a muchos negocios y a (la mayoría de) los templos es una regla cultural intrínseca, algo que cada asiático aprende desde chico y que sigue respetando de grande. Los pies son lo más bajo y por ende lo más “sucio” del cuerpo, y toda la suciedad que se acumula en los zapatos no tiene por qué entrar a las casas.

Por eso en la entrada de cada vivienda hay una alfombra, un huequito, una estantería o un placard para dejar los zapatos. NADIE entra con zapatos a un hogar: ni los dueños, ni los visitantes, ni los trabajadores que van a arreglar algún artefacto o a instalar algún servicio. Si hay una fiesta o reunión, lo mismo: todos los zapatos afuera. Y, en mi experiencia, no hay ladrones de zapatos.

Los envidio, juro que en esto los envidio. Yo estoy a favor del no usar zapatos adentro de la casa desde muy chica. Si pudiese andar descalza por la vida lo haría, no hay nada que me guste más que caminar con los pies libres. Pero en Occidente esta costumbre no está muy expandida, es más, los que piden que por favor se saquen los zapatos antes de entrar a su hogar son tildados de “new age”, “raros” o “quisquillosos”. ¿Por qué? Si es muchísimo más limpio entrar sin zapatos, sin la basura acumulada en la suela, sin la contaminación de la calle. El piso se mantiene limpio y el hogar pasa a ser un lugar un poquito más “inmaculado”.

Quiero fundar el movimiento Sacate-los-zapatos-antes-de-entrar-a-mi-casa y que no me miren con cara rara. Ya me imagino las reacciones de mis amigos y familiares: “Claro, ahora te hacés la asiática” :D, o me veo pidiéndolo al fumigador con timidez: “Señor, por favor ¿se saca los zapatos antes de entrar? Es que acabo de volver de Asia…”, o llamando al delivery: “Hola qué tal, mandame una grande de muzzarella y decile al chico que por favor entre a mi casa sin zapatos o se traiga unas pantuflas en la mochila, sino no le pago el pedido”. Me van a tildar de loca, pero no me importa, voy a tener la casa limpia.

¿Tendré éxito en mi iniciativa?

Lo primero que voy a hacer es implementarla yo misma: zapatos adentro de mi casa, NUNCA MÁS.

Firmen abajo los que quieran unirse al movimiento anti-zapatos en el hogar. Juntos podemos erradicarlos. Luchemos por un piso más limpio.

En la foto pueden ver la puerta de entrada de un departamento en Singapur. Adentro había una reunión de couchsurfers de todo el mundo y a ninguno le pareció raro sacarse los zapatos antes de entrar.