Situaciones bizarras en Indonesia #3:
Los indonesios las prefieren rubias
Desde que volví a Indonesia hubo una cosa que me llamó la atención: ¿qué pasa que ya nadie me dice cosas en la calle, que nadie intenta sacarme fotos, que nadie me bombardea a “where are you from”? ¿Acaso perdí mi atractivo bulé?
Y después me di cuenta, claro: si siempre salgo a la calle con gente local, es lógico que nadie se atreva a hacer comentarios, pero en el momento en que quedo sola, empieza la avalancha otra vez.
Como la otra noche en el tren.
Me tomé el tren nocturno (de 7 pm a 5 am) para ir de Jakarta (la capital) a Yogyakarta.
Bisnis class.
Hay tres clases: Ekonomi —en la que vas parado, te la regalo—, Eksekutif —cuesta el doble que la Bisnis y te matan con el aire acondicionado— y la famosa Bisnis —buena relación precio-calidad: vas sentado de a dos, con ventiladores por todos lados—.
Me senté al lado de la ventana con la esperanza de que el asiento de al lado quedara vacío para poder estirarme y dormir un poco, y preparé mi iPod para que me acompañase durante la travesía.
Miro a mi alrededor y veo, en el asiento diagonal al mío, una mujer que no para de mirarme.
La miro fijo también y me sonríe, no sé con qué intención, así que no la miro más.
Minutos antes de arrancar se me sienta un hombre al lado. Me mira, me sonríe, me dice hello, le digo hello, hago un gesto con la cabeza y me pongo a escuchar música.
Todo bien pero no me da por hacer sociales con el vecino de asiento, más cuando sé que solamente quiere hablarme porque soy extranjera y “rubia”.
No pasan ni cinco minutos, es decir no llego ni a escuchar un tema entero, que veo que el hombre me está mirando y moviendo la boca, me habla.
Me saco los auriculares y lo miro.
Primera pregunta: Where are you from. Respondo usando mi poder de síntesis —”Argentina”— y vuelvo a escuchar música.
A los treinta segundos: And how long how you been in Indonesia. Repito el procedimiento: me alejo (ni siquiera me saco) los auriculares de la oreja, respondo en una palabra o menos, me pongo los auriculares nuevamente y miro por la ventana.
Pasa un minuto, pregunta número tres: Are you studying here or on holidays? Después de responderle decido apelar a un arma más poderosa: saco mi cuaderno y me pongo a escribir (con auriculares puestos, obvio).
Se pone a leer lo que escribo y escucho: Are you writing in English or in Spanish?
– Spanish, sonrisa falsa, escribo otra vez (con cara de concentradísima), sigue mirando la hoja.
Decido incrementar la artillería y saco un libro de Indonesio. Me pongo a estudiar.
– Oh, a book of indonesian grammar! Dejo de responder con palabras y empiezo a usar onomatopeyas: mhmmm.
Al rato: Do you have family here? Estoy a punto de decirle que estoy casada para que deje de hablarme.
Lo último que me dice es: You have to be careful because there are many thieves on this train. Listo, ¡me quedo más tranquila!
Al rato se duerme, gracias a Dios.
Yo sigo con mi iPod y mi cuaderno.
Media hora después escucho que alguien me habla por encima de la música. Es uno de los empleados del tren que camina por el pasillo ofreciendo kopi (café) en una bandeja. Lo miro, está parado al lado de mi asiento mostrándome el café, le hago un gesto con la mano diciendo “no, gracias” y sigo con mi música.
Pero el muchacho no sólo no se va sino que aprovecha esta oportunidad para practicar su inglés y me pregunta, intentando pronunciar lo más perfectamente posible: Hello miss, excuse me, would you like to have some coffee?
Me apiado y me saco los auriculares y con mi mejor sonrisa le digo “No, thank you“.
Para qué.
Excuse me miss, please, I would like to know where you come from.
Otra vez lo mismo no, por favor.
– Argentina.
– Oh! And can you speak English or just Spanish?
¿Por qué fui tan sincera? ¿Por qué no le respondí en castellano?
– And what are you doing here in Indonesia? And where do you live in Yogya? And how long will you stay here? And can you speak bahasa indonesia? And what is your favourite food? And do you have many friends? Todo con la bandeja en mano y el café que se le enfría.
El tipo frenó la venta para (intentar) charlar conmigo. Yo trataba de responder cada pregunta cerrando la conversación para que siguiera camino, pero no se daba por vencido.
– Ok miss, if you need anything just call me ok?
Hay días en los que solamente quiero escuchar mi música en paz.
En cualquier momento me pongo una peluca negra y empiezo a responder preguntas sólo en castellano.
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me hiciste reir :)
Buenisimo Ani!!!! JAJAJJAJAJAJJAJ
Gajes del oficio gurisa…con el hambre que debe haber allá…y vos sóla, je, muy bueno el relato. Mucha suerte y a seguir sumando millas!
Tu eres demasiado paciente… siempre que alguien a quien no le quiero dirigir la palabra, me habla, a la segunda pregunta que me haga, le digo: “Disculpe, no quiero hablar” y me vuelvo a poner los auriculares. jajajajjaj
jajaja, lo mejor seria que te compres una gorrita o te pongas una capucha en la cabeza y anteojos oscuros, que molestos los merodeadores!!!
o como decis vos contestales en castellano y veras que no te hablan mas! jajaja
ANiiii, no te imagino siendo tan amarga! jajaja
Pobre gente che, ahora deben decir: -“¡Los argentinos son re secos, es otra cultura!”, jaja.
jajaja… siiii son muy hinchas!! Hay días en que está bueno ser antipatica!
Por aquí los árabes son muyyyy curiosos, por no decir chusmas! Asique cuando me canso de mi vida les invento otras vidas… ja!
Me leí todas las entradas, desde la primera, cada vez estoy mas fascinada.. pero no me pasó lo mismo con ésta. :( Estabas bien ese dia??
Ser extranjera en Indonesia es como ser una estrella de cine (no exagero): todos te miran, todos quieren hablarte, todos quieren preguntarte cosas, todos quieren sacarse fotos. Y me encanta, pero hay días en los que no tengo ganas de hablar con nadie, esté donde esté. Para mí, viajar en tren o colectivo es “mi momento”, es ese tiempito en el que puedo estar sola, escribir, pensar, mirar por la ventana, relajarme. Y ese día en particular no tenía ganas de hacer sociales con nadie, solamente quería escuchar mi música, leer y dormir. Simplemente eso.
Hola Aniko, jaja, me recordó a típica conversación con un “tuk-tukero” de la India, suelen ser así de curiosos, impulsivos y hasta un punto pesados. Ahora lo recuerdo con añoranza
Un saludo
solo tengo algo para decirte BIENVENIDA a la fama!!!!!!!!!!ja ja para los amantes de los viajes ya sos para nosotros nuestra julia roberts ya te veo por las calles empedradas de bs as diciendo hoy no tengo nada para decir besos te queremos
jajaja!
Jajajajajja! Acabo de descubrir tu Blog y estoy ENCANTADA!
Tienes una manera muy original de escribir!