Volver a casa
“It is very important to go home if you want your work to be whole. You don’t have to move in with your parents again, but you must claim where you come from and look deep into it.
Come to honor and embrace it, or at the least, accept it.”
(Natalie Goldberg, Writing down the bones)
Fue en alguna esquina de Belgrado. Era de noche, pasamos caminando frente a un barcito que daba a una calle empedrada y por unos segundos sentí que estaba en Buenos Aires. O quizá por un momento fui una serbia que caminaba por la capital argentina en una dimensión paralela. Hay ciudades que no se parecen físicamente pero comparten una esencia, tienen algo que no se puede reducir a un edificio del mismo estilo o a platos de comida más o menos similares, es otra cosa, una atmósfera, algo intangible lo que las hermana. Yo a Belgrado la sentí muy Buenos Aires. Son ciudades con historias y realidades distintas, están separadas por miles de kilómetros y, si bien ambas tienen cierto aire antiguo, melancólico y amigable, no es que sean gemelas. Tampoco llegan a mellizas, pero hay algo similar en la relación entre estas dos ciudades y sus habitantes, una identificación muy fuerte entre las personas y el espacio, como esos departamentos en los que a primera vista se nota mucho la personalidad del dueño. Yo entré a Belgrado y la sentí muy habitada, con historias por todos los rincones, como Buenos Aires. También es cierto que uno siempre ve lo que está buscando, y en ese viaje yo ya no pensaba en otra cosa que en volver a casa.
De todos mis viajes largos, nunca volví con tantas ganas a Buenos Aires como ahora. Hasta conté los días para que saliera el avión, y eso que volar no me gusta nada. “Vos decías que querías irte diez años y no volver”, me recordó Lau. Sí, alguna vez lo dije, pero la gente cambia y tenemos que adaptarnos a nuestros propios cambios. Ahora me doy cuenta, cada vez más, de que mi límite de tiempo sin volver a Buenos Aires es un año, después de eso me agarra la nostalgia, el extrañamiento, y viajo con menos ganas. La primera vez que me fui, volver me parecía el final indeseado de un estilo de vida que recién empezaba a descubrir. Volver = se termina todo. Volver = el precipicio. Era como saltar al vacío. Ahora lo veo como una necesidad. Volver = reencontrarme con mi gente, con mis espacios, conmigo. Cuando el avión aterrizó en Ezeiza, la gente aplaudió y yo me reí emocionada. Fueron casi dos años lejos de casa, dos años con ganas de volver y a la vez sin saber bien qué haría si volvía, dos años sin un grupo de amigos fijo, sin cenas familiares, sin ver las mismas caras, sin recibir los abrazos de la gente que quiero.
Si a cada viaje le pusiera un título, diría que mi primer viaje por América Latina fue el de descubrimiento, la iniciación en la vida viajera: durante nueve meses aprendí en qué consiste viajar, cómo es eso de tener una rutina distinta todos los días, cómo es conocer gente nueva todo el tiempo. El de Asia fue la exploración: culturas muy distintas a la mía, comidas nuevas, costumbres que no conocía. Y este último —Sudamérica y Europa— fue la búsqueda: me pasé dos años tratando de encontrar el significado de la palabra home para, una vez resuelto el enigma, poder volver a casa. Fue un viaje circular. Todavía no lo tengo muy claro: ¿qué es el hogar? ¿Es el lugar donde nacimos o el que elegimos? ¿Es una persona? ¿Nuestra familia? ¿Es un estado de ánimo? ¿Un trabajo? ¿Mi hogar es la quietud o el movimiento? ¿Mi hogar es Buenos Aires o fue Biarritz? ¿Mi hogar es un lugar que todavía no conozco? ¿Puedo sentirme en casa solo por estar escribiendo? ¿Puedo sentirme en casa cada vez que abrazo a L.? ¿Mi hogar es donde me siento bien o donde está la gente que quiero? Home is where the heart is? Home is wherever I’m with you? No sé si estas preguntas tienen respuesta.
Lo que sí siento es que volver a casa es volver a uno mismo, es un reencuentro entre la persona que vino de viaje y la persona que (nunca) se fue. Viajera duplicada a la potencia. Un viaje a las raíces de nuestro ser. Llegué a Buenos Aires y me llevó unos días reconocer mis espacios, acordarme de las tazas que usaba para el té todas las mañanas, del huequito en el sillón donde me gusta leer y dormir la siesta, de esa almohada roja blandita que tengo en la cama, de mi osito de peluche blanco que me espera siempre, de la alfombra de colores donde me gusta estirarme, del tupper donde guardo las galletitas, de las postales que dejé pegadas en la puerta, de los cajones llenos de cosas que no necesité durante dos años, de todo lo que me gusta hacer cuando no viajo. Cierto que a mí me gusta lavar los platos mientras miro por la ventana, que saco la basura descalza, que tengo una guitarra en la que toco la única canción que me acuerdo y que dejé una biblioteca repleta de libros, cajas llenas de cuadernos escritos y un balcón con mucha vista a ciudad. Cierto que también tengo vida cuando no viajo, que soy Aniko y vivo en Buenos Aires y tengo amigos y familia y programas de radio y la verdulería de enfrente y los chinos cerca y el subte a pocas cuadras.
Buenos Aires me recibió a su manera: con cortes de luz, falta de agua, el tráfico cortado, un tiroteo (?), precios sumamente inflados y un calor impensado para ser invierno. Pero tal vez si no hubiese sido así, no sería ella y yo no la hubiese extrañado tanto. También me recibió con cenas familiares, reencuentros, almuerzos al aire libre, mazapán, tés con miel, caipirinhas, empanadas, casamientos con Fernet y carnaval carioca, viajes en bondi, comentarios espontáneos en la calle, bebés recién llegados. Y con dilemas. Si bien sé que los números no importan, haber cumplido treinta marcó un cambio en mi vida. Me encanta haber llegado a esta edad porque siento que durante mis veinte hice todo lo que quise, pero ahora me es imposible no plantearme otro tipo de preguntas.
Volví a Buenos Aires con ganas de quedarme acá durante varios meses. No quiero viajar por el momento, estoy un poco cansada, necesito un tiempo de vida estática. A la vez tengo ganas de empezar actividades nuevas, de dedicarme a otras cosas, de trabajar por fuera de la computadora, de construir cosas con las manos, de tener un atelier donde crear. No sé crear qué, pero crear. Quiero aprender a dibujar, hacer comics y cuadernos artesanales, quiero aprender a bailar rock, tomar clases de cocina, andar en bicicleta, sacar fotos de lo cotidiano, ir a actividades culturales, hacer vida de ciudad. Los primeros días me angustiaba: si a mi viajar y escribir me encanta, ¿por qué ahora no me sale? ¿Por qué no puedo? ¿Será que no es lo mío? Lo sea o no, si hay algo que aprendí en este tiempo es a serle fiel a mi esencia, a respetar mis impulsos y mis cambios, a hacer lo que me haga sentir bien. Y ahora, lo que necesito es estar acá, en mi casa. Cuando sienta que quiero salir otra vez, lo haré.
Hay palabras que no tienen traducción literal y que expresan muy bien un concepto: es el caso de homesickness. Es la enfermedad del hogar, el extrañamiento del país natal, la nostalgia por lo propio. Al parecer está comprobado que casi todos lo que viajamos lo sufrimos alguna vez en la vida. Hay quienes lo sienten al principio de un viaje o mudanza a otro país, a mí me llega después de unos meses. Homesickness: extrañar a la familia, a los amigos, la comida, las rutinas, los detalles cotidianos de nuestro día a día en ese lugar que, por nacimiento o elección, consideramos nuestra casa. Yo agrego: extrañarse a uno mismo en su ciudad. Supongo que cuando caminé por Belgrado estaba en mi punto álgido de extrañamiento. Ahora escribo desde Buenos Aires y estoy contenta, sin depresión post-viaje y muy conectada a mi yo que no viaja. Era lo que necesitaba. Y entiendo a Natalie Goldberg que me dice, desde uno de mis actuales libros de cabecera: “But don’t go home so you can stay there. You go home so you can be free; so you are not avoiding anything of who you are.”
*
Les regalo un párrafo del libro [eafl id=”21099″ name=”Las ciudades invisibles” text=”‘Las ciudades invisibles'”] de Italo Calvino. Lo leí ayer mientras iba en el subte y casi me paso de estación.
“Los otros embajadores me informan sobre carestías, concusiones, conjuras, o bien me señalan minas de turquesas recién descubiertas, precios ventajosos de las pieles de marta, propuestas de suministros de sables damasquinos. ¿Y tú? —preguntó el Gran Kan a Polo—. Vuelves de comarcas tan lejanas y todo lo que sabes decirme son los pensamientos que se le ocurren al que toma el fresco por la noche sentado en el umbral de su casa. ¿De qué te sirve, entonces, viajar tanto?”
Que lindo escribís!
Me gustó antes un post tuyo sobre ver la peli ‘Relatos Salvajes’ por Biarritz, por conocer esa zona tanto de viajar desde Madrid para visitar una hermana.
Y este porque también volví a Baires y tener esa sensación de estar para ser, no? lindo.
Gracias por compartir tan lindas reflexiones.
Saludos!
Aniko!
Hoy pasé por la puerta del edificio donde fui a buscar tu libro hace unos años, y pensé “seguro que ya está por acá…”. Cuando llegué a casa me encontré con tu post y sonreí.
Sabes que tengo algo para vos que no llegué a mandarte a Biarritz, pero te lo quisiera hacer llegar ahora que estás de vuelta. Puede dejarlo en la misma dirección donde retiré el libro? Avisame =)
Welcome back!
Me encantó! Hermoso cómo transmitís lo lindo de las rutinas, que uno tan seguido suele odiar! :)
Y cerra el blog y deja de robar entonces.
Y vos viví y deja vivir. Tanta envidia y resentimiento te van a hacer mal. Canaliza tu energía negativa y produci algo bueno en esta vida.
jaja maru, no te enojes, que se nota que el pobre juan garcía se fumó todo el post para poder llegar a esa conclusión!
Me vi tentado de decirte “Bienvenida a casa”, pero después volví sobre el texto y me acordé de una canción que habla del hogar, de sentirse “como en casa” y la búsqueda del lugar al que uno pertenece y me quedo con esa idea y la sensación de que UNO ES, DONDE AMA…
Mi casa está donde estas tu,
los mismos ojos, la misma luz.
Los mismos clavos,
el mismo ataúd…
Hola Aniko!! es un post muy nostalgico pero ecantador y con la magia que solo tu sabes transmitir.
Aveces, solo aveces se vale dejar a un lado lo que nos gusta, lo que nos hace feliz, lo que nos apasiona y para que? para valorarlo y para que cuando lo retomemos nos haga mucho mas felices de lo que fuimos…
Un abrazo desde Medellin, Colombia
Hola Aniko. Muy bueno el post. Lo lei muy emocionado y me senti muy identificado, yo estoy de viaje hace un año por sudamerica, y me salio una punta para viajar a francia, y paso por algo parecido a lo tuyo. Al principio de mi viaje lo que menos hacia era extrañar, pero despues de un tiempo considerable, se empieza a extrañar las raices de uno, cada cosa cotidiana que se hacia antes, y el simple contacto visual con tus seres queridos. Por creo que esta tan bueno viajar, porque entre otras cosas, nos hace mas concientes de lo cotidiano, lo de siempre, nuestras raices, que antes viviamos con tanta indiferencia y ahora anhelamos tanto.
Saludos viajera! Te entiendo totalmente que necesites estar en donde sentis al menos por un tiempo. Volver a “tu casa” no es dejar de viajar incluso, la vida entera es un viaje. Podes pasar 1 año Tailandia y despues ir a otro pais, y seguirias viajando. Lo mismo pasa con nuestro hogar!
Gracias por tu reflexión, Ezequiel, es bueno saber que no me pasa solo a mí!
Querida Aniko,
Tus palabras siempre llegan en el momento justo. Hace días espero leer de tu vuelta, chequeando diariamente el blog. Pero como no pedís en “novedades”, te tendré paciencia, sólo te deseo que disfrutes mucho este momento especial. También estoy de vuelta, luego de vivir casi cinco meses fuera de casa, de viaje. Y se siente raro, creo que como decís de tu primera vuelta, el precipicio. Así que me estoy dando tiempo y teniendo paciencia a mi misma también. Una de las cosas que más me gustó de este post es que me llevó a otro que no recordaba, el de Viajera duplicada. También ahora -reinstalada de a poco en la rutina- me siento así: ¿soy yo la que me animé a tantas cosas? Y, aunque por momentos me cuesta creerlo, me se más fuerte, más valiente y con menos límites que antes. Te mando un abrazo grande desde la Patagonia, y muy bienvenida!!
“It’s very nice to go traveling to Paris, London and Rome, it’s so nice to go traveling, but it’s so much nicer to come home” Frank Sinatra
:)
Este post es muy inspirador. Uno de mis favoritísimos hasta la fecha.
Un saludo, Aniko :)
Y nunca me cansaré de leerte y releerte. Hasta yo añoré Buenos Aires leyéndote!!! Se me pasaron miles de imágenes por la cabeza de mis viajes por la gran ciudad argentina. Hasta recordé que la culpable de visitar la primera vez tu ciudad fue la película Medianeras.
Espero que no olvides darle un abrazo de im parte a los árboles de recoleta, al central no podrás, pero al menos si tocar una de sus ramas.
Nunca había pensando en la similitud entre Belgrado y Buenos Aires. Tendré que volver a ambas para contrastar.
Un abrazo Aniko
Bienvenida Ani !!!!! Me encanta el nuevo concepto que tenés de “volver” , aunque no quiero que dejes de hacer nunca lo que más te gusta que es viajar. De todas maneras, tendrás infinitas historias acumuladas por contar . Saludos y disfrutá la estadía en casa :)
Hola! Belgrado, muy Buenos Aires, muy! Lindisimo post. Me encanta tu sinceridad, tus búsquedas, tu evolución. Ese libro de Italo Calvino lo leí en la facu. Soy arquitecta y las ciudades son mi pasión. Saludos desde CBA! Nat.
Yo también tuve esa sensación al volver a Zaragoza. Quería estar una temporada sin viajar, aprovechando la ciudad, mi gente… Pero luego siempre vuelven las ganas de viajar, y si lo dejo pasar me pongo de mal humor y desmotivada con la vida.
Me siento muy identificada con lo de alejarse de la pantalla del ordenador y crear con nuestras manos. Eso de momento es solo un deseo por falta de tiempo.
En fin, que seguro que en unos meses ya te quieres ir a dar una vuelta a otro lugar del mundo. Eso no cambia!
(Igual me voy un año a Alemania, me lo estoy pensando).
jeje así somos, seguro que en unos meses me dan ganas de irme, vas a ver!
Ya sabés que si venís por acá tenés casa eh!
Hola Aniko, yo igual estoy regresando a casa, no de un viaje tan largo como el tuyo, pero de un par de meses. Me alegra saber que estas feliz por regresar a casa, yo también lo estoy aunque a mí me quedan muchos viajes por hacer. Esperaré con ansias tu siguiente post.
Ya me estaba enojando por tu ausencia en las redes, peeero feliz cumplevuelta!! Y creo que disfrutar de un lugar lo hace un hogar, asi quee a disssfrutarr!!!
Espero talleres o cosas por el estilo
Saludos
Tami
jajaja no se enojen, porfa, no me olvido de mis blogs ni de ustedes, pero a veces la vorágine de la vida me impide estar al día con todo, sobre todo cuando tengo tantos reencuentros pendientes de por medio. :)
Hola Aniko. No me gusta mucho escribir en blogs, pero cada tanto leo el tuyo y me tiento. Se siente muy de cerca lo que escribir. En particular porque tuve una sensación muy parecida de Belgrado cuando fui, también un amigo sintió lo mismo cuando llegamos a un pueblito al sur de Serbia, parecía cualquier zona del Gran Buenos Aires.
Por otro lado, está muy bueno lo que decís sobre el hogar y demás. Yo viví un año en España, me fui con pasaje ida y vuelta a los 21, hoy, 6 años despues, estoy considerando volver, con pasaje de ida solamente. Se me hace muy dificil imaginarme viviendo en otro país, en otra ciudad que no sea Buenos Aires (a pesar de tooooodo todo). Que loco no? Qué será eso que nos ata tanto al lugar donde nacimos? Bueno, nada…sólo quería contarte que me está pasando algo parecido pero un poco a la inversa supongo….o no? No se, en realidad cuando me pintan las ganas de rajar, a la vez algo más fuerte en mi me dice “hacé lo que quieras, pero nunca vas a poder dejar del todo Buenos Aires” jajaja
Un beso y mucha suerte con lo que sea que te propongas.
Nostalgia en cada línea, qué gusto leerte Aniko =)
Gracias por el regalo!!
Amé la frase final.
Beso Aniko, difrutá Buenos Aires :)
☮
Aniko: mencionas brevemente algunas cosas que te han llamado la atención y sucesos que has vivido al volver a Bs.As. Podrías ampliar sobre el tema, escribir tus observaciones penetrantes sobre tu propia ciudad de origen. Yo viví allí once años, allí me casé y nacieron mis hijos, y he vuelto a visitarla brevemente tres o cuatro veces en los últimos 30 años, pero nunca he logrado comprenderla. A veces me resulta encantadora y muy humana pero a veces me parece un gran caldero hirviendo donde hay millones de personas y coches que dan vueltas rutinariamente por la ciudad sin tener a dónde ir realmente. Es una ciudad egoísta que está sentada en un lugar estratégico que le permite cobrar peaje, absorbiendo las energías del país sin aportarle gran cosa. ¿Tú qué ves en Bs.As., fuera de las emociones y recuerdos personales que te evoca?
Hola Tomás, la describiste bastante bien, suele ser medio bipolar Buenos Aires. No sé si puedo escribir acerca de ella sin mezclar las emociones, dame unos meses más de estadía a ver si me sale algún texto al respecto…
Hola Aniko
Es la primera vez que escribo porque me he sentido identificada. Aunque yo no he salido por mucho tiempo se que todo se acaba echando de menos. En Galicia tenemos una palabra muy especial para describir esa nostalgia, y que podría ser una traducción de Homesickness al gallego. Esta palabra es morriña. La conocías?
Saludos
siii, gracias por recordarme esa palabra! me encanta!
Es raro pero parece como si tu redacción hubiese mejorado con este posteo. O sea, no sé si tu práctica de escribir todos estos años con las ganas intrínsecas de volver lo hicieron como un cuento atrapante jaja.
Me quedé con las ganas de mandarte una carta a Bierritz
jajaja espero que mi redacción mejore en cada post! ya son 400 de práctica, así que de a poco me voy puliendo…
podés mandarme una carta a Buenos Aires :)
Aniko, ¿cómo es vivir a la altura de 18 pisos en medio de una ciudad? ¿Qué ves cuando miras por la ventana que tienes frente a tu ordenador? ¿Allá arriba hay ruidos? ¿o por estar más cerca de las nubes solo oyes pájaros? ¿Hay pájaros a esas alturas o has de conformarte con el canto de tus grullas de papel? ¿Cómo se vive ahí tan alto?
Viví toda mi vida en un piso 18 (hablé al respecto en este post, y acerca de vivir en un edificio: https://viajandoporahi.com/vecinos), así que estoy bastante acostumbrada a esta altura, creo que si me mudara a un piso 17 o 19 me sentiría rara, como desalineada con la ciudad.
En mi balcón tengo a Buenos Aires casi entera, de noche veo las luces de los edificios, los autos que van y vienen. Ayer cantaron mucho los pájaros, no lo hacen todos los días, quizá porque era domingo. Hay muchos pájaros a esta altura, hace unos días vimos unos que parecían ser halcones. Me gusta vivir acá, me gusta que entre la ciudad por la ventana.
Querida Aniko….que loco leerte! Me atraviesan entera tus reflexiones! Los benditos “30” y sus preguntas…me siento tan identificada con tus cuestionamientos, tus dudas, tus miedos. Aunque mi vida anda por caminos distintos de los tuyos, pero cuantas “preguntas” puede compartir uno con la vida de otros!
Sos una genia…gracias por escribir así, tan desde el alma y tan sinceramente! Ojalá pueda cruzarte un día de estos por las calles de Buenos Aires, o algún otro camino de está linda Argentina! Que disfrutes tu estadía, tus preguntas….y tus respuestas. Besos!
Éstaba esperando éste post!! No me canso de leerte Aniko, me encanta todo. Yo soy de Santa Fe capital y amo Buenos Aires, ojalá pueda pasar por ahí y cruzarte en éstos meses que estés. Me encanta que seas tan sincera con vos misma, que hagas lo que te gusta y lo que realmente querés para vos. Seguro todo lo que hagas va a dar sus frutos, porque lo hacés con determinación. Espero ansiosa el segundo libro!!!
Muchas gracias Camila!
Me gustó la frase de Natalie Goldberg, no hay que renegar de nuestra casa.
El hogar a simple vista puede parecer en cierta forma una zona de confort, lo que hace que algunos (en especial entre viajeros) lo vean como algo negativo. Partiendo de eso, hasta el amor (desde la perspectiva de una relación a largo plazo) también podría ser otra zona de confort. Y hasta cierto punto es verdad. Pero también son zonas que actúan como trampolines para que podamos saltar otros miedos, aprender a bailar, dibujar comics o lo que sea que queramos animarnos.
P.D.: El sábado pasado te vi en uno de los restaurantes de la Av. Caseros. Yo estaba entrando a comer algo con mi novia y vos estabas de sobremesa en una de los lugares de la vereda. Casi que te pido un autògrafo y después me acordé que lo tengo en el libro. :P
Sí, al principio yo renegaba del hogar y de los regresos, ahora siento que ambos son necesarios.
Así que me viste! Aniko-spotting en Buenos Aires XD Me estuve encontrando con varios lectores, en subtes y bondis. :)
Creo que hablo por todos cuando digo que quiero que nos cuentes sobre tu historia con L…y algunas fotos :D
me lo reservo para el próximo libro :)
te leí y pensé en el estribillo de esta canción
https://www.youtube.com/watch?v=4306i99LMXo
bienvenida a Buenos Aires!
me encanta que este post genere canciones.
y me encanta ese tema.
Me impresiona que ya hayan pasado 2 años desde tu partida! Me parece que fue ayer que leí tu post del cruce de la frontera con Chile!
ja, viste, casi dos años! pasa volando…
Ani! Siempre lloro cuando leo tus post sobre nuestra ciudad. Buenos Aires esta dentro de nosotros. Te mande una postal de New Orleans! Espero que la hayas recibido. Un abrazo grande a vos y a Buenos Aires
Me llegó! Sos una genia!
Un abrazo enorme, mío y de Buenos Aires.
Hola, Aniko, encantada de blog-conocerte. Cuánta emoción! y sentimientos parecidos. Yo no vivo viajando, pero sí vivo lejos… Todos tenemos tiempos, y este parece ser uno de reencuentros. Que disfrutes mucho tu Buenos Aires :)
Hola Aniko,
Bienvenida a Buenos Aires. Un placer leerte, me encanta la claridad y sencilles con la que transmitís.
Saludos !
muchas gracias!
Qué lindo es leerte, Aniko. Y ahora que estás acá qué ganas de conocerte y charlar con vos. Te admiro mucho.
” “Vos decías que querías irte diez años y no volver”, me recordó Lau. Sí, alguna vez lo dije, pero la gente cambia y tenemos que adaptarnos a nuestros propios cambios.”
Leí esto y me acorde de una canción que amo un montón.
https://www.youtube.com/watch?v=Za75SkduQX8
Que lindo escribis Aniko, dan ganas de leerte y leerte todo el tiempo. Un beso.
:)
Bienvenida a casa.Disfrute y comparti los relatos de tus viajes, fotos y reflexiones.
Ahora que estas de vuelta, espero acompañarte por Argentina para compartir tu mirada de otros rincones del mundo, esta vez, nuestro mundo. Seguro me aportaran sienpre algun ingrediente mas.Por suerte hay tantas miradas como personas dispuestas a hacer uso de los sentidos.
Buena estancia.
Fantástico Anikó, me encanta tu blog de experiéncias de viaje lo encuentro super interesante y muy personal!! Yo estoy empezando mi blog de viaje thetravellers.net !! Ayudadme a hacerlo crecer con un like en FB o un follow en twitter ! :)
Aniko,
Te dejo una música sobre que seria el hogar: https://www.youtube.com/watch?v=DHEOF_rcND8
Este texto tuyo está lleno de sentimientos! Puedo imaginar lo que fue volver para ti!
Quiero que sepas, en mi visión, el hogar es no más donde dejamos una huella, donde dejamos amor, envuelve gente y relaciones, así que obviamente tu ciudad es hogarísima!
Un abrazo,
Larissa
PS: Espero que te haya llegado mi carta.
Muchas gracias Larissa!
Hola Aniko! Justo la semana que viene se inaugura en Belgrado una muestra fotográfica que se llama “Buenos Aires-Belgrado” y hace un puente entre ambas ciudades. Es de un fotógrafo argentino radicado en Serbia (Claudio Bagalio). Saludos!
chan! qué buen dato, gracias! Ojalá la traigan a Buenos Aires.
Soy Colombiana, ahora viajando tambin y Me encanta leer tu blog, siempre lo disfruto mucho y este post en especial fue muy lindo, lo sentí sincero.
Totalmente!
A mi me pasó. Cuando viajamos por mi propio país, 4 meses por Ecuador y ya el 3er mes estaba extrañando y más, porque aún sigo en los grupos de conversaciones con mi familia y amigos (whatsapp). Que se van a reunir, que esperen, que ya llegan, que abran la puerta y me viene la nostalgia de querer estar ahí, pero al mismo tiempo estoy tan feliz de estar conociendo otra ciudad.
Pero una vez que regresamos a Guayaquil, a la semana y más al mes, ya estaba sofocándome. Es como que sentía que estaba perdiendo el tiempo, pero al rato pensaba, no! Disfruta a tu familia, pero así… por 4 meses más hasta que ya salimos y ahora estamos en Perú.
Y aunque sigo leyendo los grupos y me entra la nostalgia, todos los días el corazón me late tanto por cada lugar que voy y ahí es cuando sé que ese es el sacrificio de la vida que uno elige, extrañar a tus seres queridos sabiendo que estás cumpliendo tu sueño.
Increíble post Ani, yo pensé al comienzo casi lo mismo, quiero viajar por el resto de mi vida y no volver, pero obvio no lo voy a lograr. Siempre a uno le hace falta un poco de esa vida pasada y es bonito volverla a sentir.
Hola Aniko:
Hace solo una semana empecé a leer tu libro Días de Viaje (versión ebook) y me lo he devorado día tras día. Tus historias me han generado un sentimiento de nostalgia adelantada. Quizá porque has vivido lo que también me hubiera gustado experimentar años antes. A pesar de ello, siento que estoy en camino aunque todavía no viaje por el mundo.
A propósito de este último post, me conmovió esta reflexión de la vuelta a casa que haces. Inmediatamente después de leerlo, fui a uno de mis cuadernos donde apunté uno de los fragmentos de tu libro (“Asumí que si uno quiere vivir viajando tiene que aceptar que el movimiento siempre será parte de la rutina. Asumí que ser viajero implica establecer relaciones (algunas más profundas que otras), aprender algo de cada vínculo, saber despedirse […] Y lo bueno de ser viajero es que las despedidas son un reencuentro en potencia.”)
Y es interesante notar en este post que ese reencuentro en potencia finalmente lo estás viviendo ahora, cumplido, no con un viajero ocasional o extranjero, sino con tu familia, tus amigos, tu ciudad, tu país. Hay mucho significado en la experiencia actual, y en la conexión entre tus palabras pasadas y presentes.
Te dejo un abrazo, Aniko.
Hermoso, como siempre. Gracias!
Me hizo reflexionar tanto… Aunque he viajado estos últimos años y vivido en diferentes países, es justo ahora cuando voy a comenzar con mi compañero de vida un laaargo viaje. Estoy emocionada, feliz. Pero al mismo tiempo he cumplido 29 y siento necesidades ‘hogareñas’, ya que llevo 11 años fuera.
Sueño con hacer una casita de adobe y crear un mundo que ya está en mi cabeza. Pero al mismo tiempo quiero seguir explorando el mundo. Mi pareja es de Mar del Plata y yo de Galicia. Nuestro hogares no son el mismo, y tampoco podemos quedarnos a medio camino porque está el océano. Parece que se plantea un gráfico perpendicular. Casa en el campo vs viajar. Sudamérica vs Europa.
De repente me sentí identificada contigo, tu momento, y tu post. Es la primera vez que te escribo aunque te leo hace mucho. Y de repente me encantarían unas palabras mágicas de Aniko.
Mucha suerte en tu nueva vida :-)
Bienvenida a casa Aniko, hace mucho que no leí tu blog y lo encontré tan genuino que ahora en el trabajo ando con una taza de café repleta de sensaciones y con esa nostalgia y miles de preguntas que aun algunas no tienen respuesta. Llegas con los días ricos, el sol que siempre sale, la primavera y los arboles que cobran vida y con un cambio de piel que para el tercer escalón viene muy bien. Disfruta de nuestro Buenos Aires que es tuyo también yo todos los dias le descubro algo nuevo y no dejo de sorprenderme.
Abrazo grande
Me encantó leerte, y me da mucha alegría y orgullo de que seas honesta ante lo que sientes, no sólo contigo, sino con tus lectores, que tanto disfrutan de tu tinta y puño virtual. Siempre vivimos procesos complejos… batallas interiores, entre lo que queremos ser, lo que somos, y lo que creemos ser. Viajar te permite advertir que no nos conocemos, y que podemos sorprendernos de nosotros mismos en cualquier instante. De hecho, te invita a descubrir miles de versiones de ti mismo. Esta es una de ellas. Vívela, disfrútala, ámala y déjala fluir. Llevo cuatro años viajando, y he llegado a la conclusión de que viajar, es mucho más que moverse literalmente… viajar es una posibilidad de mirar el mundo. No hay fórmulas mágicas, ni recetas… tampoco hay un tipo de viaje, ni modelo de viajero. Pero para mí, viajar es sentir todo lo que te rodea con la behemene necesidad de capturarlo, de experimentarlo uno mismo, de verlo con asombro y encanto… de saber que nada es permanente. Todo cambia, y en esa medida uno también puede volver a cambiar. Finalmente has llegado al lugar de donde partiste. El lugar donde uno más advierte que ha cambiado, tras haber estado fuera. Vívelo intensamente! Aniko, gracias por tus reflexiones tan sentidas y transparentes. Que disfrutes de este momento, que también es parte del viaje.
Hola Aniko, te leí mientras planeaba mi viaje hace un año. Te leía casi a diario. Empecé mi viaje y mientras pasaron los meses me acordaba de muchas cosas que había leído, en tu libro, en tu blog, y te seguí leyendo mientras hacia ruta. El tiempo pasó y los kilómetros por tierra, por mar y por aire también. No sé a cuántos kilómetros estoy ya de casa, y no sé tampoco si realmente tengo una. Ahora estoy lejos, extraño eso que se parece a “mi casa” y me identifico con cada una de tus palabras, ¡otra vez!:
De nuevo: ¡Gracias!, que el viaje no termina, aunque termine.
Gracias aniko tu Post era exactamente lo que necesitaba leer esta noche, al igual que tú creo que todos debemos aprender a respetar nuestros cambios y aunque ahora ya no viajes tan seguido como antes, y aunque suene un poco egoísta de mi parte, espero que nunca dejes de escribir porque realmente leerte es un placer. Muchos éxitos en las nuevas aventuras que estén por venir
estoy de acuerdo…. miren esto
unnuevoviajeblog.wordpress.com
Visiten http://www.romiporelmundo.com para más info sobre destinos! Aniko me inspiró a armarmelo!
”serle fiel a mi esencia” de cada post saco una frase para mi vida, que sin duda respetarse a uno mismo en el sentido de hacer lo que uno siente es lo mejor. Es lo que interpreté en esta frase y me encanto! Aun sigo despierta jaj ..hacer lo que a uno le hace bien :)
saludos Aniko! escribí para siempre por favor :)
gracias :)
Hola!!! Como andas? :) . Sabes que hace relativamente poco (unos meses) que conoci tu blog, buscando informacion porque en breve espero hacer un mini viajecito (pero me encantaría viajar a tantos lados). Vivo leyendo blogs de viajeros, y el tuyo es super lindo y tiene ese touch tan particular tuyo (tu propia voz) que no se encuentra en todos lados, porque simplemente -supongo yo- no todo el mundo que escribe ha encontrado su voz (al menos no todavía).
Bueno que me voy por las ramas.
La cosa que queria decirte es, que a partir de ahora voy a tratar de escribirte mas en las entradas que vaya leyendo (me parece una linda retribución, regalarte unas palabritas mias, siendo que vos me regalas tantas a mi, aunque las mias no valgan tanto como las tuyas) y que si alguna vez pasas nuevamente por Uruguay, me contas y mis puertas estan abiertas para ayudarte.
Sé que no tenemos mucho que mostrar acá, y que somos muy chiquititos pero bueno, yo la tiro ahi, vos ves :) .
Y por ultimo, sabes que te quería preguntar? Porque a mi me da mucha curiosidad no? Y capaz que es medio entrometido pero… queria saber de que manera te mantenes en los viajes. A lo mejor está en alguna entrada y aun no la leí. A lo que me refiero es… de donde sale el dinero para seguir viajando. Porque he leido de gente que hace “mini trabajitos” en los lugares a los que va, y después hay gente (que supongo es tu caso) vive con el dinero que le deja el blog y cosas asi, pero digo yo… realmente alcanza? Y como lo cobran? Bancos internacionales? No se, son muchas dudas que no quiero plantearlas todas por no faltar el respeto, pero son esas cosas que creo todos los que no estamos en esa situación nos preguntamos , y no nos animamos a cuestionar demasiado.
Bueno, se me fue re largo esto, como siempre, soy una colgada barbara.
Te dejo un abrazote y te animo a seguir adelante con todo lo que haces, y con lo que querés hacer (que lei por ahi arriba, sobre todo el dibujo que es muy lindo dibujar) y mis mas sinceros animos desde este cachito de tierra pegadito a vos! Un besitop! :)
Hola Joy,
Gracias por tu comentario. Tu pregunta es de las más frecuentes, así que no te preocupes. En mi caso, me mantengo con la venta de mis libros, artículos, fotografías, talleres, conferencias… De todo un poco, pero siempre relacionado con lo que me gusta. Acá lo cuento mejor: https://viajandoporahi.com/mis-cuatro-anios-de-viajera-como-empece-como-trabajo-y-como-me-financio Y acá: https://viajandoporahi.com/reflexiones-acerca-de-vivir-viajando-o-como-puedo-financiarme-mientras-viajo
Saludos desde acá!
Hola Aniko!
Me encanta tu forma de escribir! Si el objetivo de un blog de viajes es hacer que los lectores viajen “mentalmente” el tuyo es como comprarse un ticket en la business class.
¡Un abrazo!
Gracias Agustín!